La Vie en Rose

Os acordáis de mi penúltimo artículo donde hablaba de arriesgar para ganar, cambios de actitud para con la vida, el amor, bla, bla, bla???

Pues bien, dicho y hecho. Y por consiguiente, volvió a suceder lo de siempre: La 13 se cuela por un fulanito y ya tenemos aquí “El Bloqueo de la Escritora de Drama”. Folio en blanco, horas pasar….Mentira! Ni una vez me he sentado a escribir en  1 mes. No he sentido la necesidad habida cuenta de lo bien que me están tratando, porque La 13 escribe desde el despecho y la mala (maliiiísima) leche y cuando la vida le sonríe ni una letra, oiga. Me siento como Marisa Paredes en La Flor de mi Secreto, donde una escritora de novela rosa viraba a la negra más absoluta cuando “no había ninguna posibilidad de salvar lo suyo” con su adúltero maridín. Afortunadamente en mi caso es al revés. Pero hoy voy a hacer un gran esfuerzo  por sobreponerme a mis instintos más básicos de no hacer nada aparte de salir, beber, follar, comer, dormir e ir a dos palmos del suelo (y no necesariamente en ese orden).

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LA VIE EN ROSE.

Volví a mi ansiado y amado Madrid, y la Nueva Vida te da sorpresas. Como si de una premonición de lo que se me venía encima se tratase decidí pintar la cocina de rosa (lo mejor de todo este engorroso brico-asunto fue QUIÉN acabó pintándola: el fulanito en cuestión), y con muchas ganas de nuevos proyectos que me llevaron a los 10 días de estar aquí a viajar a Berlín. Viaje de negocios y yo que me subo por enésima vez en este año en un avión. Son curiosas las diferentes actitudes que puede tener un ser humano  a la hora de emprender un viaje.

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Me puse a calcular mentalmente…Hacía 4 vuelos temblaba, hacía 3 lloraba, hacía 2 echaba de menos, hacía 1 esperaba y en este creo que no hubiera necesitado ni el avión para llegar volando a mi destino. Paradójicamente siempre asociaré está ciudad al calor, bien por la ola que la azotó hace años y me pilló allí en otro viaje de trabajo, o bien por el calor que me azotaba a mí esta vez. Calores aparte Berlín fue una delicia y nunca mejor dicho, ya que mi gran amigo Rafa me paseo por lo más granado de toda la ciudad en materia hostelera. Ese fue el principio del fin de mi veraniega figura esculpida a golpe de carreras por la Barceloneta y a lomos del Bicing. Rafa, cientos de brunchs, miles de cocktails, y millones de conversaciones sobre mi amor y su desamor. Él, el contrapunto más ácido a este lado del mundo de mi estado de ceguera más absoluta. Así es la vida. Unas veces se gana, y otras…otras también, que coño! Porque casi siempre un desamor supone una forma de evolución, y de evolución Rafa sabe más que nadie, y dejamos bien clarito que no queremos nadie cerca que no nos haga ser cada día mejores, que nos haga sumar, que nos inspire…. Buena gente, pero de verdad (Eh, Rafa?).

