Estimada señora Mayoría Absoluta: Como vecina suya, deseo darle la bienvenida a esa nuestra comunidad de vecinos y de paso presentarme. Allí va. Hola. Soy la Señora de Val, Cruela de Val, a mí me gustan los cachorros pero no tanto la pieles, le ruego no se confunda.
Ante todo, quiero recalcar que yo no la voté pero que no fue porque Usted no sea de mi agrado sino porque siendo extranjera no tengo acceso al sufragio universal en este país pero no se preocupe, no soy ilegal; mis papeles están más en regla que una compresa, pago mis impuestos y cotizo seguro y socialmente. Vamos que no soy ningún parásito. Es más soy dueña de una de esas pequeñas empresas que según todos levanta el país, sí, de esas cuya liquidez se encuentra tan mermada por los impagos y los pagos de impuestos sobre facturas no cobradas que al final no tiene más remedio que cerrar .¿Usted ya me sitúa, verdad?
Dicho lo cual prosigo. Llevo aquí unos 22 años, es decir justo media vida mía, y en este tiempo he conocido unas cuantas mayorías, lo que nunca presencié es una crisis de tal calibre. Usted, no nos engañemos, se ha aprovechado de ella para pasar de ser Sra. Oposición a Doña Absoluta, según dicen es quien nos va a sacar del pozo.
¡Ojala sea verdad y no sea a cualquier precio!
Yo le aviso de que estoy dispuesta a sacrificar una parte de mi bienestar, si hay que fregar las escaleras las friego, pero soy poca dada a permitir que me quiten derechos adquiridos o que pongan en tela de juicio mi libertad personal. En caso de que así sea, desde aquí le manifiesto que estoy dispuesta a montarla en el portal. No es que sea homosexual ni tenga la intención de cambiar de sexo – a mi edad la verdad rozaría lo trágico y si me apuro mi edad fértil también se está apurando–, pero digamos que es cuestión de principios.
En fin que según otros vecinos Usted es la panacea y yo espero que así sea, desde luego, eso sí, creo que me faltan argumentos para creérmelo del todo, es que no se ha explicado mucho durante la campaña, pero oye que de momento me hago cargo de que está involucrada en el traspaso de poderes y eso toma su tiempo.
Luchar contra los mercados y su prima de riesgo debe de ser chungo, a mí me suena un poco como luchar contra molinos de viento y espero que Usted no sea un Don Quijote cualquiera y tenga la mente muy clara, y planes iguales de claros cuando tenga que presentarlos a la presidente de la mancomunidad, que se sabe es muy exigente y no se anda con florituras. Le recordará que su condición de absoluta es su mejor arma para la gran batalla que se avecina y le obligará usarla… Suena difícil.
Eso del absoluto da un poco de miedo. Yo la hubiese preferido simple, pero me tranquiliza el hecho de que Usted se hartó de decir que va gobernar para todos los vecinos incluso los que no le votaron (no quiero recordar que un amigo suyo nos llamó estúpidos seguro que fue un lapsus). Hay que saber perdonar…
En fin que confío en que Usted sea nuestra salvadora, no tengo otra, pero le advierto que soy de las incrédulas. Y hablando de creer le rogaría que en el futuro los festejos no sean de índole religiosa: el Vaticano que yo sepa no está en crisis. Si Benedicto y sus juventudes quieren visitarnos que no sea a nuestra cuenta, seguro que tienen lo suficiente como para pagarse el pasaje, las low cost ayudan una barbaridad…
No quiero despedirme sin antes recordarle que nuestros niños del patio necesitan salud y educación, gratuita siempre y de calidad por supuesto, es innegociable…
¡Vaya trabajo le espera! ¿Verdad?
Pensándolo bien creo que no le envidio, se ha metido en un fregado enorme y espero sea ancha de espalda ¿estará usted a la altura? Eso espero…
Bueno me despido deseándole un agradable mandato, que esos cuatro años sean el camino al final del túnel de la crisis, eso sí, como ya lo manifesté, como se meta con mi libertad o la de mi familia, ya sabe que NOS VEMOS EN LA CALLE.
Me despido muy atentamente
En Madrid a 26 de noviembre del 2011
Cruela de Val