Territorios allegro ma non… troppo – 2ª Parte

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SÁBADO 19 –  Segunda jornada festivalera, y aprendiendo que es gerundio, por lo menos en lo que toca al refrigerio por si la primavera aprieta. Y haciendo camino un par de reflexiones. Las cosas de ir fresco como una lechuga ,que hasta te da para pensar:

  • Una sobre el carácter del festival y la organización de las jornadas, que se dividen en dos, no muy diferenciadas en forma pero sí sin continuidad, tanto como para considerar que casi se llega por primera vez en cada una de ellas.
  • Otra sobre la experiencia pasada con el concierto con Tricky… Hoy es el turno de Iggy Pop y se da por descontado que asistirá un numeroso grupo esperando exclusivamente su concierto… ¿Estaremos en las mismas? Más cuando ya corre el rumor que el de Michigan no es sino un astuto empresario dispuesto a explotar comercialmente el mito.

En fin, vamos al tajo y que corra la diversión.

Al demonio, Monasterio de La Cartuja en la segunda jornada de Territorios desbordado y lleno hasta la bola. Si lo de Iggy estaba hasta la bandera, una rápida vuelta por los escenarios que lo simultaneaban como es el caso de los granadinos Lori Meyers, el sevillano Shotta, y hasta la charanga balcánica de los 17 Hippies, tenían una expectación más que respetable.

Como visitantes habituales del Territorios ya se daba por descontado que Mission of Burma iban a sacudir hasta los cimientos. Pero ¿a nadie se le ocurrió que poner a las 20:15 a Mission of Burma es un crimen de lesa humanidad?.. ¡¡Estamos locos!!, con el personal aún pasando la entrada, es de sentido común que su vibrante de rock atemporal merece una hora digamos… más calentita. Cosas del encaje de bolillos con 40 grupos en juego.

Casi al mismo tiempo, el rapero local Juaninacka atendía a su fiel parroquia en el escenario principal, y los jiennenses Guadalupe Plata volvían a sacar lo mejor del rhythm&blues más arrastrado, y tanto uno como otro con una asistencia más que aceptable. Cosa que flojeó con Marina Gallardo, que tuvo que conformarse con bastantes menos espectadores, la mayoría casuales que pasaban frente al escenario Ron Brugal y comprobaban cómo aquí hay todavía un filón en descubrimiento. Hay que estar muy, pero que muy atentos a esta chica.

Y cerrando la entrada, Guadalupe Plata, que calentó el ambiente más que numeroso con su blues pantanoso, fluyendo a través de la ortodoxia de Perico de Dios (de ahí le vendrá el don). Hasta sus berridos eran agradecidos por una masa humana que se formó bailando como si no hubiera un mañana, a base de los zarpazos con temas como «El Boogie de la Muerte», «Gatito», y hasta un memorable de «La Pared» del maestro Bambino.

Y así trasegando barras y repasando el estado de la parroquia conocida, todavía apetece un buen paseito por el veterano Alpha Blondy, justo a tiempo de pillarle una versión reggae del «Wish You Were Here» de Pink Floyd que jah me maten, y hasta echarle un vistazo al «Para cuando no estés», adelanto del nuevo álbum «Santacruz» de Súpersubmarina, con oficio y buen gusto.

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Ya se calentaba el ambiente preiggypopero, pero aún quedaba una cita, y así ya con la noche encima sube al Ron Brugal Andrés Herrera Pájaro, antaño guitarrista en Sacramento del tito Silvio, y que hoy presentaba el sorprendente Santa Leone, un trabajo tan imprevisto como delicioso rock en estado puro fronterizo y elegante. Habitual de la escena sevillana, se le esperaba llevando sus canciones al directo en compañía de una banda imponente, con el mérito de poner a bailar a quienes abarrotaban el escenario Ron Brugal, paisanos o foráneos, confirmando la gran aceptación de esta propuesta, muy de la tierra, que enlaza rock’n’roll clásico, spaghetti western y guiños trianeros de música procesional.

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Y del Pájaro a la Iguana. Con su melena rubia, musculatura imposible y las guitarras afiladas de los Stooges, Iggy Pop se movía por el escenario como un animal encerrado. Bastante más allá de divismos (como la exigencia de limusinas o banda ancha para ver en el camerino la final de la Champions) no defraudó haciendo lo que se esperaba de él, bailar, saltar, provocar, mezclarse con el público –incluida la proverbial invitación al público para subir al escenario– y mucha caña, entusiasmando a la numerosísima audiencia –el concierto con más asistentes de todo el festival– con trallazos del calibre de «I Wanna Be Your Dog» o andanadas como Fun House, ¡tremenda!. Conciertazo que sin duda marcará la edición del Territorios en el 2012. Los comentarios sobran.

A pocos metros, unos trajeados Lori Meyers se retrataban con un concierto de buen oficio, fuerza y dinamismo en los temas que nunca deben faltar, como «Mi realidad», «Luciérnagas y Mariposas» y «Rumba en atmósfera cero», más un momento de regalo con el dueto de Noni y Chino, de Supersubmarina, cantando al unísono «Tokio ya no nos quiere», y un guiño breve y coreado con una versión de «Todo es de color», de Lole y Manuel. No les flaqueó la asistencia y los granadinos se dieron un baño de incondicionales a los que se fueron sumando los centrifugados al final del concierto de Iggy.

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Pasado ya el momento de la noche, superado con nota, quedaba todavía por delante un largo y variado fin de fiesta, que cada cual eligió a su gusto, ya fuera por afinidad musical o porque era hora de plantar los pinreles donde mas querencia le tiraba el cuerpo. Alguno que se refugió en espacios interiores recogidos y coquetos (y también a salvo del relente que ya caía) se encontró con Maga, que jugando en casa y con un directo entregado, fue recogiendo en torno a su escenario cada vez más personal según iban regalando temas como «Despide», «Astrolabios» y su final de traca «El ruido que me sigue siempre», con el que la mayor parte del personal aprovechó para vaciar los bolsillos de las últimas monedillas que podían beberse antes de plegar la noche. Aún hubo quién aún le pedía el cuerpo un último tirón, haciendo tiempo hasta que unos acertadísimos  Zombie Kids con «Face» le dieron a la noche un acabado rave y pusieron los oídos al borde del colapso.

A los afortunados que habían encontrado sitio en la explanada exterior, aún les quedaba por darse un acelerón adrenalínico con unos maravillosos !!! (chk chk chk), que dieron toda una lección de puesta en escena brillante. Cumplidores en su batidora disco-music, hasta pusieron a dar botes al público que allí quedaba, y que remataron la faena con Buraka Som Sistema, que acompañaban atronando al personal que ya iba desfilando camino de vuelta y cierre.

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Aún quedaba The Orb para darle el cerrojazo a esta edición del Territorios con una prometedora sesión de ambient house noventero… Pero eso, es otra historia.

Juan Ruso