La fiera de mi suegra. Capítulo 9

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Mis primeros meses de Nanny como lo llaman hoy en día pasaron rápido, muy pronto me hice con el control de los niños y de la casa entera por qué no decirlo. Me había convertido en la gobernanta oficial de este lugar grande y rematadamente frío, no había calefacción capaz de dar alegría a estas habitaciones descomunales repletas de todas las modernidades y comodidades pero vacías de alma… Es muy centro europeo eso de tener casas enormes que nadie puede llenar nunca porque todo hay que decirlo los del norte son tan metidos para sus adentros,  tan celosos de su intimidad y siempre preocupados de nos molestar ni hacerse notar que sus hogares son reflejo de ello; son cómodos pero no invitan al desparrame, cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa… en el término cosa también entraban los niños a quienes habían asignado un cuarto de juego, un cuarto de estudio y sus habitaciones como lugar de expansión… eso sí nada de intercambio, no sé podía sacar el scalectrix en el aula de estudio ni traer libros en la habitación… así que yo en vez de gobernar, desgobernaba y me saltaba alegremente todas las reglas tácitas que hasta ahora nunca se habían cuestionado. Y eso Francine la chacha del lugar me lo recalcaba a todas horas “a la señora no le va a gusta que a la niña le hayas permitido merendar en la cama, no te enfades lo digo por tu bien, para evitarte la bronca que la señora parece muy poca cosa pero es médico de los que operan, sabes”… hasta que me harté y le dije “tú me tratas de usted yo no te trataré más que por cosas del trabajo, por cierto hay migas en la manta de la cama de la niña, deberías de ir a sacudirla, lo digo por tu bien que la jefa es cirujana “ pobre no podía saber que yo era Señora de cuna y abolengo, no era una médica famélica y estresada que me iba a parar los pies ni muchísimo menos una empleada del hogar malencarada oliendo a sudor y Ajax.

Se fue maldiciéndome pero sabía que poco podía hacer ante mi tronío natural y el inestimable aprecio que me tenía la abuela quien aprobaba cada una de mis medidas anti aburrimiento y me agradecía “traer un punto de creatividad a esa casa”, total que los niños me adoraban y yo a ellos, lo cual fue una bendición porque fuera de allí me encontraba más sola que Carmen Polo de Franco en un congreso del PC.

Mi hijo y la Bo Derek se habían marchada a España… llevaban ya seis meses y por lo visto mi retoño, inesperadamente a esas alturas, se estaba convirtiendo en todo un hombre de negocio… Nuestras conversaciones eran cortas porque, sí lo sé hoy en día parece imposible, eran conferencias de minutos exageradamente caros. Consiguió rápidamente un trabajo bien pagado en el gremio de la iluminación de espectáculos, un alquiler asequible (eso sí en un barrio del extrarradio vamos fuera de la M30) y todo parecía irle genial lo cual me alegraba el corazón y me corroía las entrañas por partes iguales, otro hombre que me estaba abandonado, qué sino el mío.

Así que cuando una noche llamaron a mi puerta me asusté ya que hace mucho que había dejado de desesperar por la falta de visitas. Abrí la puerta con recelo y mi corazón casi explotó al ver que Bo Derek en toda su rubialidad estaba ante mi puerta… Apenas la saludé y directamente busqué a mi hijo con los ojos… “no te molestes no está conmigo” me soltó y fue cuando me di cuenta de que traía una cara igualita que la del grito de Munch “por cierto qué horror de cuadro valdrá una millonada pero tenerlo colgado en tu casa es una razón para el suicidio, imaginaros levantaros todos los días antes eso… allí lo dejo”… “qué le ha pasado… ay dios mi hijo….” Me cortó “no te asustes, está bien, he vuelto sola porque lo hemos dejado”….  

