American Horror Story

Mis queridas Antonias, sea por la cantidad ingente de cartas impecablemente manuscritas y correos electrónicos impolutamente aderezados que me enviáis, que se os hace poco menos que insoportable esperar a que llegue este mágico momento del mes en el que os abro mi corazón y os brindo mi sincera y cualificada opinión sobre la serie del mes. Pero no sufráis porque ese momento ha llegado, relajad vuestros firmes y tersos traseros y disfrutad de la lectura de mis ocurrencias… ¡porque ya estoy aquí para todas vosotras! 

A estas alturas del partido, a ninguna de vosotras se le escapa que, puesto que soy un jovencito emprendedor de aquerubinado rostro y terso cutis, e ignoro por completo lo que es la maldad, por lo general suelo hacer criticas bastante amables acerca de las series de mi sección, pero no siempre puede uno ser así, y es que si no le das de vez en cuando con una vara de fresno a los productores de Hollywood hasta que los mueles a palos, se te acaban subiendo a la chepa… ¡y eso es de una ordinariez intolerable!

antoniamagazine-serires-American-Horror-Story-02

Por eso este mes os hablaré de “American Horror Story”. Cerrad los ojos, imaginaos una serie ingeniosa, que mantiene la tensión en todo momento, cuyas tramas argumentales son de una agudeza y originalidad supinas y en la que los personajes están tan magistralmente construidos que no has terminado de ver un capitulo, cuando quieres empezar a ver otro… ¿la estáis viendo? Pues ahora abrid los ojos, mirad bien y escuchadme: esa serie NO ES de ninguna de las maneras “American Horror Story”… ¡ni por asomo!

Porque “American Horror Story” es un despropósito de principio a fin; os aseguro que di miles de vueltas en la cama intentando sacar algo positivo de tamaño engendro, consulté con la almohada, la almohada consultó conmigo; en mi ausencia, el edredón convenció a la almohada de que la serie era mala de narices y finalmente, cama, almohada, edredón y yo, llamamos al programa de Sandro Rey para que nos echara las cartas y nos abriera los ojos a por qué alguien en su sano juicio decide emplear cientos de miles de dólares y un tiempo precioso en hacer una serie tan aburrida, tan soporífera y tan inmunda.

antoniamagazine-serires-American-Horror-Story

En teoría estamos ante una serie de terror y fantasmas, pero la factura es tan chafardera que, a mitad de la primera temporada, ya ni miedo da; como mucho provoca asco y es que tengo la impresión que sus creadores, en un intento desesperado por contentar al personal (ya que asustar poco y enganchar menos), van echando mano de twitter para ver que dice la gente y acaban por tirar de casquería que, como bien sabe Ana Obregón (pues en Ana y los 7 le dio muy buen resultado), nunca falla… ¡Pues ni por esas!

Los personajes están tan lamentablemente construidos y tan difuminadamente perfilados que se hace poco menos que imposible identificarte con ellos, hasta el punto de que lo mismo te da si les cortan la cabeza o si les untan guindilla por el ojete, estás mas pendiente de las actualizaciones de tus contactos de Facebook que de la serie.

El núcleo central de la serie versa sobre una familia que compra una casa encantada y los fantasmas pululan día y noche (con mas pena que gloria) por ella, añadiendo a esto el genial aderezo de un embarazo incomprensible de la madre de familia; pues bien, cuando la serie va avanzando y los protagonistas se dan cuenta de que como no se vayan de la casa les van a dar para el pelo, resulta que, por culpa de la normativa urbanística de De Guindos, la mala racha del mercado inmobiliario, y la madre que parió a los mercados financieros, los pobres muchachos no pueden vender la casa, prefiriendo jugarse la vida cada 10 minutos en lugar de irse por ahí de alquiler. En fin…

antoniamagazine-serires-American-Horror-Story-11

¿Mi recomendación? Que ni se os ocurra ver esta serie porque será la perdida de tiempo mas grande de toda vuestra santa vida; os indignareis, pataleareis, y os cagaréis en todos los vivos de los responsables de esta barraca de feria. Por eso aviso, porque lo último que querría yo en esta vida sería que albergarais un ápice de odio en vuestros corazones hacia cualquiera de vuestros congéneres.

American Horror Story” es una completa pérdida de tiempo, un espectáculo tan lamentable como atroz, un ejercicio de cómo no hay que hacer las cosas. Con deciros que me dio mas miedo la versión que hicieron Antonio Resines y Pepón Nieto de “Cheers”… ¡os lo estoy diciendo todo!

Reconozco que no soy hombre de fe, pero si hay alguien arriba que vela por nosotros por favor le pido que de orden a sus angelitos de que construyan un Cementerio Indio encima de la casa de la serie, para que los productores se den cuenta de que una segunda temporada es completamente innecesaria. He dicho.

Ivan Casquete