¿Por qué los directores de revistas/periódicos importantes se hacen un Twitter? ¿para escribir «Rumbo a Paris. En el avión, Gael García Bernal!»? Se te supone un nivel, un mínimo de «Rumbo a París. En el avión, Kofi Annan». Para decir chorradas ya tienes a 3 o 4 egobloggers contratadas (¿o debería decir «engañadas»? porque sospecho que no cobran más que en invitaciones a saraos).
A ver, moza, que a Gael lo vemos en la calle Fuencarral día sí y día también. Además, eres la directora de una revista importante, tú lo ves practicamente cuando quieras.
Tu jefe te ha engañado. Te ha dicho «tienes que estar con el futuro, con las nuevas tecnologías, interactuar con el/la lector/a». Mentira. Esto, para que lo sepas, empieza a oler a rancio que te mueres, ya vas tarde. Díselo a tu jefe, de mi parte.
Luego tenemos las carencias. Por experiencia propia, sé que escribir un editorial o un artículo es una cosa, y otra muy distinta soltar un comentario improvisado. El primero lo lees, lo relees, lo reescribes, hasta que queda más o menos comprensible para el resto de la Humanidad. Pero, ¡ay!, un twiteo es la muerte, porque es tan fácil cagarla… Y no hablo ya de faltas de ortografía («llendo al desfile de…», «wellcome»…), sino de problemas de sintaxis. Aquí es donde realmente se conoce a la que tiene pluma e ingenio y a la que es un zote.