Santa Madonna, líbrame de la gala MET

Siempre me ha molestado bastante que me tomen por idiota. Ésta es una de esas veces en las que pienso “¿será verdad?” y es.

Ha causado cierto revuelo en las redes el estilismo que lució Madonna en la gala de los MET, no tanto como el de la chaqueta amarilla del Zara, pero también ha tenido su momento. De la mano de Riccardo Tisci, y bajo el amparo de Givenchy lució, lo que a mi modesto parecer era un desaguisado de cintas y esparadrapos negros cubiertos por un encaje, que luego decimos que las mantillas son horteras y de esto nadie dice nada.

Lo curioso de las tiras es que empezaron a colocarlas por las extremidades y cuando llegaron al tronco se quedaron cortos, debía ser el día de asuntos propios del becario de turno y por no enviar a nadie a buscar más a la farmacia de guardia, lo dejaron todo al aire. Como si la señora no tuviera una edad de morir de neumonía. Eso es vivir al filo del abismo, no me fastidies.

Total, que llevaba culo y tetas al aire (en éstas últimas unas tiritas de las de dedo meñique le tapaban los pezones, que digo yo que ya que lo haces, hazlo bien).

Hasta aquí pues bien, nada que objetar salvo que ese look con esa cara tan natural, entumecida, blanca de la masilla para ocultar los golpes de la edad y el duro trabajo en los escenarios, pues cantaban como un almeja en el desierto. Que a mi abuela la saco de la mortaja y no sé decirte cual es cual.

Que no tengo nada en contra de que la gente enseñe las carnes, ya ves tú.

Repasemos “historia” española que nunca viene mal. Dos ejemplos me vienen a la cabeza: Maruja Díaz y José Manuel Parada en un barco, un pareo, un poco de viento y una teta que quiso ver mundo. La mismísima Sara Montiel era una acérrima defensora de las transparencias pasados los 70, una visionaria manchega oiga. Qué derroche de clase…

Lo que me alucina son las declaraciones que, tras el revuelo, ha publicado la cantante donde dice, y cito textualmente según publica La Vanguardia:

“Mi vestido en la MET Gala era una declaración política, así como una declaración de moda. El hecho de que la gente realmente crea que una mujer no tiene permitido expresar su sexualidad y ser aventurera después de cierta edad es una prueba de que todavía vivimos en una sociedad atrasada y machista”.

¡ALUCINA VECINA!

Si quiere enseñar señora, enseñe. Diga usted que enseña porque les sale del mismísimo moño, está en todo su derecho. Pero no diga que lo hace por mí, porque yo las reivindicaciones las hago vestida y por adelantado.

Que igual es que soy de las retrógradas machistas y es que lo he entendido todo mal pero ¿no estamos luchando para que se nos deje de juzgar por el físico? ¿no queremos tener derecho a envejecer dignamente sin que se nos censure envejecer, precisamente? ¿no queremos tener voz más allá de nuestros atributos sexuales? ¿Tengo que demostrar que puedo competir con el físico de niñas de veinte años cuando les triplico la edad? ¿Me manifiesto contra los mercados de carne participando en uno? Pues vaya con la lucha, yo casi que me rindo.

Una mujer que ha conseguido lo que ella ha hecho, que es una diva, ha tenido que recurrir a ir en cueros para destacar sobre las que suben, las que no tienen otro talento que poner el culo en pompa. Esa es la realidad, no otra. Por favor, si había menos tela en esa gala que en el vestido del emperador del cuento. Tanta lucha por los derechos de las mujeres era conmovedora. Yo hasta lloré.

Que me vendan esto como feminismo es para cagarse, eso es tomarnos por idiotas, y eso no.

Podía haberse puesto un chándal y haber hecho la declaración política negándose a, por millonésima vez, tener que desnudarse para llamar la atención, eso si que hubiera sido una novedad en la carrera de Madonna.

Pienso en ese director de comunicación sudando como un pollo, pensando en qué decir para salir del atolladero y tirando de algo tan poco manido como el tema de la defensa de los derechos de las mujeres para justificar semejante despropósito, y los demás comentando “Pero Manolo, ¿esto colará?” y Manolo (bueno, Michael) “Esto siempre cuela, no ves que es Madonna? Lleva colando desde los ochenta”.

En fin, la próxima vez que vaya a pedir un aumento porque cobro un 20% menos que mis compañeros varones, iré en bragas, a ver si así tengo más éxito. Todo sea por la lucha.