El año que viene será mejor

Explotar la clave de humor de El Club de la Comedia hasta la saciedad es uno de los recursos más empleados por las compañías, sobretodo aquellas que se empeñan en hacernos tragar el teatro comercial de risa fácil. Y es que señoras, hay que vender para comer, que la vida está muy mala. El año que viene será mejor ha sido una de las propuestas del Bellas Artes para este inicio de temporada y, bueno, nos hemos dejado llevar.

Cuatro actrices de la escuela catalana se meten en la piel de cuatro mujeres de hoy en día más cerca del borde de un ataque de nervios que las chicas de Pedro Almodóvar. El formato, todo un festival de gadgets de escenas costumbristas en el que la mujer actual se ve reflejada desde la óptica de las pasiones, las frustraciones, los deseos, los sueños, etc. El guiño a los cómicos de la Paramount Comedy o a los payasos que aparecen en los programas nocturnos del Prime Time es tan evidente que si queremos un código de humor inteligente deberemos pensar en irnos a otro sitio.

antoniamagazine-elanoquevieneseramejor-anyd1017

La puesta en escena, con una escenografía cuidada y original nos presenta el típico espectáculo para todos los públicos con el objetivo de entretener sin más pretensiones. La estrella indiscutible: Alba Florejachs, una maravillosa actriz que ha sabido jugar con los diferentes registros, dominando los cambios y enseñando a todo el mundo el significado de la palabra versatilidad. Y para colmo se marca un a capella con un cuidado chorro de voz que nos dejó con los ojos como platos. Vanessa Segura y Neus Bernais, bastante mediocres, no salieron de su registro desde el inicio, lo que provocó que la veracidad de sus personajes estuviera por los suelos al cuarto o quinto gadget. Y finalmente la pobre Mireia Pámies, una lástima, porque la chica no llega directamente; insípida y sin gracia me aburrió soberanamente aunque su marcadísimo acento catalán, casi caricaturesco puede resultar divertido La acogida del público ha sido fantástica.

La gente que quiera descojonarse con el humor situacional ya sabe donde tiene que acudir. A mi es que particularmente nunca me ha agradado el rollo Club de la Comedia ni sucedáneos y, para variar, no coincido con la crítica de otros medios. Confío un poco más en mi intelect. Es posible que desde La escuela de la desobediencia se haya quedado el listón muy alto. ¡Ay, María Adánez cuanto te quiero!

Zäpp Amezcua

antoniamagazine-elanoquevieneseramejor-baja