El chico de la última fila

Con todo el revuelo mediático que hay en torno a los temas escolares, Juan Mayorga decide presentar su ultimo trabajo en la Cuarta metiéndonos de lleno en las aulas. Con una trayectoria más que brillante, este notable dramaturgo vuelve a la carga con este montaje del que auguro éxito seguro. Y es que a veces no se puede esconder ese pellizco de arte que Sanchis Sinisterra deja en sus discípulos… no siempre acertado, claro

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El chico de la ultima fila, se trata de una pieza que retrata la curiosa relación entre profesorado y alumno, toda una explosión de reflexiones que tienen como epicentro la imaginación de un adolescente y la razón de un profesor encerrado en la cárcel de su propia frustración. Lo que comienza siendo una simple redacción de colegio termina desatando los fantasmas del pasado de unos y del futuro de otros. El profesor ve como de algún modo su alumno con su literatura se va transformando en el lazarillo de su ceguera. Una sala de profesores, un aula y el salón de una familia cualquiera.

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Poder disfrutar de un trabajo interpretativo tan bueno en actores que no son de renombre, es por desgracia demasiado habitual. Creo que no puedo poner ninguna pega, ni tan siquiera tratándose del estreno. Los actores han sabido transmitir a la perfección la dicotomía entre la frescura del alumno y el oscurantismo del profesor. Ni falsetes ni morcilleos cutres, ni movimientos al vacío sin explicación, aunque en alguna ocasión se les marchó el espacio y la luz a hacer puñetas como se dice vulgarmente. Pero ante un trabajo tan espontáneo… uno perdona todo

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Por otra parte creo que la elección de una escenografía funcional fija que divida las secuencias y juegue con una iluminación justa ha sido muy acertada por Leonardo Goloboff. El director ha sabido tenernos en vilo en todo momento, ha sabido centrar nuestra atención en donde ha querido. Los cambios han sido imperceptibles… y si para ello había que dar un golpe con la silla…pues se daba. Creo que el verdadero golpe se lo habéis dado a eso que llaman teatro comercial. Muy bien.

Zäpp Amezcua