Queridos amigos, para cuando leáis esto, llevaré si Dior quiere y mis tragaderas lo permiten 20 días en mi nuevo puesto de trabajo. A día de hoy llevo 2, y ya he echado unas cuantas horas extra que ni pagadas, ni probablemente agradecidas. Es más, hoy me la he jugado afirmando que me iba en lugar de preguntar cuando ya llevaba 3 horas de más. Quién sabe qué pasará el lunes, pero hay que por lo menos, intentar poner ciertos límites desde el principio. A dónde llegará mi indignación, que al borde de la hipoglucemia, pues aún no he comido (y son las 18:30), me quedan fuerzas para escribir estas líneas!
Vivimos unos tiempos en los que el lujo de poder elegir no nos está permitido a la inmensa mayoría de los mortales. Si no quieres este curro será lo mismo en otra oficina, con otro jefe, con otros trapos,…porque la realidad es que la clase empresaria está encantada con esta maldita crisis, ya que así pueden dar rienda suelta a sus delirios esclavistas. Y sólo te quedan dos opciones: tragar o llorar, y habitualmente se producen simultáneamente. Y ya da igual si tu profesión te gusta o no, o si tu trabajo está bien o mal pagado, o si tus jefes no te dejan comer, fumar (respirar),…Tristemente lo único que importa es que hay facturas que pagar.
Conste que ante todo he decir que me siento muy afortunada de trabajar en lo mío, por un sueldo bastante digno y en el centro, pero…ay amigos, ¿a qué precio? Hoy en día los trabajadores estamos completamente despojados de nuestros derechos a la hora de la verdad. Y todo esto muy al margen de cualquier reforma laboral y de cualquier partido político. En mi nuevo trabajo no nos está permitido hacer descanso a media mañana ni comer en nuestro sitio, ergo de 8:30 a 14:30 no podemos ingerir alimento alguno ni beber más que un furtivo vaso de agua en la cocina, ni hacer más descanso que el de irte muy de vez en cuando a echar un pis al baño, hecho poco habitual puesto que no podemos beber (quizás lo hacen por eso). Y, a sabiendas de que es a todas luces ilegal puesto que por ley cualquier trabajador de cualquier gremio está obligado a hacer un descanso cada 4 horas, ahí estamos mis compis y yo al borde del desmayo con el único consuelo del tipín que se nos va a quedar este verano. Me río yo de Ana Wintour y de El Diablo viste de Prada. ¿Y qué hacemos? N A D A. Porque si no eres tú será otra, y así está el patio-en los tiempos que corren-con la que está cayendo- y al menos tienes trabajo. MUERODEASCO.COM
Dicho esto, estábamos el otro día en plena sesión de merienda (pa lo que hemos quedao) mi grupo de amigas pregnants y postpregnants, con sus vástagos. Hordas de machos han tenido. Que digo yo que qué suerte va a tener la siguiente generación de mujeres que va a tener tanto donde escoger; no como nosotras, resignadas en tantas ocasiones a compartir porque, ¿qué son si no los “rollos” y las relaciones abiertas?. Total, que había desde una parturienta en ciernes de baja (para cuando leas esto querida Victoria ya habrá llegado Mario!) a 13 días de salir de cuentas, hasta la madre de una divina criatura muñequil , la única miniwoman llamada hasta que mi útero diga lo contrario a seguir mis pasos en el arte del zorroneo entre tanto minimacho, que hará casi un año que se incorporó a su puesto de trabajo. Entre ambos extremos una recién parida y otra a punto de reincorporarse. El común denominador de todas ellas era que NINGUNA sentía, a pesar de adorar todas y cada una de ellas su profesión, ninguna emoción por reincorporarse a la vida laboral. Preferían, especialmente habida cuenta de “los tiempos que corren” quedarse en casa criando a sus hijos. Y conste que son una panda de feministas confesas con más cojones que muchos, por no decir casi todos, lo tíos que me he echado a la cara (a la cara no a la cama, que os veo venir…). Pero es que la conciliación de la vida laboral con la vida familiar es hoy por hoy la mayor de las utopías. A ver, si yo que no tengo a mi cargo más que mi cuerpo serrano y un sinfín de botines ni siquiera puedo hacer un parón para mear, como le van a decir estas supermujeres a una jefa que el niño se les ha puesto malo, o algo referente a la hora de lactancia. “La hora de lac…qué???”. Si por la clase empresaria fuera nos extirparían los ovarios y la maternidad sería un derecho sólo reservado a las pijas cuyos maridos ganan lo suficiente como para mantener toda la estructura familiar aunque ello suponga que el niño conozca a su papá por las fotos del Facebook. Qué bonita la familia, oiga….y luego que si tenemos la natalidad más baja de Europa. A ver!!
Con lo cual, vamos hacia atrás, y después de tanta revolución sexual y de tanto feminismo, las mujeres de nuestra generación, suspiran porque les hagan un bombo y las mantengan, no por gusto, si no por pura necesidad y sentido común. Fenomenal oiga, que tu sueldo se destine íntegro a pagar a una nanny mientras tú, como buena trabajadora de “los tiempos que corren” pones el culo día sí, día también en un trabajo que a fuerza de putearte ya ni te gusta ni te motiva y es más, cuya profesión te importa tres cojones, porque lo único que te apetece es volver a casa y tejer jerseys a tu niño para hacer boicot a H&M, Zara & Co, que son los que te dan de comer. Todo muy coherente sí….MUERODEASCO.COMv.2.
Total que si no tienes hijos estás jodida, ya que tener una pareja, amigos, vida,… no se considera lo suficientemente importante para que salgas a tu hora, y si los tienes estás jodida también porque caminarás por la cuerda floja laboral a la espera de que algún trepilla de mierda revolotee cual ave carroñera a la espera de que un simple catarro de tu pequeño heredero potencie en el mejor de los casos la negociación de tu despido, y en el peor un progresivo ninguneo, también conocido como moving, que acabe en un alarde de hastalapollismo con tu “amistosa” renuncia.
Entonces es cuando piensas en aquello tan bonito que te preguntaban cuando eras niña de “y tu qué quieres ser de mayor?” Yo, después de veterinaria (al final siempre he estado muy en contacto con cerdos), bióloga marina (también con muchos pulpos), periodista o diseñadora, si hoy pudiera viajar en el tiempo diría AMA DE CASA. Igual de idílico que ser astronauta….Y así dejamos de lado a Coco Chanel para empezar a ver heroínas de nuestro tiempo en nuestras madres, ejemplos a seguir cuyo PUESTO DE TRABAJO eran su casa y sus hijos. Y lo digo desde la mayor de las envidias sanas que podáis imaginar. Pero ser AMA DE CASA es una ilusión como la lotería, que no nos está reservado a las pobres mortales. A nosotras sólo nos quedará parir los hijos con dolor y trabajar, porque por lo visto dignifica al hombre (que de la mujer nunca dijo nada, conste), y que no falte….
Otra opción será tratar de dejarte los cuernos en buscar aquello que te hace feliz e ir a por ello a muerte, porque como dijo otro sabio: si consigues trabajar haciendo lo que te gusta, no volverás a trabajar.
Cocó La FÚ