La Tate Modern está mejor que nunca con dos excelentes exposiciones en este momento.
A Bigger Splash, painting after performance. Se basa en la relación entre pintura y performance desde 1950 y cómo los experimentos en performance han espandido las posibilidades en la pintura contemporánea.
La expo abre con dos artistas opuestos, por un lado Jackson Pollock, el cual pintaba a salpicones y su campo de acción era el lienzo. Y en el otro David Hockney cuya pintura legó a ser un fondo artificial donde los espectadores nos metemos en ese mundo de fición.
Lo que más puede llamar la atención es la presencia de la obra de Yves Klein. A partir de 1957, Klein se ciñó al color azul ultramar, que era el que mejor se ajustaba a sus deseos de una abstracción ligada a valores espirituales y vivenciales: el azul recuerda a lo sumo al mar al cielo, después de todo, lo más abstracto de la naturaleza tangible y visible. Hizo entonces del azul ultramar un elemento de identidad personal como encarnación de esa sensibilidad suprema a la que aspiraba y lo bautizó y patentó como IKB (Iternational Klein Blue), realizando con él la mayor parte de su obra.
Aquí os dejo una de sus performances con el color azul.
La otra expo está recién inaugurada, se trata de Linchtenstein, a retrospective. Uno de los grandes artistas norteamericanos del pasado siglo y un grande del art pop.
Roy Lichtenstein es conocido por sus historietas de cómic llevadas a la pintura, en concreto al pop art. Sin embargo, sus cuadros fueron vistos como algo atrevido y banal cuando aparecieron por primera vez en Nueva York en la década de 1960.
Esta exposición abarca tres décadas de su carrera desde las primeras pinturas pop a su reciente auto-parodia.
Él llevó sus primeros cuadros a la Galería Leo Castelli en 1961. Castelli vió en ellos algo nuevo y vital y le dió una exposición individual al año siguiente. La exposición fue un éxito inmediato, provocando una fuerte polémica en el mundo del arte.
Aunque es más conocido como pintor, Roy Lichtenstein ha trabajado en una variedad de medios: escultura, murales, grabados y cerámicas. Esta es la primera exposición que se celebra en Gran Bretaña desde la que hubo en la Tate Gallery de Londres en 1968.
Al ver pinturas de Lichtenstein, los críticos se quejaron de la falta de su habilidad artística. Se sintieron ofendidos por el uso del material comercial, cogido de las páginas amarillas, y la tosquedad aparente de sus técnicas de pintura. Para Lichtenstein fue una táctica deliberada utilizar esas cosas «que son servibles, energéticas y vitals del arte comercial».
Lichtenstein restringe sus colores de pintura para imitar a los cuatro colores de las tintas de imprenta. También utilizó puntos Ben Day, un sistema ideado para aumentar la gama tonal en la impresión comercial a través de un método de trama de puntos.
Lichtenstein es famoso por su uso de tiras cómicas de los cómics americanos, que tenían un gran número de lectores en el 1950. Admiró la habilidad del artista comercial que podría condensar historias complejas de amor y de guerra en forma de dibujos animados.
Lichtenstein fue acusado de simplemente copiar sus fuentes, pero hizo hincapié en los cambios que hizo a la composición:
“Mi trabajo es en realidad diferente de las tiras cómicas en que cada marca está realmente en un lugar diferente, por leve que la diferencia parezca a algunos. La diferencia no es a menudo grande, pero es crucial”.