¿Y si la sapa eres tú?

ROSETTA_FORNER02Se acabó quejarse de los tíos. Si eres de las que siempre termina en los brazos de un indeseable, empieza por preguntarte qué haces tú para atraer a cualquier cenutrio que aletee a 500 kilómetros a la redonda. Y si no encuentras la respuesta, atenta a las pistas de Rosetta Forner, que en su nuevo libro Las damiselas son de Venus y las reinas son del planeta que les da la gana (Ed. Zenith) nos da las claves para dejar de darnos calabazas a nosotras mismas:

1. Adiós al rollo acusainer y quejainer. Si siempre fracasas en el amor, ¿no será que pones algo de tu parte para que la cosa no funcione? Eres tú la que elige a quién mete en su cama, así que después no te quejes ni acuses al vecino del quinto: si te va mal con tu churri, haz algo por cambiar la situación. En palabras de Rosetta, «cuando siempre besas sapos, ¿no será tú eres también una sapa?».

2. Una reina no Se acabó quejarse de los tíos. Si eres de las que siempre termina en los brazos de un indeseable, empieza por preguntarte qué haces tú para atraer a cualquier cenutrio que aletee a 500 kilómetros a la redonda. Y si no encuentras la respuesta, atenta a las pistas de Rosetta Forner, que en su nuevo libro Las damiselas son de Venus y las reinas son del planeta que les da la gana (Ed. Zenith) nos da las claves para dejar de darnos calabazas a nosotras mismas:

3. Las reinas son grandes observadoras: desde que empezamos a interactuar con una persona lanzamos valiosas pildoritas de información sobre cómo somos. Así que «precaución y Loctite para fijar el culo al trono», afirma Rosetta.

4. No te enganches a tu pareja, haz equipo con ella. De nada te sirve vivir pegada a la suela de un maromo que no quiere compromiso. No te engañes: si solo busca fiesta no serás tú la que le haga cambiar de idea. Mejor apuesta por relaciones sólidas y no te dejes llevar por el tópico de que los hombres buenos son unos sosos. Si te olvidas del corazón pondrás una alfombra roja para los canallas.

5. No existe una sola forma de estar en pareja. Encuentra la tuya propia, sin dejar que te influyan las convenciones sociales o el qué dirán. Pero ten en cuenta que la libido se establece con una persona, no con varias a la vez.

las-damiselas-son-de-venus-y-las-reinas-son-del-planeta-que-les-da-la-gana_97884081099216. Despídete del «hombre-padre». No lo necesitas. Apuesta por el «hombre metroemocional». 7. No caigas en las trampas de la publicidad, que propugna un modelo de damisela tonta y lerda. «Es una conspiración en contra de la mujer reina e inteligente», asegura Rosetta Forner, que antes de coach fue publicista.

8. Cuidado con las relaciones «montaña rusa»: la excitación hace subir la adrenalina, pero si no llevas las riendas del asunto se puede volver en tu contra. No se trata de controlar los sentimientos, sino de madurar y de saber distinguir el amor del hambre emocional.

9. Una reina tiene la obligación de cuidar de sí misma, de pensar por sí misma, de no permitir que nadie la haga sentir inferior. Si fracasa (también en el amor), no se machaca, sino que se enfrenta al error con compasión.

10. No caigas en las trampas del feminismo radical: no se trata de darle una patada al hombre, de odiar al sexo de enfrente y buscar la revancha. Nosotras también somos responsables de la marcha de nuestra relación. Recuerda que en una pareja cada uno lleva el 50% del negocio.

Estos diez mandamientos se resumen en uno solo: «Creer en uno mismo como nadie nunca creyó y nadie creerá jamás». Porque el éxito también tiene una parte de fe: la de pensar que uno es una maravilla aunque no se vea. Tira de cabeza a la piscina de una relación. Sabe de sinsabores y tiene claro a qué lugar no quiere volver. «Mejor sola que mal acompañada», piensa, porque ya no le importa más la relación que ella misma.

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Noelia Jiménez

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