Érase una vez un cuento, archiconocido y deseado por todos, llamado: el Nuevo iPad. Donde los protagonistas eran una manzana mordida pero candente y un pueblo austero pero deseoso del bocado de la manzana.
Entre sus principales personajes se hallaban: una maravillosa pantalla, un procesador de cuatro núcleos y una cámara 5Mpx con vídeo en 1080p. Desde el ansia del pueblo hasta la necesidad de este bocado blanco había una distancia de 490€ para los más pobres y un angosto camino de casi 800€ para los más adinerados. Claro, su pantalla con más colores de los que el ser humano podía vislumbrar llamaba tanto la atención como despertaba necesidad de escribir un buen cuento a otros escritores.
La malvada bruja se llama Apple, cuenta con millones de adeptos a su color y calidad, pero no nos dejemos engañar, no es más que una bruja envuelta en ropa de Dior, aderezada con marketing hasta puntos insospechables. Tal es el punto de maldad de esta bruja que no esperes a recibir algo malo, sino algo adictivo.
Apple sacó el cuento del Nuevo iPad para poder así deshacerse de la competencia, enanos del reino y ogros que persiguen el lujo de su manzana. Muchos creen que este cuento es sólo para ganar adeptos a la lectura, pero no es más que una forma de batalla contra los ocupantes del reino; de esta forma, los otros, atemorizados y sedientos de poder huirán sin mediar palabra, respetando el estatus poderoso de Apple.
Mientras esta batalla se libra de manera invisible, por los lectores del libro Nuevo iPad que susurran por cada esquina por conseguir. Este libro dota de cierto aire de intelectualidad, presencia, te transporta a un mundo donde todos son guapos y no importa nada más que tenerlo; es más, se rumorea que tiene poderes afrodisiacos con campesinas de Apple.
Un servidor tuvo la suerte de probarlo y leer un poco en Londres (como si Londres fuera más importante que Sevilla, acaso) y pude ver que la relación de la mejora del anterior con esta versión actual, era más bien mínima; sentí una fuerte absorción, me preocupé, era el motivo de su creación: recolectar dinero a modo de diezmo para crearnos una imagen del mundo real que nace desde una pantalla plena de aplicaciones.
Mi opinión queda plasmada, se ve con facilidad, pero: ¿y la de nuestros lectores? Supongo que el 50% ama a la malvada Apple y el otro 50% la odia hasta reconocer su máxima admiración y devoción.
