Los americanos, que creen que se las saben todas y a todo le ponen nombre, se inventaron un término para las películas supuestamente para chicas: chick-flick.
Así engloban títulos tan variopintos como Tomates verdes fritos, Cuando Harry encontró a Sally, Los puentes de Madison o Thelma y Louise, todas películas que supuestamente le molan a las mujeres y que son, tácitamente, un coñazo para los tíos.
A mi esta calificación me parece una tontería, pero la verdad es que existe.
Investigando un poco, descubrí con pesar que, si bien lo de “chick-flick” es conocido desde hace años, ahora también se inventaron algo llamado “guy-flick”, o sea pelis de tíos.
Antes que nada, quiero aclarar que para mi todas las películas son tanto de hombres como de mujeres, y que no por ser chica me tiene que gustar más ver una de amor que una de tiros. Tampoco creo que un hombre sea menos idem por preferir un drama a una del oeste. Por supuesto, tampoco el poner una película dentro de un género la hace peor, hay películas excelentes de ambos lados. Dicho esto, y ya que a todos nos gusta eso de ponerle nombre a las cosas, ¿por qué no hacer un repaso por lo que serían las típicas películas para hombres?
En tiempos lejanos, las películas de hombres se dividían básicamente en las del oeste y las de guerra. O sea, las dos con hombres solitarios y duros, en las que la mujer suele ser un florero, y con muchos tiros, solo que con diferente tecnología. Ambos géneros siguen vigentes, pero han evolucionado mucho, sobre todo en el papel de la mujer y la complejidad de los personajes. Tan sólo con comparar, por ejemplo, Doce del patíbulo, gran película de machos, con Malditos bastardos ya vemos que por más que compartan elementos y época histórica, la cosa ha cambiado mucho. Lo mismo pasa con los clásicos westerns testosterónicos, como Los siete magníficos, que debo confesar que me encanta, pero que no es nada “progre” en cuanto al rol femenino como por ejemplo Valor de ley.
Más adelante, sobre todo en los 80, las películas de hombres empezaron a centrarse en un héroe de acción cachas que tanto pegaba tiros, como daba puñetazos, saltaba a trenes en movimiento, explotaba helicópteros con una bazooka, o bueno, creo que me entienden. Las películas no importaban tanto como su protagonista, la idea era ver una de Chuck Norris, o una de Steven Seagal, o una de Van Damme, o para nombrar a dos más A-list, una de Stallone o una de Schwarzenegger. Esto generó innumerables películas basura y algunos maravillosos clásicos ya no tan modernos como Terminator y Rambo.
Justo en esa época también surgió la que para mi es una película bisagra en este grupo, la grandiosa y aún vigente La jungla de cristal (para los que están fuera de España, Die hard). Esa fue la película que redefinió el género de acción de ahí en más. No sólo por el tipo de secuencias de acción, sino por la complejidad de su protagonista. Bruce Willis habrá hecho también muchas películas malas, pero siempre tendrá a John McClane.
También hay directores que se especializan en películas de tíos, dentro de ellos me gustaría destacar a dos. Por un lado, Guy Ritchie. Guy hace guy-flicks con un rollo diferente, como Lock & stock, Snatch o RocknRolla. Pueden gustar o no, pero son definitivamente pelis de tíos con estilo propio.
Por otro lado, para demostrar que no solo es cosa de hombres, Kathryn Bigelow. La única mujer que ganó un Oscar como directora ha dirigido excelentes pelis de tíos como Le llaman Bodhi o En tierra hostil.
Con toda la onda de hombre menos anabolizado y más sensible, o más blandengue, como quieran llamarlo, el mundo películas para chicos también se centró en la comedia, generalmente de tipos descontrolando con sus amiguetes. La moraleja es que la amistad es buena, y si es con drogas, sexo y alcohol, mejor aún.
Eso se vio en películas como Superfumados o Resacón en Las Vegas. Pero dentro de ese grupo, para películas con clase, recordemos la genial, Swingers (Vegas, baby, Vegas!). Una historia sobre hombres, con conflictos masculinos, que como están bien contados y son profundos, al final son universales. Pero sobre todo, divertida sin ser idiota. Ah, ¿era posible? Pues sí.
Últimamente el mundo guy-flick, y especialmente a partir de 300, está lleno de tíos cachas semidesnudos y mucha, mucha sangre en cámara lenta. Ahora vuelve Conan, sin ir más lejos. ¿Para cuando el remake de He-Man? Porque recuerdo ya hay una película perpetrada con este personaje, Masters del universo.
En definitiva, ¿qué es eso de las guy-flicks? Solamente un nombre. Creo que tanto “chicks” como “guys” lo que quieren cuando van al cine es, como ya he dicho otras veces, perderse en la historia y que eso les genere una emoción. Para eso está el cine, ¿no? Por algo sigue siendo, a pesar de los años y las tecnologías, una de las drogas legales más consumidas y más amadas.
Inés González