Lo mejor del Hotel Jules es su ubicación. A un tiro de piedra de Montmartre, Ópera, las Galerías Lafayette o les Halles, puedes ir andando a un montón de sitios de París o desplazarte en metro hasta donde sea, porque combinas rápidamente con cualquier línea a cualquier punto de la ciudad.
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Una sevillana en París. Día 1: vino y música
Llegamos a las 9 de la mañana al aeropuerto de Orly, que es más pequeño que el inmenso Charles de Gaulle, después de un vuelo de lo más tranquilo (sí, a mí también me acojona MUCHO volar), en lo que más destacable fué escuchar la conversación de dos pijas en el asiento posterior al nuestro, que -y cito textualmente- no se explicaban «cómo puede volar una máquina tan grande y pesada como un avión o flotar un crucero enorme».
Una sevillana en París. Día 4 (y último): compras de última hora antes de partir
El espléndido tiempo que nos acompañó durante todo el viaje se estropeó la mañana del último día. Un cielo gris, algo de lluvia y bastante frío, acompañando nuestro estado de ánimo, un poquito de bajón por tener que marcharnos (con tantas cosas por ver todavía…)
Una sevillana en París. Día 3: ¿puede salir Salma a jugar?
Que me pareciera trabajoso entrar al Louvre para no ver ni la centésima parte, o me negara a hacer la cola para subir a la Torre Eiffel, no significaba que fuera a renunciar a la visita de otro de los emblemas de París: el Arco de Triunfo. Además, siendo el remate de los Campos Elíseos, y estando cerca de nuestro próximo objetivo: la retrospectiva de Helmut Newton en el Gran Palais, todo cuadraba.
Una sevillana en París. Día 2: entre el turisteo y la sofisticación
Segundo día. ¿Montmartre o Marais? Elegimos Montmartre y luego ya veríamos. Callejeando cuesta arriba (muy cuesta arriba) llegamos a la parada del elevador. No pensaba subir más cuestas, de momento, así que utilizamos ese útil pase de transportes de turista que adquirimos en el aeropuerto, antes de pillar el bus hasta París. Desde arriba te das cuenta de la inmensidad de París, y eso que nos pilló un día nublado.
Una sevillana en París
Cuatro días en París no son demasiados para todo lo que hay que ver