No hay editorial más típico para despedir un año que aquel que relata o enumera hitos ocurridos en él, buenos y malos.
Lo peor que trae siempre la vida es que se vayan los que quieres o admiras, y este año ha habido unos pocos de cada lado, hace dos días Germán Coppini, me cagoenmimanto, que diría Casquete.
La vida tiene también por costumbre recordarte que la gente no es quien parece, ni quien tú crees, ya sean amigos, conocidos, o hasta quien más cerca está de ti. Tenemos cierta tendencia a andar con la venda en los ojos, y cuando se nos cae, hostia, se nos cae de golpe, como en esta copla, que ya si la canta Miguel Poveda me pone los vellos de punta.
Pero todo sea para bien, y con lo bueno es con lo que quiero quedarme.
Me quedo con la gente que he conocido este año. Me quedo con los amigos, que pese a que a veces nos tiramos de los pelos como travestis, cuando los necesitas ahí están. Me quedo con los compañeros de trabajo, con los que me río hasta dolerme la barriga, con los que comparto penas y cotilleos, con los que espero compartir mucho, pero que mucho, tiempo más, si los dioses, el señor americano y los juegos del hambre nos dejan.
Me quedo con El Hombre Confuso, Minerva Santana, Leticia García, Maruja Torres, Selma y Karola (Raquel y Marta), Carlos Primo, Inmaculada Urrea, José Ignacio Óspina y tanta gente que ha colaborado este año, a los que he conocido y me han enamorado el alma, como a la Pantoja.
Me quedo con mi MJ, me quedo con mi Zäpp: las dos patas que necesita este banco para no caerse.
Me quedo con mis niños, con mis antoñitos, con Fernando Bajón, con Inés González, con Layla, con Carol, con Elisa, con Lorena, con Yo Doña, con JLFromtheblock, con Laura Chaneles, con Iván Casquete, con mi 13 Catorce, esa con la que tanto discuto, pero con la que siempre llegamos a un pacto. Me quedo con Rui Cunha, Louis Bou, Pablo Curto, Michael Oats, Karlos Sanz, Mercedes Galán, Fernando Roi, David Collazo, Aaron Serrano… todos los que han puesto en imágenes lo que salía de mi cabeza.
Tan típico como enumerar pros y contras es hacer un pacto, un hechizo, para desprenderse de todo lo negativo. Este año haré todo lo posible por deshacerme de lo malo, aunque sea con dolor, pero mira, con dolor se pare, y lo que viene después merece la pena con creces.
Vuestra rendida (jodida, pero contenta) admiradora,
Mabi Barbas, la Jefa.