Sí, sé que el título podría aparecer en un artículo de cualquier revista para quinceañeras borrachas de hormonas pero es que últimamente esta frase me viene demasiado a la cabeza, y a pesar de poder parecer una chorrada adolescente no lo es. A ver si consigo explicarme y alguien al otro lado puede comprenderme.
Tengo amigas maravillosas (como las tenemos todas, porque nuestras amigas siempre son mejores que las de las demás), amigas de estas que son como hermanas y que conservas a pesar del tiempo, y digo a pesar porque ya sabemos que el tiempo pone a cada uno en su lugar y deja a los peores cerca. Que esto es algo que no he entendido nunca “el tiempo pone a cada uno en su lugar”, pues que me digan quien coño te tiene que enviar a ti a la mierda, que ya está tardando.
Bueno a lo que voy, el tema los novios de nuestras más mejores amigas. Cuando no tienes canas el novio de tu amiga es sólo eso, el novio de tu amiga. Lo ves cuando vas a tomarte una Mirinda y poco tienes que soportarlo porque se pasa la vida con la lengua dentro de la boca de la otra, por lo que te cae o medio cae pero no lo sufres. Pero a medida que te haces mayor el novio de tu amiga se convertirá en algo que no te gusta un pelo: su pareja. Compartirá contigo mucho más de lo que quisieras y será capaz de sacarte de quicio a ti, porque que sepas que a quien le hierve la sangre es a ti.
No tanto porque él sea un completo idiota que te mira las tetas de reojo o te hace comentarios sobre tu peso, tu talla, o tu vida sentimental con un tono absolutamente paternalista y con un poquito de envidia, sino porque te preguntas qué narices está haciendo Manolita, tan fantástica, tan lista, tan guapa y tan limpia con este impresentable. Qué te pasa Manolita, ¿tú estás bien? Porque si yo lo veo, tú también.
Asisto como espectadora a faltas de respeto tipo “Déjala, si es que no da para más”, “Te quieres callar que no sabes lo que dices”, “Quién es ese que te ha saludado, seguro que te lo has tirado” y lindezas así. Y Manolita te mira de reojo nerviosa, con una mezcla de vergüenza ajena e impotencia pero aguantando. Y en algunos casos no sólo aguanta sino encima que paga la cena.
Querida Manolita, me preocupas. Me preocupas tú no el mamerto ese que tienes al lado. Porque el problema está en ti, que no te valoras lo suficiente como para darte cuenta de que ese idiota te pesa, te envejece, hace que te salgan arrugas y que llores por la noche. Que te plantees qué hacer con tu vida porque él se encarga de recordarte cada media hora lo mediocre que es.
Y me preocupas tú, querida amiga, porque idiotas hay en todos lados pero es trabajo nuestro evitarlos. Porque si él no te respeta hazlo tú por él. Quiérete mucho porque el tiempo (ese que no debería tardar tanto en poner a algunos en su lugar) pasará y lejos de quedarnos con cualquier cosa porque nos hacemos mayores lo que deberíamos de hacer es endurecer los criterios de selección porque cada vez nos queda menos vida, y hay que escoger muy bien con quien la disfrutamos.
Creo que las mujeres tenemos que aprender a disfrutar de nuestra compañía y a vivir solas como opción y no como condición. Basta ya de cosas como “ya pero es que no quiero estar sola”. No estás sola, estas con una de las mejores personas que conozco: tú.
Cuando valoremos nuestro tiempo con nosotras mismas tanto que no estemos dispuestas a malgastarlo con cualquiera que no lo merezca será cuando realmente estemos protegidas antes estos misóginos disfrazados de novios de domingo.
Manolita, tú que eres todas nosotras, quiérete como yo te quiero y no aceptes menos de eso cerca, porque mereces algo infinitamente mejor que el imbécil de tu novio.
Ufff. Creo que se da más la amiga imbécil, me temo. En pandilla, con el gatillo fácil a la hora de poner verde al novio «imbécil» y con cierto sentido del comportamiento comunal que solo tiene reflejo en una infección zombie a escala planetaria. Te veo perfectamente en ese papel.
Hola, Novio Imbécil.
Que conste que he aprobado tu comentario por simple diversión, ya que los realizados con emails falsos los rechazo por principio: el turno de réplica se respeta en esta publicación, pero si no hay a quien responder, no funciona el tema. Tras consultar a la autora, ha dado permiso para su aprobación (entre sonoras carcajadas).
Eso sí, he de decirte que sé perfectamente hasta de dónde me escribes, porque aunque no pongas un email verdadero, la IP y hasta la compañía con la que tienes contratado el servicio aparecen.
Un saludo, ya nos gustaría estar por ahí, con vistas a esa preciosa bahía (guiño).