Que un fotógrafo que no te conoce de nada te mande un email desde Nueva York para ofrecerte su trabajo tiene dos consecuencias: 1) que te pienses que se ha equivocado de medio, y 2) que al asegurarte que sí, que es en ANTONIA en quien está interesado, te infles de orgullo como un pavo.
No conocía el trabajo de Gonzalo, como no conocía previamente el trabajo de muchos de los que aparecen en la publicación, y opino que por eso tiene más valor mostraros su trabajo, y que lo descubramos a la vez.
Pero no os quedéis únicamente en los disparos de moda. Gonzalo tiene un ojo único para el fotoperiodismo. Este chico pegará fuerte.
«El día de mi primera comunión supuso una experiencia iniciática: me regalaron mi primera cámara de fotos. Mis dos primeras cámaras de fotos idénticas, dos Werlisa Club 35. Acabo de encontrarla en la red y es mucho más bonita de lo que recordaba; cuerpo negro y botón verde. Creo que desde entonces no he parado de hacer fotos.
Después vinieron una Polaroid que les regalaron a mis padres y usaba yo, la primera cámara réflex, las lecciones de mi hermano y el cuarto de revelado en casa, con su luz roja. Pasaba horas allí, me daban las tantas de la madrugada, una excitante mezcla de técnica y magia.
Orbito como un satélite alrededor de las cosas que me apasionan, trabajo en ellas siempre que puedo, y la fotografía siempre está ahí. Recientemente se ha convertido en mi profesión, lo cual es muy bonito y raro a la vez, supongo que algo así como formalizar una relación con una amante.
Creo que la fotografía es una excusa para amar la vida. He trabajado en eventos culturales y deportivos, haciendo retratos, y en proyectos personales. Espero que vengan muchas más cosas, mucha más vida.»
Gonzalo Trujillo, 32 años. Fotógrafo, redactor y actor.
http://www.gonzalotrujillo.com/photo/
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