Servicio Completo

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Muchas de vosotras, queridas Antonias, estabais convencidas de que un escritor de mi talla, dedicaría este periodo de ausencia a cultivar sus dotes de oratoria, mejorar su impecable dicción, repasar conocimientos de politología y filosofía aplicada y navegar por el Mar Adriático contemplando el vaivén de las olas mecido por la suave brisa de la inmensidad del océano.

Pensabais que se iría un niño travieso e inocente que escribía bondades sobre las series de televisión y volvería un hombre de pelo en huevo con el mismo espíritu, pero fortalecido por el poso y el saber estar de la madurez que acompaña a la introspección.

¡Pues no! Me fui degenerado y picantón… ¡y vuelvo peor de lo que me fui! Vengo con el mismo deje satírico, pero dispuesto a hacer una labor social, como la Baronesa Tita con los árboles o la Duquesa Cayetana con el rastrillo benéfico. Vengo, no solo a recomendar buenas series, sino a avisar de que no veáis algunas otras para evitaros molestas pérdidas de tiempo (para las de orina ya está Indasec). Así que no esperéis que hoy cante alegrías y lindezas de “Servicio Completo” (Secret Diary of a Call Girl), porque no va a ser así.

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“Servicio Completo” narra las peripecias de una zorrita caliente afincada en Londres (interpretada por Billie Piper) que atiende al nombre de Hannah para sus labores (hogareñas) y al de Belle para sus andanzas de prostituta de lujo, o como dicen en Las Pedroñeras… ¡de las de a to trapo!

Y vale, admitiré esa vieja excusa de que los primeros capítulos de las series son de presentación de personajes y tramas, en orden a que uno vaya familiarizándose con el microcosmos de la serie, pero una cosa es esperar un par de episodios y otra muy distinta es tener que aguantar una temporada completa a que ocurra algo interesante, que no acaba de llegar.

Como no está en mi ánimo el hacer leña del nabo caído, sino que lo mío es practicar idiomas, he rebautizado el nombre original de la serie, llamándola “Secret Diary of a Bodrio Girl”, y es que cuando uno se imagina a una prostituta de lujo (yo uso la imaginación porque mi partida de dinero destinada a vicios, la invierto íntegramente en el Bingo) piensa en una mujer de bandera, inteligente, culta, con don de gentes y de idiomas, con una conversación exquisita y chispeante, y no solo en una cara bonita cuya máxima aspiración en la vida es la de dar una imagen de independencia consiguiendo que lo que acabes haciendo es cambiar de canal para ver si adivinas el panel de La Ruleta de la Fortuna que lo están echando en otra cadena.

Y es que escama que en el mundo de la prostitución (aunque sea de alto standing) no solo no haya nada sórdido ni truculento, sino que la máxima pega de estas profesionales sea que, de vez en cuando, tengan que poner el culo por candelero (cosa que por otra parte mas de una consideraría una ventaja).

En Servicio Completo no hay drogas, ni miserias patológico-sexuales, no hay reyertas entre proxenetas y, salvo por un capítulo en el que un señor se pone un poco farruco con Belle pero rápido entra en razón y abandona el servicio, todo es un ligero y alegre trotar por el caminito de baldosas amarillas.

En resumidas cuentas, si no tenéis nada mejor que hacer (como tocar el clavecín con la puntaL nabo), podéis ver la serie; eso si, tener cuidado de que no la vean vuestras hijas adolescentes, no vaya a ser que se piensen que ser puta de lujo es como el chocolate del loro y las de por abrazar el oficio con alegría; y, en cualquier caso, no me malinterpretéis, aunque solo sea por verle el culo a Billie Piper, merece la pena tragarse los 3 primeros capítulos, porque Londres… ¡bien vale un buen culo!

Ivan Casquete