La veteranísima Carmen Werner regresa a la Cuarta Pared con su último trabajo: Recuerdo. Pero esta vez no viene sola. Carmen se marchó a Japón y de allí se trajo a los chicos de la compañía Shun-Project coproduciendo así esta propuesta , quizás menos arriesgada pero cargada de significación. Jugar con la memoria es un arma de hoja muy afilada cuando queremos indagar en el interior del ser humano; un ser humano que se convierte en danza y anhelo, en despertar del presente para reavivar el pasado, en soñar
La memoria es una función del cerebro y, a la vez, un fenómeno de la mente que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar información. Surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales (la llamada potenciación a largo plazo).
En términos prácticos, la memoria (o, mejor, los recuerdos) son la expresión de que se ha producido un aprendizaje. De ahí que los procesos de memoria y de aprendizaje sean difíciles de estudiar por separado.
Recurriendo al piano de Chopin, el recuerdo se nos presenta como un regalo sin abrir, como los amantes que un día fueron, como los anocheceres que preceden a los amaneceres. Los bailarines se desdibujan entre las notas entre los ritmos más histriónicos y los silencios más pausados. Y Werner se atreve esta vez a salir a escena con los suyos, demostrando que para la danza y el sentimiento no hay edad, defendiendo una dirección acertada en una serie de coreografías atrayentes pero no excesivamente arriesgadas.
La puesta en escena anima al espectador a soñar y a recuperar cosas que sucedieron. Quizás se pierda el ritmo en unos cambios en los que el silencio pasa de tener significación a vaciar en exceso. Si bien es cierto, podrán encontrar la propuesta como falta de sonido, de ritmo aunque con ciertas dosis de humor que nos volverán a mantener atentos. Y esta vez la coreógrafa no muestra tanta carne como ya viene siendo habitual en anteriores trabajos. Aún así, seguimos necesitando espectáculos diferentes en nuestra cartelera y Carmen ha hecho bien los deberes.
Zäpp Amezcua