EXPO
Nada hay mejor en el verano madrileño del pobre, del solitario o del, únicamente, ávido de estímulos culturales, que refugiarse una tarde de tórrido verano en un museo.
Nada hay mejor en el verano madrileño del pobre, del solitario o del, únicamente, ávido de estímulos culturales, que refugiarse una tarde de tórrido verano en un museo.