Uno de los prejuicios más asentados contra el manga y el anime (y por extensión, cualquier manifestación cultural salida del Japón) es el de que suelen tratarse de productos de mero entretenimiento y dirigidos a un público hiperhormonado de varones adolescentes que no merece la pena tomarse en serio. La expresión “basura para pajeros” refiriéndose al manga y derivados es muy común entre aficionados al cómic “de verdad” (lease, ediciones en tapa dura de Alan Moore, cómic autobiográfico canadiense o cualquier cosa que haga Moebius). También son habituales las críticas con cierta intención feminista : que si los japoneses son muy misóginos, que si el lolicon, que si el hentai, que si el amae… Curiosamente, los que afirman este tipo de cosas, (mientras las quinceañeras se pelean por lo último de Clamp!) suelen ser señores con barba y barriga, fanes de Frank Miller que no han leido un manga en su vida.
Cualquiera les daría la razón a estos críticos bienintencionados, viendo cosas como Dashu Kappei (Chicho terremoto) o Golden Boy (muy divertidos, pero con un evidente fondo misógino) o las barbaridades guro de Waita Uziga, y no podría ser mas cierto que en el día a día, la sociedad japonesa es machista hasta extremos prácticamente medievales, pero conviene matizar ciertos aspectos.
En primer lugar hablando de producción y números de títulos al año, la industria del cómic en Japón no tiene equivalente conocido en Occidente, ni siquiera en EEUU. En 1989 el 38% de todos los libros y revistas editados en Japón eran mangas, con eso os lo digo todo. Por supuesto, el 90% de estos mangas son malos de solemnidad (en la misma proporción encontramos tebeos horrorosos editados en España, EEUU, Francia, etc…) pero produciendo tantísimos títulos, el número de obras de calidad es ciertamente superior al editado en otras partes del mundo.
En cuanto al machismo, rompamos una lanza en favor de los japoneses: hay que reconocerles que fueron los primeros en darse cuenta de que las mujeres representaban un enorme público potencial y en diseñar con mayor o menor acierto, un tipo de manga/anime expresamente dirigido al público femenino. Que las mujeres leen tebeos y literatura fantástica es a estas alturas una verdad de perogrullo, pero lo cierto es que hace 30 años ningún editor occidental se tomaba en serio esta cuota de mercado. En Japón, sin embargo, editan shojo y josei (cómic para chicas menores y mayores de edad respectivamente) con jugosos beneficios desde los años 50.
Esto a la larga, ha dado lugar a una industria musculosa y muy bien asentada en el mercado japonés, en la que desde los 70 la práctica totalidad de los mangakas que hacen shojo sean mujeres, algunas con éxito y ventas más que notables. De nuevo, no vemos nada ni parecido en su equivalente mainstream occidental, americano o europeo -el cómic independiente es otra cosa-, una industria en la que las mujeres, al menos a nivel creativo, si brillan es por su ausencia (con la notable y reciente excepción de Marjane Satrapi o cosas como las de Maitena, de calidad discutible).
Muchas me direis que el shojo es un género menor y que es al shonen lo que Esther y sus amigas a El Capitán Trueno o Hazañas bélicas. No os falta razón, Antonias, pero hay una diferencia importante: mientras en éste occidente nuestro el romance se desarrolla en escenarios muy concretos (y aquí se me viene a la cabeza la descripción de novela rosa que hace el editor de La flor de mi secreto) el shojo, aún con el sentimentalismo como corsé, está mil veces más desarrollado en cuanto a temática que sus equivalentes occidentales y abarca tanto el melodrama más sentido como el romance realista, la crónica costumbrista (crítica social incluida), el humor, el terror y lo fantástico en todas sus acepciones a cual mas disparatada, sin excluir el cómic directamente pornográfico, muchas veces de temática homosexual: (shonen-ai y yuri-ai; relaciones gays, entre hombres y mujeres respectivamente) Y recordemos, todo esto dibujado escrito y editado exclusivamente por y para mujeres. En pleno 2010 parece que Erika Lust ha inventado la rueda con Cinco historias para ellas y resulta que estas señoras llevan 30 años dibujando marranadas y ganando dinero con ello (esto sin querer quitarle méritos en ningún momento a la Sra. Lust, pero al Cesar lo que es del Cesar y a Temari Matsumoto, lo suyo)
Si hablamos de shonen/seinen (equivalente masculino al shojo/josei) aunque los personajes femeninos ocupan muchas veces los clásicos roles pasivos (la novia del protagonista, la madre, la hermana abnegada..) también encontramos perfiles mucho más activos e interesantes: la empollona/técnica, la mala malísima y sobre todo, la amazona/guerrera/piloto de mechas, que si bien nacieron como una excusa para mostrar tetas moviéndose libres en combate (lease Lara Croft), con el tiempo han ido ganando profundidad y peso en las historias hasta el punto de desbancar a sus compañeros varones, al menos en producciones serias.
