Nuestro número de diciembre homenajea a la Antonia de 40 años víctima y verdugo a la vez de los excesos más típicos de los últimos tiempos. Echar la culpa a la sociedad de consumo está tan pasado de moda que quizás ya aburre. La línea divisoria entre el exceso y el abuso por desgracia nos aterra menos pero nos cabrea más.
Es el momento perfecto para que nuestra chica de portada sea alguien que habla con mayúsculas, que no deja íes sin tildes y que dirige esta publicación que tan fervientemente seguís: la Antonia Matriz.
Zäpp Amezcua: Antonia, ¿qué es lo que te ha llevado a protagonizar esta portada?
¿La verdad? se me echaba el tiempo encima y no se me ocurría nada. O lo que se me ocurría era demasiado tétrico, poco o nada adecuado para este mes, y un tanto depresivo. Así que miserias ninguna, que las antonias somos muy de hacer.
Además, hay que dar ejemplo a las tropas, y ponerse en primera línea de fuego. Si no ¿qué clase de general sería?
¿Te sientes cómoda ante una cámara o ha sido un impulso necesario?
Ponerme frente a la cámara me aterra, pero es lo que tenemos los valientes: nos atrevemos aunque nos de miedo.
¿Crees que la sociedad es excesiva en sí misma?
Pues hijo, depende. No creo que sea una cuestión de «sociedad», así, generalizando. Creo que hay personas y actitudes excesivas, pero que coexisten con otras que no lo son en absoluto. Generalizar «es mal».
¿Son necesarios los excesos?
Los excesos son necesarios si no son dañinos, ni para uno ni para los demás. Hay que desfogar; es muy sano.
Exceso y abuso… ¿son primos hermanos o el mismo lobo con piel de cordero?
Huy, qué pregunta más capciosa. Opino que el abuso no puede existir si antes no ha habido un exceso, pero que el exceso puede existir perfectamente sin desembocar en un abuso. ¿Por qué me haces preguntas tan trascendentales, Amparo?
Cuéntanos la vez que más te has excedido en algo.
Sí, hombre, aquí te lo voy a contar, para que se entere todo el mundo… vas listo, guapo.
¿Crees que abuso y hedonismo pueden estar relacionados de algún modo?
Yo, si fuera «el hedonismo», no me juntaba con «el abuso», que tiene muy mala prensa, ja ja ja. Hijo, cómo estás hoy ¿eh?.
Con la crisis económica llega la crisis de valores. ¿Potencia esto los cada vez más numerosos abusos a nivel empresarial?
No creo que los valores sobrevivan en el mundo empresarial, ni ahora ni antes ni nunca. Nadie se ha hecho rico manteniendo la decencia y la honradez.
Y ya no me refiero a las grandes fortunas que siempre han tenido dinero, y es lógico que lo defiendan con uñas y dientes, sino a quien ha ido medrando poco a poco, dentro del mundo empresarial y político, y que mezquinamente es capaz de tirar 30 puestos a la calle antes que recortar sus privilegios, o no seguir aumentando su nivel salarial a lo bestia.
Suelen ser personajes que, además, hunden las empresas en las que entran, pero les siguen contratando en otras, con más sueldo, para que vuelvan a cagarla de nuevo. O, peor aún, dan clases en universidades privadas… Es ridículo: tendrían que volver ellos a clase, porque es obvio que no han aprendido nada, ni estudiando ni trabajando. Donde digo «empresa» puedes decir «país», y no cambia la intención de lo que digo.
En este país somos tan poco empresarios que no entendemos que invertir en tu empresa, ganando menos, supone a la larga ganar más. Somos de la cultura del pelotazo, de la escuela de Rinconete y Cortadillo, un país de espabilados. El mayor capital, el único fiable, de una empresa, es el capital humano. Mientras no entendamos eso, seguiremos siendo un país de camareros y albañiles, con todos mis respetos a los camareros y albañiles, que son los que van a mantenernos en las próximas generaciones (sus hijos estarán trabajando en Australia, Alemania, USA o en cualquier país que se aprovechará de nuestros talentos).
¿Estamos perdidos o se puede hacer algo? ¿Crees que la gente lucha contra los abusos?
