Caitlin Moran podría ser una de mis mejores amigas, de esas con las que quedas para tomarte algo y «comentar» tu vida, y terminas liándola en una karaoke a las 3 de la mañana.
libros
Grace Coddington. Memorias. Por Alfred Besora
Sale al mercado la versión en español en la editorial Turner de las memorias de Grace Coddington, la épica editora de moda del VOGUE americano.
50 Sombras de Grey, y la sociedad del ‘pest-seller’
Tenemos conocimiento de la existencia de las plagas desde aquellos egipcios que poblaron la tierra hace ya unos cinco mil años.
La fiera de mi suegra. Capítulo 9
Mis primeros meses de Nanny como lo llaman hoy en día pasaron rápido, muy pronto me hice con el control de los niños y de la casa entera por qué no decirlo.
La fiera de mi suegra. Capítulo 8
Me contrataron a la primera, claramente no se habían esperado a una postulante con mi perfil y envergadura, vestida de Chanel – uno de los últimos regalos de mi querido Marcel, estuve varias veces a punto de venderlo, mi hermana era firme candidata (y eso por encima de mi cadáver)…
La fiera de mi suegra. Capítulo 7
Ante todo quiero disculpar esa larga ausencia que en un principio se suponía veraniega, se hizo otoñal y como me olía que podía volverse invernal, saqué el látigo y exigí a mi nuera-negro que se ponga de inmediato a ello. Sí todo fue culpa de ella y de su supuesta falta de tiempo e imaginación.
La muerte no huele a nada, de Javier Martínez
Después de enterarse a través de Internet del fallecimiento de su ex pareja a causa del sida, el protagonista de esta novela empieza una lucha interior entre el dolor por la muerte, el miedo ante la posibilidad de ser portador del virus y el odio por no haber sido avisado de ello por el propio Jonás. Víctima, verdugo o, tal vez, solo inocente.
Prodigiosos Mirmidones
«Prodigiosos Mirmidones» es el título de una exquisita antología (y apología) del dandismo, recopilada y explicada por Leticia García y Carlos Primo, e ilustrada por Marina Domínguez Garachana, a cuya presentación «en sociedad» tuve el placer de asistir.
La fiera de mi suegra – Capítulo 6
Creo que los años setenta fueron mis años, no te creas que porque murió Franco que eso no llegó a ser una desgracia ya que el hombre estaba más usado que los collares de su mujer pero bueno como siempre afirmé; egoístamente este hombre de la voz de pito a mí no me había hecho nada malo.