United States of Tara
La mentalidad humana es insólita en lo tocante a su modus operandi y sus inverosímiles rasgos procedimentales. Estas afirmaciones no las baso en que yo odie a la humanidad porque soy un ente mezquino, ni mucho menos, las hago porque me parece curioso que mucha gente (quizá por influencia de las novelas de a duro de Corin Tellado) se pregunta constantemente cual es el material del que están hechos los sueños (que son cosas etéreas e intangibles), pero nadie se cuestiona nunca cuales son los materiales que componen el pandero un indiocuando, a mi entender, es mucho mas práctico a todos los efectos conocer este punto.
No negaré que quizá alguna de vosotras piense que esta introducción huele a cuco pero no es menos cierto que si lo que queréis es haceros una idea de lo que vale un peine y saber de qué esta compuesto el celebérrimo pandero al que aludo, solo tenéis que ver “United States of Tara” porque si hay alguien en este valle de lágrimas que esté mas soná que el pandero un indio, mas quemá que la moto un jipi y que farda mas con sus múltiples personalidades que Rappel conduciendo un OVNI, esa es la protagonista de la serie… ¡la buena de Toni Collette!
La serie es magnifica, eso es innegable, pero si uno deja de lado el subconsciente y comienza a ver las cosas desde la objetividad, se da cuenta de que (en general) lo que sucede en ella es poco creíble. No existen maridos tan buenos que permitan que las múltiples personalidades de su esposa le pongan los cuernos (que sepamos hasta 35 veces) sin coger el portante y salir a comprar tabaco para no volver mas. No hay hijos adolescentes que sean mas ingeniosos, mas elocuentes, mas cultivados y mas elegantosos en su porte que un Catedrático de la Universidad de Harvard después de echar un clavo a la luz de un candil.
Y sobre todo (que aunque no haya mal que 100 años dure, ni cuerpo que lo resista), mucho me temo que en esta estupenda serie, la loca mas peligrosa no es Tara con sus 7 u 8 personalidades, sino los familiares directos que no la encierran en un psiquiátrico a cal y canto… ¡y tiran la llave a una ciénaga!
Y este, queridas Antonias, es uno de los mayores problemas (o virtudes) de Diablo Cody (ya sabéis, la guionista de Juno) que es la creadora de la serie y cuya mano se ve constantemente en cada diálogo y cada plano de la misma.
Y pongo sobre la mesa esta dualidad de problema/virtud, porque aunque nadie se crea a ese hijo pre-homosexual de 14 años que cada vez que dice algo te dan ganas de tatuártelo en los carrillos del culo, la ficción es así y no hace falta creerse a un personaje para que resulte fascinante y quieras parecerte a el y contestar siempre a todo con una sentencia mejor que las de Confucio.
Huelga decir que la interpretación de Toni Collette es extraordinaria; crea un microcosmos particular para cada una de las personalidades haciendo que, con solo el primer gesto y sin necesidad de que hable, ya sepas qué personaje va a entrar en juego en esa escena.
La serie es estupenda y solo tengo buenas palabras para ella, pero no obviaré un hecho que me parece inadmisible, y es eso de que hasta el capitulo 6 de la primera tamporada no se vean un par de tetas y que cuando por fin se ven… ¡una mire para Albacete y otra pa Cuenca!
Pero el mundo de Hollywood y sus entresijos tiene estas cosas.
Ivan Casquete