Van a cumplirse ya 8 meses desde que inicié esta aventura en el extranjero y el tiempo ha pasado como pasa con las cosas interesantes, volando.
No sé ni por dónde empezar a contaros cómo se han ido desarrollando los acontecimientos hasta ahora lo que si tengo claro, es que la decisión de hacerlo públicamente espero sea útil para todas aquellas personas que se encuentren en una situación parecida o que se estén pensando liarse la manta a la cabeza y tirarse a la piscina de un país extranjero.
Sólo una llamada de teléfono bastó para que en una semana me encontrase montada en un avión con destino a un pueblo de UK del que desconocía su existencia hasta el momento. No sé si fue porque tenía que incorporarme con tanta urgencia o por la situación laboral tan desesperante en la que me encontraba pero no hubo mucho tiempo de pensar así que sin más, salté a esta nueva etapa de mi vida apretando los dientes y sin mirar. Hubo nervios, lágrimas, ánimos y desánimos por parte de amigos y colegas que pensaban más en no tener a su amiga cerca que en la oportunidad que se me presentaba. Irónicamente la misma semana de mis preparativos me llovían ofertas de trabajo en España lo que no hizo más que aumentar la ansiedad y el estrés de no saber si estaba tomando la mejor decisión. Por supuesto, dejar a familia, amigos y a tu churri en puerto no ayudaba precisamente a esclarecer la situación pero, ¿qué tenía que perder?. Lo peor que podía pasar era tener que comprar un billete de vuelta si no me gustaba lo que me encontraba y fuera.
Es curioso una vez que te encuentras en el extranjero lo relativo que es el tema de la distancia. Para los que se quedan estás a miles de kilómetros y para los que nos vamos, estamos a tan solo 2h y media de casa. Sinceramente nunca he sentido que la distancia que me separa de mi vida en Córdoba una vez que estás aquí fuese mayor de la que tenía viviendo en casa de mis padres sin poder tener vida social porque no tenía con qué pagarla. Es cierto que no puedo salir y quedar para tomar un café con mis amigos de siempre o jugar un ratito con mis sobrinos pero es que cuando estaba en mi casa, tampoco lo hacía con la frecuencia que hubiese querido no sólo por mi situación, sino por la de todos los demás. Ahora una vez más o menos estabilizada y mirando atrás, me doy cuenta de que en los últimos años esa situación laboral tan precaria que estaba viviendo estaba sacando a la luz una versión de mi misma que no conocía y que no me caía nada bien. Vamos, que me estaba convirtiendo en la gilipollas amargada y frustrada que siempre había criticado cuando lo veía en otras. Y eso había que pararlo aunque fuese para volver corriendo a las faldas de mi madre.
Más que un camino de rosas lo mío, como el de todos lo que lo han vivido, es el camino de baldosas amarillas del Mago de Oz. Todas las personas que encuentras por el camino te dice que merece la pena el esfuerzo, que no es fácil y que te lo tienes que currar pero que al final del camino Oz te concederá tu deseo de convertirte en la persona que has venido a buscar. Y todo esto sólo para darte cuenta de que esa versión mejorada de ti misma siempre ha estado contigo, sólo tenías que despertarla. Y ya te digo que si la despiertas. Te conviertes en toda una superviviente! Cosas que siempre has dado por sentadas como un techo (sin moho), la comida (sana y caliente) o un baño con ducha (sin enfermedades venéreas) se convierten en tu máxima prioridad y lejos quedan esas preocupaciones que tanto te agobiaban de tu vida en casa (‘fulanito no me contesta al whataspp y está conectado y con el doble simbolito en azul’).
He de confesar que hacer lo que yo hice no es apto para todos los públicos y que por supuesto, una ya no tiene 20 años anymore y hay que plantearse las cosas con otro prisma. No puedes emprender esta aventura si tienes a la Sra. Morriña Española acompañándote en tu viaje y mucho menos pensando que ‘tu no vas hacer ese trabajo’ si tu lengua materna no es la del país en el que te has instalado. Esto es un borrón y cuenta ‘vieja’. Por supuesto tu experiencia de vida y tus habilidades siempre van contigo a donde vayas pero no pienses que vas a llegar aquí y que van a leer tu CV y lo van flipar. La que vas a flipar eres tú cuando alguien te abra los ojos por primera vez y te diga ‘es que lo que hayas hecho hasta que llegaste aquí no cuenta’ y zas! en toda tu boca (que por supuesto has traído perfectamente arreglada a manos de tu dentista español). Hay que empezar desde lo más bajo e ir ascendiendo poco a poco…otra vez!.
