Mucho se ha hablado últimamente de la pelea a muerte que mantiene el gremio de periodistas con los blogueros, a quienes algunos consideran simples advenedizos y otros incluso les tachan de haberles usurpado su trabajo.
En el equipo de Antonia hay periodistas, hay blogueros, y luego estamos los demás, que no somos ni lo uno ni lo otro, pero que también opinamos, y este es un tema recurrente en nuestras reuniones: ¿está devaluando el fenómeno blogger la profesión? ¿por qué al periodista se le exige un rigor que no se le exige al bloguero? ¿es justo que se pague mucho menos por un trabajo profesional que por una opinión personal?
No hay una sola verdad, ni una sola opinión válida. Y es por eso que hemos decidido desde Antonia recoger testimonios de ambas partes, porque no se puede juzgar sin conocer la opinión contraria.
Aunque están representados únicamente por tres personajes anónimos, en realidad cada uno de ellos recoge lo que nos han contado dos, tres, y hasta cuatro periodistas o blogueros. Hemos preferido no incluir sus nombres, porque este país está plagado de gente susceptible, sobre todo cuando se cuenta la realidad.
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Periodistas vs bloggers
Yo soy periodista freelance. Llevo escribiendo profesionalmente 12 años, después de hacer la carrera, y trabajar como becaria en un periódico y dos revistas. Hace dos años hicieron un ERE en la editorial en la que trabajaba. Ahora escribo posts para la web de algunas publicaciones, a veces también escribo para papel.
En web, me pagan (después de impuestos, como el IRPF), unos 62 euros. Un poco (poco) más si es en papel. Facturo cuando se publica, independientemente de cuando lo haya escrito. Algunas publicaciones pagan a 30 días fecha factura. Otras te dejan facturar en cuanto entregas el artículo, pero pagan a 90 días, y entre el 15 y el 20 de cada mes, aunque tu factura venza el día 1 del mes de pago.
Cuando entrego el post o el artículo, redacción lo revisa. Son temas de encargo o a veces propuestos por mí. Si no encaja, tengo que rehacerlo, incluso «darle una vuelta». En ocasiones lo hago más de una vez. Da igual si lo escribo una o cinco veces, cobro lo mismo. Tampoco importa si son 200 palabras o 900, me pagan la misma cantidad.
Mis gastos los pago yo: si tengo que ir a una presentación, el transporte; si tengo que llamar a NY para hacer una entrevista, igual.
Documentarme y verificar fuentes es mi trabajo. También asegurarme de que no aparezca referencia alguna a marcas o personajes «vetados» por la publicación. Si me equivoco soy yo la vetada, es posible que no solo en la publicación, sino en todo el grupo editorial.
Yo soy blogger. Tengo más de 10.000 seguidores en Twitter, y en mi blog entran 3000 personas diarias. Hablo de moda, o de decoración, o de famosos, según me apetezca. No estudié periodismo, pero este verano voy a hacer un máster en comunicación y moda.
Las marcas me mandan notas de prensa. También me mandan productos para que los use y hable de ellos. Me dijeron que podía poner publicidad en el blog, contar qué llevo puesto y dónde lo he comprado. Los ingresos van a una cuenta de PayPal. Me han dicho que así no tengo que facturar.
Me invitan a desfiles e inauguraciones. Antes iba porque era divertido, pero ahora me pagan los viajes, el hotel, me dan regalos y algo de dinero. La última vez, 600 euros por ir a una fiesta. A cambio tengo que hablar en mi blog de ello, y contarlo en Twitter, a ser posible en el momento.
Nadie me dice lo que tengo que poner, pero yo hablo bien de las marcas porque me tratan fenomenal y creo en ellas, y así se lo transmito a mis seguidores. No veo nada de malo en ello. Los blogs damos información de primera mano, por algo nos contactan las marcas ¿no?, porque informamos a las usuarias. Si ellas sacan un beneficio ¿por qué no nosotras?.
Yo en mi blog doy mi opinión, y es posible que se base en datos erróneos o incompletos, pero no soy periodista, y no estoy obligada a contrastar las fuentes. Solo digo lo que pienso.
Que no me tomen en serio me molesta, porque los bloggers somos importantes, y dedicamos tiempo a nuestro blog y a contestar a nuestros seguidores. Es justo que recibamos una recompensa a cambio.
Yo soy blogger y soy periodista. Me abrí un blog mientras estudiaba, porque me parecía interesante. Con el paso del tiempo tengo bastantes seguidores. A veces me llama alguna marca para hacer alguna acción con ellos. Entonces me tratan fenomenal, me llaman 20 veces, o me cogen el teléfono enseguida. Al terminar la carrera conseguí trabajo, primero como becaria y luego como periodista, en una revista femenina.
Pero me ha pasado que, ya como periodista, si llamo a la marca para hacer algún reportaje o contrastar alguna información, me dejan en espera, o me dicen que me van a llamar y no me llaman, y retrasan mi trabajo. Siempre digo que me tratan mejor como blogger que como periodista, y los mismos del departamento de comunicación me reconocen que se les da preferencia a los blogueros antes que a los periodistas.