Las nuevas generaciones pisan fuerte I – DIRTY SOCKS

Ir loca de un sitio para otro en un festival y escuchar algo que hace que te quedes a escuchar a esa banda que está sobre el escenario. Esto es lo que me pasó con Dirty Socks el pasado Monkey Week. Iban corriendo hacia un concierto de un grupo que no me gusta nada pero que tiene tirón y en esas, veo en el escenario de la plaza Alfonso X a cuatro chicos con un estilismo tan genial y tan de mi gusto que pasé del compromiso y les di la oportunidad. Es que a mí me pones en la misma olla guapura, juventud y pantalones de pitillo tan apretaos como las tuercas de un submarino y ya no soy capaz de pensar en nada más!!!.

Volviendo a lo que nos interesa que es la música he de reconocer que nada más sonar los primeros acordes me transporté a la época donde Joy Division era el rey, esa época en la que me hubiese gustado morir de sobredosis envuelta en la atmósfera de la psicodelia. Uno de mis acompañantes director de orquesta y productor me dijo: ‘Viendo a estos chicos siento vergüenza, ¿qué coño estamos haciendo nosotros metidos en la música?’. Y es que a pesar de la juventud de estos gallegos (su media de edad no supera los 21) se plantan a destrozarte los esquemas demostrando que haber nacido después de la Expo del 92 no es sinónimo de analfabetismo musical, como muchos de mi edad piensan. Muy al contrario, los temas que pudimos disfrutar suenan a mucho trabajo y a ideas claras. Pueden sonar a The Horrors a Joy Division o a New Order pero lo que tengo clarísimo es que han traspasado con este segundo EP ‘Abandoned Warehouse’ las barreras de los rígidos encasillamientos que tanto les gustan a los críticos y van más allá, tienen un sonido propio, una aportación al nuevo orden de la música para el s.XXI.

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Si con dos EP en el mercado han conseguido llamar la atención de los más puristas no quiero imaginar lo que conseguirán cuando podamos disfrutar de un larga duración. Estoy deseando volver a disfrutar de este grupo en algún garito de mala muerte propio del post-punk y la psicodelia de antaño con toques de la experimentación propia de la juventud. Les seguiremos muy de cerca, no es una advertencia, es la amenaza de una acérrima groupie!.

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