Los diez imprescindibles del Primavera Sound 2013. Una guía personal y subjetiva en forma de decálogo para disfrutar todas las posbilidades del festival y terminar con los menores daños colaterales posibles. Por Mònica Escudero.
1. UN CALZADO CÓMODO
“Menuda mierda de recomendación es esta para un festival”, diréis algunos. “Yo lo que quiero es que me digas qué grupos molan para irlos a ver, no chorradas como esta”. Pues efectivamente y no, porque si llevas unos de esos taconazos o plataformas estilo Jeffrey Campbell petándolo fuertemente, a las 2 de la madrugada y después de recorrer tres veces –ida y vuelta– la distancia entre el escenario Vice y el auditorio Rockdelux te dará igual quién esté tocando: solo serás capaz de pensar en arrancarte los pies con tus propios dientes. Así que deja los andamios para cualquier otro momento y ponte unas zapas de colores. Las hay para todos los gustos: desde los modelos de estilo ochentero classic train de Reebok, reeditados con motivo de su 30 aniversario, hasta las propuestas más técnicas de Nike, pasando por el nuevo modelo Skateboarding o cualquier color de las clásicas Chuck Taylor de Converse. Todas son chulísimas, están de moda y son mucho más adecuadas para pasarte la noche de pie que cualquier zapatronco.
Esta SÍ
Esta SÍ
Esta SÍ
Esta NO
2. LA PROGRAMACIÓN DEL AUDITORI ROCKDELUX
Incluso esa gente que pone pegas a los conciertos al aire libre porque no se oye bien, los artistas están muy lejos o mil y una tontunas más (ESA gente) puede vivir momentos de piel de gallina máxima en el Primavera Sound de este año. El concierto del inconmensurable Daniel Johnston promete ser uno de ellos, en dura competencia con los renovados Dexys de Kevin Rowland y la apoteosis rítmica –con un instrumentos de percusión de lo más locos y un carrillón de más de 50 campanas en el escenario– que promete ser Pantha du Prince en su asociación con The Bell Laboratory.
Para ir abriendo boca, Spectral Split, de Pantha du Prince & The Bell Laboratory
3. TU TELÉFONO MÓVIL, A PODER SER CON BATERÍA
Parece tan evidente que da risa, pero quédate sin él a la una de la mañana y prepárate a pasar el resto de la noche desolado y penando como si fueras un caminante blanco al otro lado del muro, sin saber si tus amigos están viendo a Django Django o haciendo cola para comerse una guarriburguer. El secreto, carga a tope justo antes de salir de casa, apagar aplicaciones innecesarias de esas que te funden la batería (esto va especialmente por los chicos y el Grindr, que en estos eventos está que saca humo) y llevar un cargador por si acaso.
4. LOS DE AQUÍ
Que sí, que John Talabot, Tarántula, Los Planetas y Pony Bravo tocan por aquí mucho más a menudo de Wu Tang Clan, Blur y The Jesus and Mary Chain, pero tenerlos a todos juntitos es un gusto, lo que ya conoces no defrauda y además no suelen programar a unos y otros a la misma hora, que la organización ya sabe de esto. Además, Manel ofrecerán el jueves a las 20:00 el primer concierto de la temporada de Atletes, baixin de l’escenari (después del ensayo general de la semana pasada en Granollers), lo que marcará mi pistoletazo oficial de salida del PS 2013. Para ir abriendo boca, su último videoclip.
Teresa Rampell, primer single de Atletes baixin de l´escenari (Warner/Discmedi)
5. EL SHOPPING
Los puestos de discos, camisetas, gadgets, ropa, bolsas y mil y una tontadas la mar de apetecibles son una mina. No son especialmente caras y van la mar de bien para matar el tiempo entre conciertos o cuando te apetece tomarte una cerveza lejos del barullo. Cedés descatalogados, una camiseta de ese grupo que tanto te gusta, bolsas de tela chulísimas, chapas y muchos otros tesoros que harán perdurar en la memoria el recuerdo del festival. Solo un consejo: la ebriedad provoca euforia, la euforia compra indiscriminada y la compra indiscriminada hace que vayas hecho/a un espantajo o que la prenda en cuestión fallezca al fondo del cajón. Piénsate tres veces si esa camiseta blackmetalera de la iglesia quemándose va a ser tu uniforme diario en la oficina antes de comprarte cuatro iguales. De nada.
