Desde el 1 de Enero del 2011 sabemos que este momento iba a llegar, que ibamos a tener un nuevo año por estrenar. Es como ese vestido que te compras y tienes colgado del armario con la etiqueta y el ticket grapado por si lo quieres cambiar, pero con la diferencia de que esta empresa no acepta cambios y mucho menos devoluciones. Así que aqui estamos, ante un vestido lleno de posibilidades que dependiendo de como lo complementes puede ser divertido, sobrio, ameno, aburrido, excitante… Has tenido otros vestidos con anterioridad, has podido acertar o equivocarte, asi que se supone que tienes todo lo necesario para esta vez hacerlo bien.
Yo ya no tengo el vestido que estrené el año pasado, porque he decidido cambiar el patrón, así que con unas amigas me he montado un mercadillo de 2ª mano y hemos vendido todo aquello que ya no queremos, porque no nos representa. Si cada nochevieja tenemos la oportunidad de dejar atrás lo que ya no queremos, ¿por qué no sacarle beneficio en forma de billetes? Lo que tú ya no quieres, alguien lo necesitará.
Tampoco me iba ya bien de talla, soy mas grande, y no en volumen… tengo mucho más aprendido gracias a lo que, como dice el anuncio, estoy tratando de desaprender. Si realmente quieres empezar de nuevo, debes olvidar todo aquello que de tan aprendido, ya era cotidiano. Y como soy de naturaleza generosa, trato de compartir con los demás, mi aumento de talla: hago reposteria, de la de siempre, ya sabeis… la tradicional, sin fondants ni azúcares de colorines. Y siempre dije que la repostería no era lo mío. Pero lo que era ya no es, y lo que no era, será.
El vestido que me voy a poner este año nuevo, no será comprado en una tienda que fabrique en serie. Me niego a seguir el redil y hacer aquello que otros decidan por mi. Este año mi vestido, lo diseño yo. No pensaré demasiado en formas, cortes, escotes… lo iré adaptando a mis necesidades y al tiempo que me toque vivir. Este año seré mas amoldable y me resistiré menos a las cosas, porque estas sucederán de igual modo. No penseis que me estoy rindiendo ante nada, más bien es todo lo contrario. Adaptaré la vida a mi, adaptandome yo a ella. De nada sirve querer ponerse un plumifero en agosto, te vas a morir… de calor, porque será verano en agosto. Quieras o no. Así que yo empezaré el año con un vestido de manga larga, por encima de la rodilla y quizá con cuello alto. Y en agosto, cuando haga calor, le cortaré las mangas, le daré escote, lo haré mas corto e incluso puede que lo abra a la espalda, pero me guardaré los recortes porque es mas que probable que en noviembre los necesite. Me adapto, lo adapto.
(Tarta de mascarpone… PINTAZA!!!)
¿Y lo que cambia un vestido dependiendo del zapato que lo acompañe? Me pondré tacones cuando quiera ver las cosas desde la distancia, seguro que seguiré mirando con soberbia en algunas ocasiones, pero ésta es mi maestra. Me pondré calzado plano, cuando realmente quiera escuchar y esté interesada en lo que me cuentan. Me pondré zapatillas cuando necesite correr e iré descalza cuando me de la gana. El bolso será pequeño, no quiero ir demasiado cargada este año nuevo. Las calles están llenas de contenedores, que además de quitarnos sitio para aparcar, están ahí para tirar la basura. Así que este año, lo que no necesite, lo tiraré y mi bolso estará mas limpio y pesará menos.
El vestido que tengo para estrenar, es tan versatil (va por ustedes) que puedo ir de pelo suelto o recogido, según me apetezca, pero lo que sí es seguro es que iré maquillada siempre. No es un requisito, pero lo hago por educación. Por qué ir por la vida mostrando ojeras, bolsas y marcas? Si algo he aprendido este año es que la gente se maquilla poco y nos muestra demasiado su mala cara. Y si no sabes maquillarte, te doy un curso de automaquillaje con todas tus herramientas, que es lo que importa y puedo enseñarte a usar aquello que no tienes ni iídea de para qué es, y te aconsejaré tirar lo que no te valga para nada. Yo haré todo lo posible para no tener que maquillarme, pero si lo necesito lo haré. Y solo espero que los demás hagan lo propio. Vengo a la vida a reirme con la gente, cuando quiera llorar, me pago un psicologo! que tambien comen.
No sé si me compraré un traje pantalón en marzo, de momento tengo un vestido que estrenar y lo haré del mejor modo que no sé.
Yo Doña, hoy… compradora compulsiva
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