Imma Monsó es una gran escritora, con un estilo muy suyo y una capacidad observadora muy notable que le permite crear personajes tan reales que muchas veces traspasan la ficción. En sus diferentes novelas, Imma aborda de tú a tú, y con un gran sentido del humor, temas tan íntimos como la muerte del que fue su pareja durante muchos años, las relaciones familiares, la comunicación, la enfermedad, el tiempo…
Pero a parte de la biografía de esta simpar mujer, que se puede encontrar googleando un poco, a mi me gustaría remarcar su faceta personal. Es una mujer inteligente, dotada de un gran sentido del humor y de una fina ironía. Es valiente e intrépida, y muy amante de sus raíces. Lo que más me gusta de ella es que cada día te sorprende, porque tras una apariencia frágil y tímida, se esconde una persona con una fuerza brutal y un carisma difícil de olvidar.
Imma ha sido la ganadora de la última edición del Premio Ramon Llull de novela, galardón literario que se otorga a una novela escrita originalmente en lengua catalana, con su última obra “La dona veloç” (La mujer veloz).
Imma, antes que nada, MUCHAS FELICIDADES por tu premio Ramon Llull 2012. ¿Qué tiene de especial «La dona veloç» para resultar ganadora de un premio tan importante y, porque no decirlo, tan jugoso económicamente?
El premio ha sido una alegría en medio de los tiempos asquerosamente austeros que estamos sufriendo. En cuanto a qué es lo que el libro tiene de especial, pues depende de con qué lo compares…
Leyendo reseñas sobre tu novela, me ha llamado mucho la atención descubrir que «los tiempos son femeninos». ¿Crees que estamos en la era de vencer la supremacía machista?
Yo de supremacía machista no entiendo, durante toda la vida me he mantenido a una prudente distancia de los machistas supremos (y siempre se les ve venir), y he tratado de limitarme a conocer únicamente hombres impecables o, al menos, con un mínimo grado de sensibilidad femenina. Recomiendo a cuantas mujeres me escuchen que hagan lo mismo. Por lo que se refiere a “los tiempos en general”, yo sí creo que las mujeres somos más rápidas, más polifacéticas, más multi-tareas… Y en este sentido vamos de acuerdo con los tiempos que corren. Pero dado que los tiempos que corren son ABOMINABLES, está por ver si es bueno que sean tan “femeninos” o deberían mantener un equilibrio entre los valores tradicionalmente considerados masculinos y los femeninos…
En cada novela tuya siempre he descubierto un cachito de ti, sobre todo en «Un hombre de palabra» en la que, para mí, estabas presente en estado puro y muy reforzada después de una catarsis bestial… ¿Cuanto de Imma hay en esta última novela: eres una mujer con prisas, pero con vocación de lenta y de poeta?
Sí, ésa es, básicamente, la tragedia de la protagonista. Es de naturaleza veloz, pero de vocación cachazuda. Por mi parte, yo me hago míos los problemas de mis protagonistas. Si no los tengo antes de empezar la novela, acabo teniéndolos después.
Una de las cosas que más me gustan y me sorprenden de ti es tu sentido del humor, eres tan cómica, y así a primera vista no lo pareces.
¿Podemos encontrar ese sentido del humor tan tuyo, tan «monsoniano» (fíjate que ya tiene nombre) en tu ultima novela?
Siempre, siempre. Sin humor no hay vida inteligente. Cuando un lector me dice, como hace poco una lectora, que se ha caído de la cama de tanto reírse mientras leía algo mío…
Valoro muchísimo la risa. Quizá es debido a que pocas cosas me hacen gracia, así que hay pocas cosas mejores que una buena carcajada liberadora (aunque hay algunas).
Escribes en la cama… sé que para ti salir de tu habitación es como una aventura, ¿qué hay en ese espacio que te inspira tanto, y que no hay en la cocina, o en el comedor?
La cocina no me disgusta, pero el comedor me horroriza. Me recuerda aquellos tiempos en que el comedor sólo se usaba “para cuando venían visitas”. Lo mío es la habitación. Me gusta la cama. De pequeña soñaba con ir a la escuela encamada, en una especia de cama rodante. De mayor he cumplido mi sueño: desayunar, leer, escribir, ver la tele, hacer el máximo de cosas posibles en una gran cama mullida y agradable y llena de almohadones.
De vez en cuando, también recibo.
Hablemos del final de la novela, sin descubrirlo. Dices que el final de «La dona veloç» te sorprendió hasta a ti misma. Explícame ¿cuando escribes te dejas llevar? ¿Toman, tus personajes las riendas de la novela?
Por supuesto los personajes te llevan, te conducen, te arrastran y a veces hasta te hacen polvo. En el caso de esta novela el final me dejó estupefacta, francamente.
Imma, por último ¿me permites que te aconseje una lectura? Te recomiendo que te leas enterita la revista Antonia Magazine, verás que hay temas muy interesantes, ¡y sobre todo gente con mucho talento y muchas cosas honestas que decir!
La revista está fenomenal, seguid así. Y lo de que hay en ella gente con talento, no hay más que verte y leer a todos los que formáis parte de ella. Ánimos y seguid así.
Gracias Imma, y muchísima suerte con tu último libro.
DINA3, ¡con la literatura!