Si quieres reservar en Public te resultará imposible: no admiten reservas. ¿Un consejo? Llega a las 15:00. Estarás en ese momento en que se empiezan a quedar libres algunas mesas, y no tendrás que esperar demasiado.
La primera impresión es que las mesas están demasiado cerca las unas de las otras, y que está siempre hasta la bandera, te parecerá que es otro de esos sitios de fast food con ínfulas de la zona. Error.
Es cierto que el espacio vital se echa de menos (y un sitio donde poder dejar los abrigos o incluso el bolso, que es que te tienes que sentar encima casi), pero no es un fast food: la comida tiene una gran calidad y la carta de vinos es buena.
Tienen un interesante menú del día, pero nosotros pedimos a la carta (era un pequeño homenaje). De entrada hummus con confit de pato (no es el hummus más estrictamente ortodoxo del mundo, pero está muy bueno), y de segundo carpaccio de buey, para mí, y salmón para mi querido Zapp, nuestro redactor de teatro y espectáculos.
Para acompañar, un riquísimo vino de Rueda, servido bien frío en una cubitera de aspecto vintage. Excelente todo. No llegamos a tomar postre porque entre la hora que era (la hora del gin tonic) y lo satisfechos que nos dejó la comida, no lo hubiéramos disfrutado. Lo dejaremos para la siguiente ocasión. Prometemos ampliar esta reseña con el tema de los postres.
El servicio es eficiente, simpático no, pero ¿de qué sirve la simpatía si tardan 40 minutos en traerte lo que has pedido?
Personalmente, me hubiera llevado la preciosa cubitera a casa. Al final me llevé la gratísima impresión de la relación calidad-precio (más que razonable, perfecta), y la seguridad de que volveré y de que lo recomendaré.
Muy agradable.
Public
c/ Desengaño, 11
<Callao>
Madrid
91 701 01 06
>VALORACIÓN
(1 a 5, siendo 5 la valoración máxima)
Sería perfecto si no fuera por lo de la falta de espacio