Resumiendo, resulta irónico que un autor tan manifiestamente misógino como Jodorowsky se tenga por un pope cultural y un genio (no digo que sea malo, ojo, tiene cómics excelentes, pero no deja de ser un feriante sobrevalorado y un machista tremendo) y la divertidísima obra de Rumiko Takahashi, Evangelion o Paranoia Agent se consideren de mano entretenimiento machista de segunda, así que os animo a que aparqueis prejuicios y echeis un vistazo a las estantería de manga-anime de vuestras librerías. Encontrareis basura en cantidades industriales, pero también un buen puñado de títulos que merecen un vistazo.
A continuación, una pequeña lista con mis heroínas manga/anime favoritas, para que te orientes un poco, Antonia, que llevas tres horas en la tienda leyendote los mangas al revés, no te decides a comprar nada y el dependiente te empieza a mirar peor que mal.
– Candice White, AKA: Candy. (Candy Candy, Keiko Nagita, 1975) Aquí tenemos a la heroina shojo primera época por excelencia: huerfanita abandonada, adoptada y vuelta a abandonar, que se enamora locamenti del primero que le dice “lindos ojos tienes”. El leif motiv de Candy se reduce sufrir a saco con la crueldad innata a la clase alta y llorar muchísimo. Tanto lloraba, Candy, que mi madre (con excelente criterio, aunque en su momento me pareció una injusticia monstruosa) me prohibió terminantemente volver a ver la serie de las rosas enanas y los tirabuzones interminables. Candy es una pedorra, pero aún así, su historia vale para echarse unas risas y me consta que muchas Antonias le tienen cariño, así que la incluyo en la lista.
Podeis ver el anime, 150 capítulos de llantina interminable aquí, el manga no está editado en España pero en internet pueden encontrarse scanlations bastante decentes
– Akane Tendo, AKA: Akane (Ranma 1/2, Rumiko Takahashi, 1989) Conste que casi todos los personajes femeninos de Ranma 1/2 (un manga clásico de enorme éxito, mitad comedia de enredo, mitad serie de artes marciales, muy divertido) molan bastante, incluyendo al propio Ranma cuando se convierte en la misteriosa chica pelirroja, pero es Akane, con su fuerza sobrehumana, su actitud de marimacho y su rechazo frontal al matrimonio de conveniencia que le ata a Ranma (al que salva los trastos en más de una batalla) la que se gana enseguida a los espectadores. Memorables sus entradas en el instituto, en las que se quita de encima a sus numerosos pretendientes a galleta limpia y sus peleas con Bamboo.
El manga en castellano está editado por Planeta Agostini y Glenat; los OVAS y capítulos están colgados aquí.
– Motoko Kusanagi, AKA: La jefa, Teniente Kusanagui (Ghost in the shell, Masamune Shirow, 1989) la pieza central de la extensa Ghost in the shell (obra maravillosa de inspiración cyberpunk, que ofrece mucho mas que robots y armas laser; en la historia son comunes las reflexiones metafísicas, políticas y filosóficas; su influencia es enorme: Matrix, por ejemplo, se lo debe todo a Ghost in the shell) es este mujerón frio como el hielo, de cuerpo 99,9% prostético y autoridad inquebrantable. Kusanagi es una máquina de matar sumamente eficaz a la que no le chista nadie, ni subordinados ni superiores. Lista, fuerte y guapa (pero sin ejercer de tia buena en ningún momento) aunque a veces dude de su humanidad también tiene su cyborg-corazoncito. Para disgusto de sus machofanes, se declara lesbiana en los primeros capítulos de la saga.