Pero no todo son malas noticias. En este país todos estamos contratados legalmente y si una trabaja y se esfuerza en adaptarse al idioma y a sus costumbres, una puede escalar puestos con más o menos rapidez dependiendo de las habilidades lingüísticas y sociales de cada una. Otra de las maravillas de este Londres donde me encuentro ahora es que si una no está contenta donde está, renuncias al trabajo y mañana tienes otro de iguales o mejores características porque lo que tienes que hacer es enterarte de qué va la película e ir buscando mejores oportunidades, que las hay. Al princio todas vamos de pardillas pero te haces una experta en entrevistas porque aquí si una aplica a un puesto de trabajo, te llaman para verte la cara aunque sea para decirte amablemente que no encajas con el perfil. Porque eso sí, amables y educados son hasta para mandarte a la mierda. Cada paso hacia adelante cuenta.
Una vez tenemos resuelto el tema trabajo, está lo de la habitación. Es lo peor con lo que tendrás que lidiar porque ya no es sólo que los precios del alquiler de las habitaciones esté a nivel de infarto, es que tienes que empezar por pensar en qué zona vas a vivir, cómo de lejos te queda del trabajo, cuánto te va a costar el transporte, si el alquiler es legal, cuántos compañeros quieres tener, si las facturas están incluidas o no, si estás dispuesta a compartir habitación con extraños, si hay que pagar fianza y cuánto, etc. Esto fue lo que casi me hace volverme a España porque creía imposible poder encontrar un trabajo y una habitación decente en un periodo de tiempo bastante breve ya que tan sólo disponía de unas semanas para quedarme sin dinero. Es una sensación que nunca había experimentado hasta la fecha, no tener casa donde caerme muerta! Maletita para arriba y para abajo, comiendo en parques y planeando entrevistas sin tener donde lavar la ropa que tenía que usar para las entrevistas… un drama!. Pero he tenido suerte, mucha suerte no sólo porque tengo amigos maravillosos viviendo aquí desde hace años, o porque muchas personas me han ayudado desde España en el momento que supieron de mi ‘situación de indigencia’, he tenido suerte porque en estos meses de ‘MJ La Exploradora’ he conocido a personas que son más grandes que Barcelona, completos desconocidos que no han dudado en tenderme una mano o en enriquecer mi visión de este mundo con sus historias de vida que han hecho que me sienta muy afortunada de tener la oportunidad que tengo de hacer con mi vida lo que me de la gana. A todos y todas ellos desde aquí un GRACIAS OS AMO!.
Mi vida desde aquel 27 de julio del año pasado ha tenido más giros que el final de Juego de Tronos y hasta el momento no me arrepiento. Hace pocos días leía un artículo sobre el ‘Choque Cultural Inverso’ que es aquella situación de no pertenecer a ningún sitio de aquellos que un día decidimos salir de nuestras ¿confortables? vidas y poner rumbo a otro país. Y digo yo, ¿es una sensación diferente a la que se siente cuando una tiene que volver a casa de sus padres porque no puede tener un sitio propio?, ¿es diferente ver que la vida sigue para todos tus seres queridos aquí o en Pekín?, ¿es tan diferente no poder estar cada día con tu pareja porque estás lejos de porque vuestros trabajos sólo os permiten veros durmiendo?. Hoy en día vivimos nuestras relaciones sociales por whatsapp y por otras redes sociales que serán muy criticables por todos aquellos que gustan de un buen postureo pero que a mí, me han ayudado a no sentir a mi pareja, mis amigos y mi familia más lejos de lo que podía sentirlos cuando estaba en casa y mi vida no me dejaba tiempo para verlos. Ahora por lo menos, tengo un trabajo que me proporciona un sueldo decente y unas vacaciones pagadas que me dan ‘boleto’ para disfrutar de ellos cuando quiero. Y estoy mejorando mi inglés nivel ‘el día que me canse de este país y vuelva a España van a pensar que he nacido en Cambridge’. Quien dice España dice Alemania, Noruega o Japón!. Ni el cielo es el límite si puedes montarte en una avión.
Grande, MJ.
LOfiU