Este mes de diciembre, tan propicio, los miembros de Cowabunga Store se llevan de compras a las lectoras, y por qué no, a los lectores de Antonia Magazine. Amigos, novios, amantes, familiares, el vecino, compañeros de trabajo, ese jefe tan pesado… todos pueden salir bien parados si siguen nuestros consejos: nada de calcetines ni bufandas, tan socorridos en estas fechas y, almas de Dios, no recurran al manido tanga colorado… Con pocos euros, tan escasos en estos momentos, podemos hacer felices a los que tenemos al lado. Aquí van algunas sugerencias:
Música: olviden los típicos recopilatorios en formato CD que las grandes compañías editan cada final de año. Qué mejor regalo navideño que un grueso disco de vinilo; en Cowabunga Store somos especialistas.
¿Que su pareja todavía se coloca la camiseta de rayas y los botines de punta para salir los viernes? Nada mejor que le pongan dentro del calcetín la colección de singles de los Sonics que Norton Records reeditó tan coquetamente: “Strychnine”, “Psycho”, “The Witch”…le pondrán un piso en la calle más céntrica de su ciudad; sin duda.
Un disco que no puede faltar en ninguna fonoteca que se precie es el primero de The Velvet Underground. Clásico entre los clásicos, icono de la contracultura, el disco del plátano de Andy Warhol ha sido reeditado lujosamente y con una presentación idéntica a la original: sonido mono, portada doble, fotos, vinilo de 180 gramos. Tan sólo pinchen “Sunday Morning” y estarán en la Nueva York de los sesenta, en la Factory; déjese llevar por los encantos de Nico…
“Live at the Apollo” de James Brown es uno de los mejores discos en directo jamás grabados. Alguien se atrevió a capturar aquél incendiario show en el Apollo de Harlem, editarlo y convertirlo en uno de esos discos que todo el mundo debería tener. Mega-clásico de la historia del R&R. Con «I’ll Go Crazy”, “Try Me”, “Think”, “Lost Someone”, “Night Train”… Ideal para menear el bullarengue en cualquiera de esos saraos navideños.
Si quieren que su sobrino favorito no llegue a nada en la vida, como los responsables de Cowabunga Store, o como usted mismo, no tienen más que meterle en un mismo paquete una bonita camiseta, sí, de rayas y el primer volumen de los recopilatorios “Back from the grave”. Editados durante los ochenta y los noventa por la legendaria compañía Crypt Records (y ahora nuevamente reeditados) recogen a las mejores y más sucias bandas de garage y rock´n´roll primigenio gestado durante los sesenta. Hijos bastardos de los Kinks o los Rolling Stones que repartieron sus reliquias en forma de inencontrable single por cualquier parte de este degenerado orbe que habitamos. Lo dicho, su sobrino nunca hará un master, pero en el futuro se podrán ir de cañas con él y sus amigos.
De todas formas, si no lo tienen claro, si están hechos un lío, si no saben si le gustará, pero quieren regalar música, en vinilo, claro, siempre hay un recurso. Si acuden al “Forever Changes” de Love no se van a equivocar, aunque pequen de poco arriesgados, como tampoco lo harán si buscan algún ejemplar de la santísima trinidad que forman “Face to Face”, “Something Else” y “Village Green Preservation Society” de los gloriosos Kinks. Eso se llama apostar sobre seguro.
Puede ser que lo que anden buscando sea buen producto nacional. En este caso, a parte de un buen jamón ibérico, del Valle de Los Pedroches o Extremadura a ser posible, que siempre es de agradecer, y para que puedan elegir con criterio, a continuación repasamos algunos de los mejores discos editados en nuestro país llegados a nuestras suecas estanterías. Help me Devil, blues y R&R con sabor añejo, clásico y primitivo. Limousine (“The Ultimate Final of the Mystics Heavyweights”), Psicodelia folk desde Córdoba, uno de los grupos más interesantes de la escena alternativa del país, vuelven con lo que puede ser su mejor disco. Se comen con patatas al resto de bandas nacionales del género. The Meows, en “All you can Eat” encadenan un hit tras otro, entregando, sin lugar a dudas, uno de los discos de rock and roll del año. Guadalupe Plata son la sensación del momento. Se recorren la geografía nacional de palmo a palmo defendiendo su blues pantanoso y primitivo y, para terminar, Los Chicos con “We sound Amazing, but we look like shit” facturan su cuarto y mejor disco, indispensable en cualquier fiesta: rock&roll, pubrock, soul, country, rhythm&blues, garage, powerpop…, ideal para que sus vecinos llamen a la policía y le arruinen la noche.
Y como no sólo de música vive el hombre, también nos gustaría recomendarle algunos libros. ¿Libros?, sí, libros. ¿Qué no abren uno desde que dejaron de estudiar? Pues estos de los que les hablo a continuación no los deberían dejar pasar, lo harán más sabio, más interesante y más libre, y, de paso, seguro que ligan más. A mi me ha pasado; o no…
Kiko Amat, joven y gran narrador, y, para el que suscribe, mejor articulista, nos dejó este verano, tras tres novelas con fuerte carga musical, “Mil violines” (Mondadori, 2011), su primer ensayo, que, casualmente, versa sobre música. Este libro destila una desmedida pasión por el rock y el pop y está escrito desde las entrañas, siempre en primera persona y con ese sentido del humor tan característico del autor. Catorce canciones hacen de hilo conductor a este repaso de cómo la música lo ha marcado y definido en momentos clave de su vida. Desde Mose Allison a Teenge Fanclub pasando por Billy Childish o los Fleshtones, lo mejor que puedo decir de este libro es que llega tanto al corazón como cualquiera de las canciones de las que habla. Creo que Nick Hornby se ha debido quedar con las patas colgando; que tome nota.
Amigo de Kiko Amat, y, como él, articulista en diversos medios y fan de, entre otros, Francisco Casavella, Miqui Otero publicó no hace tanto “Hilo Musical” (Alpha Decay, 2010). Divertida versión de la novela iniciática, es, probablemente, una de las obras pop más logradas del género en los últimos años. Fresca, de imaginación desbordante, pero a la vez equilibrada y ajustada a la trama. Novela moderna, honesta e inmediata, no puede ser más pop: rebosa colorido.
Daniel Bernabé constituye para mí la sorpresa de la temporada, y digo sorpresa porque, confieso, no tenía ni idea de su existencia. Activista mod de pobladas patillas, Bernabé es autor de “De derrotas y Victorias” (Endymion Narrativa), libro de relatos con “el desastre como motor y el entusiasmo como antídoto del cinismo”. Realmente el libro tiene su origen en Días asaigonados, el blog del autor. Personalmente me confieso poco amigo de la tecnología y quién anda, impenitentemente, detrás de ella, pero este señor me ha enganchado. El ritmo pausado de estos cuentos tiene trampa. Bernabé narra sin perdonarte la vida. Muestra a tipos que huelen a sinceridad, y sus alegrías y penurias cotidianas recuerdan al realismo sucio de Carver, pero lleno a la vez de referencias culturales que lo dotan de una personalidad propia. Apuntado está entre los autores a no perderse en el futuro. Que no se haga esperar.
Queda dicho, si su pareja, amigo, amante, familiar, vecino, compañero de trabajo (al jefe que le den), amanece el día de autos con ropa interior colorada, no será porque no los hayamos asesorado. Nos despedimos hasta el, más jodido, mes de enero. Que tengan felices y etílicas fiestas.
Mané Barquero