El manga (dividido en varias series) está editado en catellano por Planeta, también podeis ver dos series de anime de 26 capítulos cada una, dos películas (Ghost in the shell y Ghost in the shell 2: Innocence ), un OVA y nada menos que tres videojuegos basados en la saga.
– Asuka Langley Soryu, AKA: Asuka (Neon Genesis Evangelion, Hideaki Anno, 1995) piloto del EVA02, dicharachera, agresiva, ambiciosa y respondona, Asuka, todo carisma, arrasa en su llegada a NERV y se come con patatas al lánguido Shinji y casi, casi a la misteriosa Rei. En la muy mística Evangelion (ojo con esto, a Evangelion o se le ama o se le odia a muerte, a mi me encanta, pero entiendo que mucha gente se aburra con tanta duda exsistencial y tanto sufrimiento) es el personaje mas creible de la serie y el que mejor representa el paso traumático de la infancia a la vida adulta. Su soberbia acaba haciéndole pagar un alto precio, aunque se muestra valiente y orgullosa hasta el final. Un personaje redondo, excepcionalmente bien escrito. Diez para Asuka y para Hideaki Anno.
Podeis ver todos los capítulos, los OVA´s y la primera parte de las tres películas aqui. El manga de Yoshiyuki Sadamoto, con la historia desarrollada de manera algo diferente y escenas que no aparecen en la película, está editado en España por Norma Editorial. La saga también cuenta en su haber con videojuegos y una abrumadora cantidad de merchandising.
Lain Iwakura, AKA Lain (Serial Experimental LAIN, varios autores, 1998) Lain, es una chica de catorce años tremendamente introvertida y un poco infantil que poco a poco traslada su vida analógica al espacio virtual de WIRED, en el que no tarda en desarrollar nuevas personalidades hasta dejar de reconocerse a si misma y fundirse casi totalmente con el mundo digital, convertida en una especie de diosa omnipotente. ¿Os habeis enterado de algo? Seguramente no, y no me extraña. Lain es un anime algo denso y metafórico (a través de las vivencias de su protagonista, se habla de identidad, comunicación, teología, existencialismo… todo muy ligerito como vereis) pero extrañamente hipnótico y adictivo. La protagonista es tan friqui que se le coge cariño (todas nos hemos sentido así alguna vez,al menos yo si) y representa muy bien la lucha adolescente -o no tanto- por establecer la propia identidad en un entorno cambiante. Visualmente es una auténtica joya.
Aquí, todos los capítulos. También hay editados varios libros con bocetos, fondos, diseño de personajes etc… que harían feliz al otaku mas exigente.
Chihiro Ogino, AKA: Chihiro, Sen (El viaje de Chihiro, Hayao Miyazaki, 2001) Poco hay que contar sobre esta obra maestra de la animación que no se haya dicho ya. Chihiro es un derroche de talento y lirismo, metáfora de una sociedad japonesa adormecida y con problemas de identidad. Los protagonistas femeninos interesantes abundan en la obra del maestro Miyazaki, que mas de una vez se ha proclamado feminista (Nausicaa, Ponyo, Mononoke…) pero Chihiro es mi favorita, porque no es princesa ni falta que le hace, sólo una niña normal que sabe estar a la altura de la circunstancias -aunque estas sean algo raras, como que una bruja te robe el nombre- Si no la has visto, ya estas tardando, Antonia. Consíguela online en este enlace.
Tsukiko Sagi, AKA: Tsuki chan (Paranoia Agent, Satoshi Kon, 2004) La protagonista de la única incursión televisiva del gran Satoshi Kon -recientemente fallecido a causa de un cáncer de páncreas fulminante- no es precisamente una heroína al uso, mas bien todo lo contrario: apocada, frágil y vulnerable, guarda en su interior poderosos fantasmas que van a hacerle la vida bastante complicada. Paranoia Agent, a pesar de sus perros parlantes y sus alucinaciones, resulta en el fondo dolorosamente realista. Este es un anime psicológico y pesimista, a ratos muy duro, que trata sobre la indolencia y la necesidad de evasión, sobre asumir las consecuencias de nuestros actos y hacer frente a las responsabilidades. Los personajes, con sus complejidades, defectos y contradicciones, resultan totalmente creíbles, en especial los femeninos, y como en todo lo de Kon, la animación y el diseño de personajes están desarrollados con un cuidado exquisito. Una serie imprescindible, podéis descargarla aquí en versión original.