Despertar con la música que un dj’s está pinchando para ti, eso queridas mías, no tiene precio. Un poco agotada bajé a refrescarme la resaquilla del día anterior bailándome unos temas con los amigos en la piscina. Hora feliz y amigos en un resort de 4 estrellas, la combinación perfecta. Una sola queja, que el público esté entregadísimo y lo baile todo no es excusa para que casi todas las pinchadas sean de petardeo, para eso ya teníamos a Chicos Malos que lo hacen muy bien, no es necesario estar escuchando ciertos temas de Paulina Rubio a cualquier hora. Hemos echado en falta un buen dj de temas indies, teníamos a nuestro Manpop pero lo teníamos relegado a horas y sets poco apropiados.
Una ducha y unas fuentes de pescaíto después comenzó la segunda jornada musical en el recinto ferial. Me perdí con todo el dolor de mi corazón a los franceses H-Burns pero es que el cuerpo necesita su tiempo de recuperación. Eran los grandes desconocidos pero había tenido la oportunidad de verlos en otra ocasión y recomiendo encarecidamente su escucha para los amantes del buen brit-pop.
Sí que me podía haber ahorrado, por el contrario, el concierto de los jovencísimos Francis International Airport. No sabemos si por falta de tablas o por la magnífica producción de su segunda entrega ‘In The Woods’, el caso es que estuvieron por debajo de las expectativas de la audiencia que prefirió ir a tomar algo o a llenar los estómagos mientras estaban en el escenario. No te pierdes nada si los escuchas en tu casa.
Y llegó la hora de los nostálgicos. Subidas en el escenario las chicas de Nosoträsh interpretaron el disco que cerró una carrera repleta de buenas canciones. Con Popemas, muchos treintañeros recordaron tiempos mejores y corearon las letras de estos micro-poemas musicados. Íntimas y familiares fueron entregando una a una joyas como ‘Arte’, ‘Copiloto’, ‘Cenicero’ o ‘Simulacro’ tan imaginativas como sensibles. Las de Gijón transformaron sus limitaciones musicales en virtudes posicionando este trabajo entre los mejores de la historia pop nacional. Quizás se notó un poco la falta de escenarios en los últimos años, pero este concierto nunca dejará de ser como un abrazo porque ‘Popemas’ se te pega a la piel desde la primera escucha
Solo mencionar a los ganadores del concurso de bandas locales, The Strangers para decir que si ese es el nivel de las bandas que se presentan, se pueden ahorrar los de la organización las molestias que pueda suponer.
Y después de un breve descanso nos encontramos en el escenario a un puñado de suecos muy rubios y grandes vestidos cual tripulación de ‘Vaciones en el mar’. Llegó el momento de los Friska Viljor. Estaba expectante porque Despop, uno de los Chicos Malos, me había dicho que no me los podía perder. Algo escéptica por las pintas y lo que había leído por la red me puse como siempre en primera fila para tirar las fotos y confieso que casi muero de gusto. No sé si fue porque no esperaba nada, el caso es que casi no puedo trabajar porque no podía dejar de bailar y de sonreír igual que los mismos protagonistas que ni en sueños, hubiesen esperado esa respuesta del público que bailaba y cantaba con ellos los temas del que a partir de ya, es para mí uno de los mejores disco internacionales del 2011, ‘The Beginning Of The Beginning Of The End’. Divertidos y preciosistas en la interpretación de unas canciones pop que supusieron la locura general.
Cerraron las actuaciones del festival los que son, desde hace un par de años, una apuesta segura para agitar las masas, El Columpio Asesino. Este cambio que están experimentando hacia el krautrock les está funcionando pero que muy bien y el bombazo de ‘Toro’ es ya tontería seguir discutiéndolo. Al contrario de aminorar la marcha después de tanto girar estos chicos de Pamplona siguen sorprendiendo en cada directo, nunca te cansarás de verlos descubriendo nuevos matices. Y Cristina, mi Cristina siempre es un regalo para los fotógrafos con esa demostración de actitud en el escenario.
Después del éxtasis de ‘Diamantes’ tengo que reconocer que pasé bastante de la sesión de La Mujer Barbuda para charlotear con músicos y amigos que estaban en su punto álgido de la noche. Además, ya os he comentado que con un set de petardeo ya teníamos bastante, la fórmula está empezando a cansar a los festivaleros.
A los afortunados que no teníamos que partir temprano, nos dieron uno de los mejores regalos, despertar el domingo con ‘Un soplo en el corazón’ de Family y una barbacoa gratuita que me dejó pasmada. Todos pensábamos que iba a ser un ‘tonto el último’ si quieres comer pero no fue así, estuvieron sacando chuletas, pinchitos, sardinas, ensaladas, almejas…hasta entradas las 18h de la tarde hora donde uno, después de dos días en el cielo, tenía que hacerse a la idea de volver a la normalidad. Soñando estamos con la edición del próximo año…