Érase una vez…

Por más que echo la vista atrás para que mi extenuada memoria intente recordar un evento de tal magnitud, no consigo rememorar algo que levantara tanta expectación. Es cierto que cuando se publicó la biografía no autorizada de Garbancito en la que se contaban detalles íntimos acerca de su enigmática y azarosa vida en la barriguita del buey que se mueve… ¡donde no nieva ni llueve!, se levantó bastante revuelo, pero no es comparable a la expectación que produjo el estreno de “Érase una vez”; porque los guionistas y productores de Hollywood, en lo tocante a series, tenían los cuentos mas abandonados que las bragas de la tía Tomata.

Y es que cuesta creer que en los tiempos que corren en los que se presentan a las principales cadenas estadounidenses en torno a 70 capítulos piloto al año para desarrollar nuevas series de televisión, aun no hubiera aparecido una lumbrera de algún estudio que pusiera sobre el tapete un proyecto tan estupendo como el de “Érase una vez”.

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La idea no es que sea tremendamente original o novedosa, pero el desarrollo es impecable. En “Érase una vez” se nos presenta a los personajes de todos los cuentos habidos y por haber conviviendo en Storybrook, un pueblo del estado de Maine (Nueva Inglaterra) y que, debido al hechizo de una malvada bruja, han olvidado su pasado de personajes de cuento y sobreviven en el siglo XXI como ciudadanos normales y corrientes, porque como todo el mundo sabe, en el mundo real no existen ni los finales felices, ni los pechos turgentes que, una vez sobrepasada la edad de 40 años, se mantengan firmes por sí solos desafiando a la ley de la gravedad sin quedarse candongos.

antoniamagazine-series-eraseunavez-3Muchos son los que coincidimos en una cosa con respecto a esta serie, y lo digo porque tanto a mi, como al Varón de Von MisCojones nos parece un gran acierto presentar a los personajes de los cuentos de toda la vida en situaciones cotidianas del día a día, y así te puedes encontrar con que Pepito Grillo es el psiquiatra del pueblo, que el Enanito Gruñón trabaja de encargado de mantenimiento o que Caperucita es la dependienta de la cafetería haciendo gala y porte de un aire de casquivanez… ¡que para si quisiera Nuria Bermúdez!.

Con respecto a los personajes principales, solo puedo decir que la Malvada Bruja es la cosa más mala que me he echao en cara en toda mi vida, que la que viene a deshacer el hechizo que pesa sobre todos, es una de las doctoras jamonas que sale en “House” y que a parte de ser muy buena, también lo está, y que Rumpelstiltskin (aquí en España lo conocíamos como el Enano Saltarín), es un personaje que no sabes de que pie cojea, a veces parece bueno… a veces malo… y que lo encarna Robert Carlyle (protagonista de “Full Monty”), por lo que te pasas prácticamente toda la primera temporada de la serie acojonado, temiendo que en cualquier momento suene el “You Sexy Thing” de Erroll Brown y acto seguido enseñe el nabo.

Total, que es una serie pero que muy recomendable, no solo porque sepan a poco los 22 capítulos de la Primera Temporada, o porque sea altamente meritorio sacarle punta a los cuentos de toda la vida que están ya mas vistos que la viruela de Jordi Gonzalez, sino porque cada vez que sale un Hada Madrina se le alegra a uno el corazón y se le ilumina la mirada, por el hecho de que en esta serie las hadas, tienen todas las tetas como mi cabeza, y que no os engañen, mis queridas Antonias… ¡que sin tetas no hay paraiso!

Ivan Casquete

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