6. LOS JÓVENES TALENTOS
Aunque por su aspecto parezcan primas hermanas de Ian Curtis traídas al 2013 con una máquina del tiempo, Savages tienen unos 20 años REALES, un LP en el mercado – Silence Yourself (Matador/Pop Noire) y suenan escandalosamente bien. The bots, unos hermanos ingleses con carusa de querubines que suenan a punk-rock y a gamberrismo ilustrado (una cita que no hay que perderse), y Merchandise, unos jovenzuelos guapetes de Tampa (Florida) musicalmente hiperactivos que suenan un poco como The Fall. Y Nils Frahm, que ya tiene treinta –que son los nuevos veinte, así que sigue siendo joven– y suena como Dios al piano.
7. LA PACIENCIA
Por si aún no te has dado cuenta, estás compartiendo recinto -y por tanto, lavabos, seguridad, camareros y TODO- con unas 150.000 personas. Tienes dos opciones: minimizar tu consumo de líquidos para evitar en la medida de lo posible las colas en la barra y el baño (la contrapartida es que eso es bastante incompatible con ponerse toña, algo que siempre añade diversión a los festivales) o tomártelo con calma y usar las esperas para retocarte el maquillaje, localizar a tus amigos o, por qué no, practicar el noble arte del ligoteo. Anécdota: una vez una camarera me invitó a una cerveza porque, a las 4 de la mañana de un sábado, se la pedí por favor y con una sonrisa. Sed amables, copón.
8. LOS VIEJUNOS
Si rondas la doble veintena y a ratos tienes la sensación de que has vuelto a la primera, no es que te esté dando un mal viaje de algo, es que muchos de los grupos que escuchabas entonces tienen su momento de gloria en esta edición del festival. Volver a dar saltitos al ritmo de Girls and Boys de Blur, corear con J Mascis y su melena (igual de larga, pero ahora blanca) los himnos de Dinosaur Jr., cantar Last Splash de The Breeders y reivindicar a The Meat Puppets– y, en otra línea pero con las mismas ganas, desgañitarme con el 36 Chambers de Wu-Tang Clan– son algunos de los momentos del festival que espero con más ganas. De hecho estoy empezando a ponerme nerviosa…
Gallina de piel con Wu-Tang Clan
9. EL MINIMÚSICA
Hacer un pequeño previo festivalero en los concierto del Minimúsica con hijos, sobrinos de sangre o postizos o cualquier niño que tengamos al alcance de la mano –tampoco hace falta hacerse un Sor María si no tenemos ninguno– con una merendola con altos niveles de azúcar e hidratos, mientras disfrutamos de los conciertos de l´l´Hereu Escampa, Pony Bravo, Les Sueques y Mates Matespuede ser una buena manera de escampar los últimos restos de la resaca (antes de volver a empezar, claro). Y lo mismo con los conciertos del domingo por la mañana en el Parc de la Ciutadella -donde tocarán Vàlius, Andrés Valil, la locura colaborativa Orchestra Fireluche y los divertidísimos Candela y los Supremos-, marco incomparable para atizarse un combo de picnic y siesta reconfortante.
El desalojo del piojo, de Candela y los Supremos
10. AMIGAS, HAY QUE CUIDARSE
Parafraseando a Concha Velasco, y especialmente cuando llegas a esa edad en la que te dura más la resaca que la borrachera, hay que darle un empujoncito al cuerpo (y a la mente) para que la bajona no se eternice a nuestro lado. El primer truco, la moderación, no funciona en los festivales. A partir de aquí, acabar las noches bebiendo agua (aunque sea al llegar a casa), comer algo cada 4 horas –en el PS se pueden encontrar desde auténticas guarrindongadas y fritanga hasta ensaladas y unos falafel absolutamente deliciosos–, dormir lo necesario y darse un homenaje dominical en forma de brunch –el mejor de la ciudad, en Picnic y con una michelada para beber– o su versión catalana, un esmorzar de forquilla a base de cap i pota o mongetes amb botifarra. Mano de santo, oye. (FOTO/ Picnic Restaurant.