Hace algo así como un mes regresaba a Madrid desde Lisboa. En el aeropuerto, para hacer tiempo, adquirí algunas publicaciones de allí. Una costumbre que tengo, deformación profesional, el observar y estudiar lo que hacen otras revistas, y si son de otro país, más interés despiertan en mí.
No hay grandes diferencias en los contenidos entre las publicaciones portuguesas y las españolas. De hecho, hay muchas cabeceras comunes en los dos países. Pero una publicación me llamó la atención en particular. Se llama «Chocolate» y está dedicada íntegramente a las mujeres de color (qué expresión más… capulla, con perdón), a mujeres de ascendencia africana y color de piel negra.
Es muy difícil, por no decir imposible, encontrar una publicación similar en España.
Vale que esta cabecera, que se distribuye también en Portugal, sea de Angola, donde la mayoría de la población tiene ese tono de piel. Pero es que en España practicamos la censura en las publicaciones femeninas.
Sí, y lo digo así porque es cierto. Desafío a cualquier director de arte, miembro de un equipo de edición gráfica, redactor de belleza, etc, de cualquier revista femenina, a que me diga que nunca, jamás, le han rechazado una elección de foto de una modelo, porque era «demasiado oscurita» o, directamente, negra, o demasiado china, etc etc. Jamás me han rechazado a ninguna porque fuera «demasiado rubia» (a no ser que, obviamente, estuviéramos buscando una modelo castaña).
Creo que nos olvidamos de que la población de mujeres de piel negra, o sudamericanas o asiáticas en España está creciendo exponencialmente. Que esa población también compra revistas, y que está claro que no se pueden sentir identificadas, ni seguir unos cánones estéticos que las ignoran por completo.
No quiere decir que ahora, de repente, todos los editoriales sean de este tipo, del mismo modo que tampoco vamos a pretender que todas las producciones de moda se realicen con modelos a partir de la talla 42, porque tampoco sería un reflejo de la sociedad actual, en la que hay de todo, pero un poquitín de mezcla no nos vendría mal, a todos.
Mucho premio (merecidísimo) a la labor de mujeres solidarias, emprendoras, luchadoras por las libertades en países con peores condiciones de vida, pero no somos capaces de sacar a una negra en un editorial de belleza (o fitness, alimentación, estilo de vida…), ni a una china, ni a una sudamericana, como no sean Naomi Campbell, Gong Li o Jennifer López.
Abogamos por la eliminación de las discriminaciones, pero se nos olvida mirar dentro del patio de casa, que es donde se producen más.