No lo suficiente, es evidente, o no tendríamos la fecal clase dirigente que tenemos. No se castiga de manera ejemplar al ladrón, al prevaricador, al abusador. El ejemplo es que puedes hacer lo que te de la gana, siempre que no te pillen, y si te pillan, cuanto más alto estés en la escala social, menos vas a tener que pagar por ello. Estamos dando un ejemplo de mierda a nuestros hijos. Luego vendrán los lloros.
Háblanos de ti. ¿Qué hay de ti misma en la mujer que vemos en la portada?
Al contrario que a James Bond, no me gustan los martinis. Dejé de fumar a los 17 años. Llevo el pelo corto. No uso escotes muy pronunciados desde que me creció el pecho por haber sido madre (es que prefiero que me miren a la cara y tal). Me pinto lo justo (los labios rojos no los perdono, pero porque es ya parte de mi personalidad). No llevo joyas, excepto un anillo, y no siempre…
Lo que hay mío en esa portada es la actitud de «me la chufla todo». Esos personajes, reales y ficticios, que admiro: la Sue Ellen de ‘Dallas’, la tremenda Mariana Nannis, la Karen de ‘Will y Grace’…
¿La mujer paga doble peaje para el mismo viaje pasados los 40 o hay mucha leyenda urbana?
A algunas la vida nos resulta más difícil que a otras, pero ya no es una cuestión de edad, sino de suerte o de recursos. A los 40 cambias la tersura por seguridad y capacidad de asumir las circunstancias de la vida. Lo que resulta muy pero que muy triste es que frente al mismo puesto se valore mejor a una mujer por ser joven frente a otra mujer que es madura. Con todo lo que tenemos que aportar, qué tontería y qué falta de visión.
¿Crees que hemos perdido la autoestima con el avance del conformismo social?
Yo la autoestima la pierdo cada vez que me pruebo un pantalón vaquero. En cuanto al conformismo, eso depende mucho del carácter de cada uno. Yo no soy conformista, pero lo único que puedo hacer frente al conformismo de los demás es convencerles de que protesten y se muevan, ya que no puedo actuar por ellos. Ni debo, ojo.
¿Te preocupa el paso del tiempo?
Me preocupa por lo natural, tengo una madre, tengo hermanos, tengo marido, tengo un hijo. El tiempo para hacer cosas es limitado, y las fuerzas físicas también. Pero tengo un buen ejemplo en mi madre, que es un ser incansable y parece ser indestructible (y que dure).
¿Cómo ves el futuro en los próximos veinte años?
No soy mucho de hacer planes a largo plazo, porque luego llega un presidente inútil (y llevamos más de uno, que conste) y te toca coger tus bártulos e irte a otro país. De todos modos ¿lo de los mayas era el 21 de diciembre, no?
«Las mujeres hacemos más que echarnos cremas y ponernos a dieta» y «los locos somos invencibles». ¿Cómo le cuentas tu eso al mundo?
No lo cuento, lo demuestro.
Si pudieras encerrar un momento de tu vida, excesivo o no, en la melodía de una canción…
Born Slippy de Underworld… época de excesos y diversión. Cuando la escucho no puedo parar de saltar.
¿Qué es lo que más te cabrea ahora mismo?
Más bien «quiénes»: este país de insensatos que sigue votando a ladrones y es incapaz de plantarles cara, darles una patada en el culo y encerrarles donde deben estar: en el trullo.
También me jode mucho la mala educación, la prepotencia, el clasismo…
¿Te consideras una persona fácilmente irritable?
Ahora bastante menos. Pero he sido bastante rottweiler. Si llegas a cabrearme ahora ya puedes esconderte bien… porque te encontraré, y entonces TE VAS A CAGAR.
Y ahora en Navidad, ¿qué vas a hacer?, ¿no se te va a ir la mano o el bolsillo en nada?
Quedarme en Madrid con mi chico, mi hijo y mi perra. La mano siempre se nos va a los pobres. Ser pobre es carísimo.
Para terminar, quiero ser un poco malaje. ¿Eres feliz con tu vida?
Como todo el mundo, a ratos.
¿Cambiarías algo?
Cambiaría muchas cosas, si pudiera, pero como no dependen de mí, me aguanto.
¿Qué te falta por hacer?
Me falta por hacer TODO ¿y a tí?
Muchas gracias por prestarte a la entrevista. Es un placer y un orgullo trabajar contigo.
Anda… so bobo. Trabajar con amigos es como salir al recreo a jugar, no un trabajo.
Zäpp Amezcua