No sé qué llevo peor este verano: no encontrar un nuevo biquini que me quede bien (con los años, la velocidad a la que tu culo se aleja de la cintura es directamente proporcional a la que tus tetas se acercan a ella), tener que hacer maletas (sabiendo que tendré que deshacerlas y volverlas a hacer un par de veces más) contar los días para irme, contar los días que me quedan para volver, el tono blanco azulado de mi piel, el fracaso al usar autobronceador (el primer día, guay; el segundo, churretes), la asistenta de vacaciones (no he echado tanto de menos ni a mi madre, lo juro), la sorpresa de que tengo que encargar los libros del cole ¿YA?, de experimentar lo que es el AMPA (sin «hache»), que Hacienda no sólo no me devuelve pasta, sino que tengo que pagar, que he engordado del invierno hasta aquí sospecho que unos 3 o 4 kgs (lo que complica aún más lo del biquini…)
En fin, no veo la hora de tumbarme en la hamaca y ponerme a leer un libro. Y aquí llega otra duda existencial: ¿qué libro? Si te llevas uno, o eliges bien o tienes muchas posibilidades de morirte del asco. Un año me llevé el ‘Manuscrito Carmesí’ de Gala y casi muero en el intento. Intento porque no he tenido cojones de leérmelo. Dos veces lo he comprado y dos veces lo he regalado. No hay. Y al parecer no soy la única. En cuanto lo comentas saltan damnificados de este peñazo por doquier… Habrá que llevarse más de uno, y si no molan, pues hacer bookcrossing de ese (= dejarlo por ahí tirado, para que se lo lleve alguien).
NOTA MENTAL: escribir bookcrossing siempre me da la sensación de escribir cruising, que bueno, también es dejar algo tuyo por ahí para que alguien… Bueno, mejor lo buscáis en la Wikipedia, no me vayan a cerrar el sitio por porno.
Dicen los expertos que estamos tan saturados de información que necesitamos una «siesta digital», desconectarnos del teléfono, de internet, de la televisión. Pues bien, este año mi «siesta digital» tendrá una duración estimada de 13/14 días. ¿Lo conseguiré? ¿seré capaz de delegar?. Aunque, como casi todo el mundo, he dejado casi todo el trabajo hecho, para volver y rematar, que no es cuestión de volverse loca otra vez enseguida.
Este editorial, por ejemplo, lo remataré o lo reescribiré cuando vuelva, según me de.
Nuestra chica de portada de este mes, nuestra ANTONIA, refleja el espíritu de la revista: mira nena, no importa la edad, lo que importa es quién eres. Va abrigadita porque hemos ido/vamos a ir a algunos festivales este verano, y por la noche refresca. No se nos vaya a constipar y la liemos. A ver, que no todos los festivales están en Benicassim y puedes ir todo el día en chanclas. Sonorama, por ejemplo, está en Burgos, y sospecho que más de una rebequita y más de una chupa de cuero se va a ver por ahí. Pero eso nos lo contará MJ cuando regrese (si es que va… que esperemos que sí)
¿Cómo va nuestro casting de chico de portada? Pues tenemos ya varios candidatos, y de lo más variado. Tenemos un yogurín guapísimo (un poco demasiado joven), un granadino con una sonrisa y unos ojos para quitá el sentío (eso dice su abuela), un deportista de vela de Valencia, un editor de libros, un ilustrador, otro jovencito también deportista (motero)… en fin, de todo un poco. Pero aún puedes participar. Mira chico, es tu oportunidad de saltar al estrellato de las mujeres reales, que son las lectoras de ANTONIA. Hasta el 10 de agosto puedes mandarnos tu foto. Que se te vea, por favor (pero no en bolas, que somos muy sensibles).
Nuestro querido Casquete va a diseccionar una serie tan desvergonzada como nosotras, Shameless.
También os presentamos a Elías Amor, un joven fotógrafo madrileño al que le auguramos un prometedor futuro en el fotoperiodismo.
Nuestra nueva sección ¿POR QUÉ? englobará todo lo que nos choca pero no tiene cabida en ninguna otra sección. Hechos, textos, imágenes inexplicables… cual 4º Milenio, pero sin Friker Jiménez y sin fantasmitas. Búscala dentro de la sección ANTONIAS en el menú.
Bueno, chicas, aquí está ANTONIA, recién salida de la ducha y arregladita.
Vuestra rendida admiradora.
Mabi Barbas, la jefa.