Un nuevo lanzamiento editorial y cierta esperanza

Magazine Fashion&Arts

Hace casi 20 años, cuando por motivos personales me vine a vivir a Madrid, recorrí bastantes estudios y agencias de publicidad mostrando mi trabajo.

En las agencias de publicidad, lo único amable y personal fueron las chicas de recepción y los de Recursos Humanos, que eran los que me llamaban para entrevistarme con los que serían mis jefes, bueno, mis jefecillos, porque los jefes-jefes de verdad andaban esquiando, haciendo surf en California o buceando en Bali. Aún eran los tiempos de grandes agencias y campañas millonarias.

Los creativos que conocí eran tan detestables como Ramiro Agujis (*). El 99% de las veces me topaba con un niñato que a) me miraba a las tetas y no a la cara cuando le hablaba b) miraba a la ventana o hacía bromas con un compañero o le hacía señas chati de recepción, y ni puto caso a mi portafolio. No me creo Neville Brody, pero no entiendo las faltas de respeto, más entre profesionales.

Nunca me interesó la publicidad, lo mío era la gráfica y el diseño, pero siendo nueva en la ciudad tenía que intentarlo donde me llamaran, aunque mi intención fue siempre trabajar en un estudio, no en una agencia publicitaria.

Uno de los estudios donde fui a mostrar mi trabajo fue el de Alberto Corazón. Un sitio fantástico, agradable, lo más alejado de una oficina impersonal e iluminada por fluorescentes que podía encontrarse. Hubiera matado porque me ficharan. Pero Ana Arambarri, que fue quien me entrevistó, tras ver mi portafolio me dijo «tu estilo está muy definido, y ¿sabes? cuando un cliente viene al estudio de Alberto Corazón, quiere el estilo de Alberto, que también es muy característico. No creo que encajaras aquí. Tú debes encontrar un estudio donde te dejen ser tú misma». Probablemente fuera una manera elegante de decirme que no les interesaba (eso es lo que pensé en ese momento), pero al final es lo que pasó: en algunos sitios más, en otros menos, pero siempre he trabajado con cierto margen de libertad, y cuando no lo he tenido en lo que pagaba las facturas, lo he reflejado en mis proyectos personales, como Antonia Magazine.

Es difícil en estos momentos encontrarte con proyectos editoriales que merezcan la pena, que se salgan de lo común. Hay nuevos lanzamientos que parecen ideados en #mododesesperaciónON, sin perfilar ni la gráfica ni la línea editorial ni el equipo. Hay que tener un buen equipo, al menos que crea en lo que está haciendo, para sacar nuevas ideas adelante.

Tenemos publicaciones como Tentaciones, que comenzó muy bien, al menos era diferente, y ha transmutado en una especie de Playground que ni papel ni digital. Lo que tenía de transgresión en 1993, se ha quedado en una especie de viejovenismo extraño. Posiblemente porque el equipo original, el que lanzó los primeros números en esta nueva etapa, ha cambiado, y eso se nota, mucho. El rollo fanzine mola (no a los grandes jefes, claro), pero hay que saberlo hacer.

También tenemos las publicaciones que lanza Spainmedia, cortadas todas por el mismo patrón, y con el aliado incuestionable de los bancos de imágenes. Buena edición gráfica, pero un constante déjà vu para los que nos hemos pasado años y años buceando en Gettyimages. La sublimación de la amortización de recursos, tanto técnicos como humanos. Pero el consumidor de publicaciones no es tonto, y se da cuenta de que algunas revistas serían LA MISMA, solo cambiando la cabecera.

Las grandes editoriales remozan contenidos y se vuelcan en lo digital, es el signo de los tiempos, pero yo me niego a perder el tacto del papel, el olor de la tinta, y el peregrinaje al kiosco para hacerme con un ejemplar de la publicación de la que soy fan. Es muy cómodo leer en el iPad, pero no es igual…

Tengo puesta cierta esperanza en el lanzamiento de Magazine Fashion&Arts de La Vanguardia, por lo que promete, y por los profesionales que en ella están implicados. Pero después de tantos años, me puede el escepticismo, y hasta que no la tenga en mis manos no podré opinar.

Espero, de corazón, que se salga de lo que ya estoy ahíta de ver y leer. Crucemos los dedos.

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(*) Ramiro Agujis- genial parodia de un creativo publicitario

1 Comment

  1. Balbina Arias says:

    Seguiremos atentamente su despegue y recorrido.

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