El afamado psiquiatra estaba desconsolado, su mascota había huído en un descuido. Había dejado la puerta abierta y había corrido calle abajo, abandonando a aquel que la alimentaba, a aquel que la educaba, la acariciaba cuando merecía un refuerzo positivo y castigaba cuando se portaba mal. Miró por la ventanilla, en algún lugar, bajo la infinita masa de nubes, estaba su mascota, perdida, sin rumbo, quizás queriendo regresar a casa sin saber muy bien el camino de vuelta. La azafata le preguntó si quería algo de beber.
elisa tortorici
Soy Lo Peor – CAPITULO 6
SOY LO PEOR
Todas tenéis una Elisa Tortorici en el trabajo. Sí, aunque no lo sepas tú también la tienes. Es esa que da la impresión de que acaba de llegar de la peluquería aunque sean las siete y media de la mañana. Esa que a las tres de la tarde sigue oliendo a lavanda. Es la única a la que todo el mundo sonríe, es la que habla con la limpiadora de la tercera planta como si se conocieran de toda la vida. Es esa que parece buena persona pero que no lo es. Porque tú y yo sabemos que no lo es.