E ipso facto se derrumbó cual Lady Di antes el tampax usado de Camila. Un llanto digno de la llorera que me agarré al ver ET… 10 minutos de uyes, ayes e hipos que yo aguanté estoicamente… cuando por fin se secó pasó a explicar los motivos de la ruptura qué básicamente no eran otros que a ella eso de ir a España de vacaciones en la playa la molaba un motón pero aguantar un invierno en Madrid con el churri trabajando de sol a sol mucho menos. Con lo cual en vez de buscarse un trabajo aún sea de azafata en el súper (con lo mona que era vender chóped a ancianos era un juego de rubia, no le hacía falta ni abrir la boca) se pasó el tiempo lamentándose… y cuando le plantó un ultimátum a mi hijo “Madrid o yo”  mi chatín que nunca admitió presiones ni de las mías, la contesté “Madrid” mandando a paseo de esa forma tan tajante 7 años de relación.
 “Te das cuenta, ni luchó por lo nuestro” me decía más melodramática que Antonia Dellate ante los cuernos que le puso el Lequio con la Obregón, “tú tampoco mucho hija si no has tardado ni un día en hacer las maletas y plantarte aquí”… “ya pero es que viví un calvario, me dejó tirada, no tenía amigos, los Españoles me acosaban con sus miradas, su jefe hasta intentó meterme mano y él se limitó a reír, ha cambiado mucho, se hace el Español”… Yo, lo de su jefe y de las miradas lascivas me lo creía, menudos son los Españoles cuando se les pone a una rubia de este calibre por delante, lo sabré yo, pero eso de que mi hijo “se hacía el Español” me irritó sumamente… “qué te crees, mi hijo lleva la misma parte de sangre española que belga, es  normal que al estar allí resalte su parte más hispana igual que aquí lo hacía la belga, es cuestión de adaptarse e integrarse vamos es lo que tiene que hacersi se quiere instalar allí”,  “ya pero a mí no me gusta esa parte”… entonces tuve claro que sólo me quedaba una cosa por decir “pues entonces es mejor que lo hayáis dejado”… me miró espantada “entonces no le va a decir nada, no vas a intentar que entre en razón” mi respuesta fue igual de escueta que la del ultimátum a mi hijo; “no” y así se terminó mi relación con ella.

Se fue entre escandalera y reproches llenos de amargura y jamás la volví a ver. Cuando mi hijo por fin se puso en contacto conmigo apenas le noté triste por su recién estrenada soltería… dijo algo como “se nos acabó el amor de tanto usarlo” pero en menos folclórico tipo “ya me tenía hasta los huevos mamá”… fin de la historia. Y así pasaron los primeros meses de esa década extraña que fueron los 90’s y digo extraña porque se cruzaban gente tan dispares como Michael Douglas en Wall street o lo que viene a ser Mario Conde en Banesto con cantantes de rock desaliñado y suicida como ese Cobain que nunca entendí cómo la juventud le veneró tanto, si se ve que este joven no se aseaba de a diario… parecía que nada encajaba con nada, España se puso de moda a base de Expo’s, JO’s y canciones horteras y genuinamente españolas como “amigos para siempre” pero seguía teniendo ese tufillo provinciano de ajo y cebolla que más tarde importunó tanto a esa pueblerina inglesa venida a más llamada Vicky.  Mi heredero no daba señal de menguar en su entusiasmo por vivir en la capital de la movida y sus llamadas semanales dejaban intuir que se lo estaba pasando bomba en el trabajo, en Madrid incluso en la cama…
Yo como buena madre tenía fe en que sentase la cabeza y me haga abuela, sí siempre quise tener un nieto para malcriarle (igual que hice con su padre pero esta vez con todo el derecho), imaginaba mi nuera ideal en forma de chica española llamada Marta, Silvia o Carmen por qué no, quizá hija de unos conocidos míos de antaño, ya con unos veintitantos la edad ideal para ser madre, madrileña de esas que tienen clase (y dinero al poder ser) y saber estar además de ser culta pero sin hacer alarde de ello y rubia, y pechugona (vamos mi calco) así que cuando me dijo con voz embargada por la emoción eso de “Mamá creo que me he vuelto a enamorar” mi corazón materno se hinchó de gloria y solté “qué bien dónde os había conocido, cómo se llama, conozco a sus padres” y su respuesta me dejó helada “no creo, es belga, la encontré en Barajas y tiene once años menos que yo, es allí donde me entran las dudas porque pensé que son los mismos que te separaban de papa y claro visto como os fue”… Racatán; doble puñalada en una frase había conseguido echar por tierra todos mis planes de ser una abuela joven y deseable y me había recordado que mi matrimonio fue un fracaso…

Mi primera reacción fue contundente, me negué a conocerte…¡OTRA BO DERECK NO!  tenía muy claro que vuestra relación iba abocada a un estrepitoso fracaso, para qué molestarme en perder el tiempo… ONCE AÑOS, o sea eras más cría aún que la Bo e igual de belga… pero mi hijo me anunció su próxima visita y tu consiguiente presentación en mi sociedad… le prometí intentar no ser desagradable, se río y dijo “no tiene nada que ver con Ana ya verás es irresistible”… estaba segura de lo contrario… y ante mis ojos tus pintas de chico rebelde con ese pelo corto y pelirrojo que me llevabas me confirmaron que definitivamente no fue tu físico el que te hacía “irresistible” no me gustaste nada, eso sí con tan sólo una mirada de esos ojos verdes que dios (por compensar tu falta de largura de piernas) te ha dado, pronto me convencieron que pocas cosas se te resisten… y no tuve más remedio que admitir que a lo mejor tú podrías conseguir lo que Bo Dereck y sus 1.75 no pudieron.

Fdo Cruela De Val la nuera irresistible que toda suegra quiere para su hijo

Y aquí termina le cap 9 de la fiera de mi suegra el mes que viene: cuando mi suegra y yo formamos un equipo de rubias pechugonas.