Un dia del año 1897, al oeste de la ciudad que prefiere no dormir, una nenita muy despierta de nombre Virginia, le preguntó a su papá uno de los más temidos cuetionamientos que los padres deben enfrentar y resolver sin herir sentimientos, “¿Santa Claus existe?”
El Dr. Phlip O’Hanlon, padre de la pequeña le respondió “Si lo ves en el Sol, entonces sí existe”
Determinante, como buena neoyorkina, Virginia, comenzó su travesía a tan peligroso y desconocido territorio en búsqueda de la verdad, era en El Sol donde encontraría la respuesta… la de ella y la de miles de Virginias que vendrían al mundo.
Unas cuadras más hacia al sur, en una oficina con olor a tinta sobre papel, Francis Pharcellus, corresponsal de la Guerra Civil y ahora editor de uno de los periódicos más prominentes de la gran manzana The Sun (El Sol), recibió estas líneas:
Querido Editor:
Tengo 8 años, algunos de mis amiguitos dicen que Santa Claus no existe,
Papá dice “ Si lo ves en el sol, entonces existe”, Por favor dígame la verdad, ¿Santa claus existe?”
Virginia O’Hanlon.
Pharcellus, encontró un espacio en blanco para recordar una palabra que mantuvo distante durante su experiencia como corresponsal de Guerra: la fé, al día siguiente una respuesta fue escrita, y ha sido preservada por más de un siglo, conviertiéndola así en la editorial con mas re-impresiones en la historia Norteamericana, y lo más importante de todo, le brindó a Virginia larga vida a su ilusión.
“Virginia, tus amigos están equivocados… no creen lo que no ven… él existe tanto como el amor, la generosidad y la devoción existen, y que dan belleza y felicidad a tu vida.
Seria un mundo triste sin Santa Claus, igual de triste sería si no existieran Virginias…
Nadie lo ve, pero eso no es señal de que no exista. Las cosas más reales en el mundo son aquellas que ni los niños ni los hombres pueden ver….
“Sí, Virginia, Santa Claus sí existe…. vive y vivirá por siempre. Por mil años… ¡que va! diez veces mil años de ahora en adelante, continuará haciendo felices los corazones de los niños”
Y fue en El Sol donde encontró la respuesta. El mismo que después de cien años, estuvo ausente varios diás por el paso de la tormenta Sandy, la ciudad cerró sus ojos y aguantó la respiración bajo el agua por unos momentos.
La recuperación continúa, por lo pronto ha regresado la sangre multicolor a sus venas, y pudo estar presente en una de las mayores celebraciones del país: El Día de Gracias.
Macy’s, la tienda departamental más grande del mundo, ha sido la encargada de darle voz a este agradecimiento con un desfile igual de monumental que su nombre, y donde se le hace reconocimiento a la heroína de nuestra historia, Virginia O’Hanlon, en esta ocasión acompañada de grandes amigos, que al igual que ella, creen en lo que no ven.
Y como lo dijo aquél editor “Diez veces mil años de ahora en adelante…” seguiremos agradecidas todas las Antonias del mundo a Virginia.
Texto y fotos: Elisa Perea, thesorialist, el Blog de la Señora de Soria (Guanajuato, México)