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Pero no era mi momento de miserias así que mientras, en QuéBonitoeselAmor.com: algarabía de emoticonos de corazón y besos que se quedan cortos y pequeños, goteo incesante de mensajes a todas horas, asfixia a la que te despegas del ser amado para posterior resucitar en cuanto se produce el reencuentro, ir por la calle riéndote solo, cara de gilipollas que se te pone a la que alguien te comenta el tema…. Ceder tu puesto en la cola del supermercado a esa señora que se ha intentado colar descaradamente, sonreir al hijoputa del  control de seguridad del aeropuerto que te ha hecho casi quitarte hasta el liguero para cruzar al otro lado. Todo es luz. Love is in the air, si…. Pero lo que nadie te dice es que cuando el Amor llama a tu puerta los kilos se asoman por la ventana. Si amigas….Coméis y bebéis al mismo ritmo pero no engordáis a la misma velocidad. A ver, que no pasa nada, entre otras cosas porque a medida que engordas tú, también lo hacen tus tetas y eso es muy de agradecer por parte de cualquier tío…Afortunadamente  el incremento de tu vida sexual equilibra la balanza, pero cuidado, la dieta del hidrato nocturno basada en lunes pasta, martes noodles, miércoles pizza, jueves sushi, viernes tacos, etc., puede pasar factura. Por algo lo llaman la curva de la felicidad. Para él será una entrañable barriguita, pero para ti puede convertirse en la primera imagen del mítico ANTES/AHORA, pero al revés. Como Soltera de Oro que he sido, he sido muy de criticar el abandono general que se produce en la novia en ciernes. Es fácil estar cuasi perfecta (cogorzas extremis aparte) cuando eres amante, pero ay amigas la cotidianidad… esa ansiada a la par que temida ami-enemiga. Una lucha a muerte contra los pelos de todo tu cuerpo, las ojeras, las arrugas, las canas,….Y los outfits? Que sí, que para las citas y las juergas de guardar vas muy sexy tú, pero cuando te pasas 36 horas en casa de tu amorcito no vas a estar con el vestido body conscious  de la noche anterior pasando el consabido GRAN DÍA de resaca con estrecheces tirada en el sofá, no? Es entonces cuando, con más miedo que vergüenza, le comentas a tu hombre que con un pantaloncico flojo y una sudadera está estupendamente digno vestido: “¿Me dejas algo para estar más cómoda?”. Matizo: he dicho cómoda, no potencialmente hostiable. Así el otro día me descubrí a mi misma ataviada con: una sudadera (hasta aquí vamos bien), un leggin de lycra brillante estampado en alegres colores (sí, sí, SUYO… que ÉL cuando quiere es muy folclórica) y… atended… UNOS CROCKS!!!  YO, TÍAS!!

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Qué hubiera preferido que me amputaran los pies a que mis ojitos me vieran calzando semejante horror, y no digamos encontrarme un par de esta abominación del diseño campando a sus anchas por la casa de un hombre. Mi….-que aún no sé cómo llamarle- (ahora voy con esto) se solidarizó conmigo y se calzó otro leggin del estilo y sendos calcetines imposibles con suela de goma y cabezas de vaca en el empeine….Vamos, que ni cuando Smith se rapa la cabeza solidarizándose con el cáncer de Samantha en Sexo en Nueva York se había visto un gesto tal de amor incondicional. Y así íbamos los dos, los dos, los dos en compañía por la casa. Pa pegarnos una paliza, oiga….pero así es el AMOR. La naturalidad acaba primando… (pero cuidado nunca más pelos que él, amigas).

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Voy con el tema de cómo referirte a este ser cuya silueta recorta en este momento el devenir de tu existencia: amado, rollo, amante, novio, marido, esposo,…eso tan eufemístico de “mi chico”, o tan ambiguo de “mi pareja”, mi maromo, mi macho… En este punto hay que andarse con ojo. Normalmente a la que se le pone el cartel de N…, la cosa empieza a ponerse complicada. Ni digamos ponerlo en FB. Igual ocurre a la que se decide renovar el ajuar de lencería. Pero hay que dejar atrás supersticiones heredadas de nuestra otrora naturaleza neurótica y disfrutar. Si no, al final acabas llamándole “ESTE” con bragas de cuando Franco era corneta y eso sí que son motivos reales para que te den pasaporte a la fama. Y qué hay de cómo os llamáis mutuamente? Cariño, amor, vida, rey…cosas que hasta hace escasas “horas” te hacían vomitar, y ahora halaaaa, ahí vas tú sin control al borde del coma diabético propio y ajeno a todas horas, y al borde del ahogamiento en babas también propias y ajenas wherever you are… Y todo es un JiJiJaja sin parar y hasta cambias ciertos hábitos y ya no te pintas los labios porque él acaba pareciendo una drag queen  barbuda y la gente le mira raro. No hay permanent matt color que resista semejante refriegue. Os lo digo. Y os juro que se cae en el “GUAPA.GUAPO”. QUE NO QUE TU MÁS, QUE NO QUE TÚ MÁS…..Y en el: “CUELGA. QUE NO CUELGA TÚ,QUE NO QUE TÚ, QUE NO QUE TÚ….. Y de repente te parecen de una lógica aplastante las letras de temazos como Corazón Contento o Contigo de Marisol. Y REPRIMES UNA ARCADA SÍ…PERO TAN FELIZ, oiga.

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A mi amorcito, que es más Antonia que yo….

La1314