«Reykjavík línea 11»: Esperanza y amor en tierras islandesas

Todas las personas que han ido a Reykjavík han vuelto fascinadas, algunas no han regresado porque se han quedado, otras han vuelto pero desean irse a vivir allí antes o después. Y allí es donde sucede toda la acción de la tercera novela de Raúl Portero «Reykjavík línea 11» (Editorial Egales, 2012) que cuando es leído nos provoca una extraña sensación de «quiero conocer esta ciudad».

Como bien se nos dice el argumento del libro el yo del pasado se sorprendería al ver al yo actual, y es que somos todo aquello que hemos hecho en el pasado: lo que nos gusta y lo que no. Pero sobre todo que cuando uno no tiene esperanzas a veces llega la casualidad, que se junta muchas veces con la causalidad, para darnos un nuevo comienzo.

ReykjavikLinea11

El libro se lee a una rapidez asombrosa, enganchando en cada una de las páginas hasta desear saber que va a pasar después, la capital islandesa se vuelve un protagonista más, aparte de los de carne y hueso, abandonando la idea de una guía de viajes, los bares son núcleo importantes de las historias, las cuales son tan cercanas como las que nos pueden pasar a ti y a mi.

Una estructura peculiar que entrelaza la vida de dos personas, Arnau y Einar, con todo su pasado, sus amigos, sus experiencias, sus miedos, sus ganas y sus abrazos.

Un buen regalo para estas navidades, para emocionarse, para sentir, para reir, para llorar y ver que en la vida siempre hay que estar preparado para ser feliz, no sea que un día llegué y nos de miedo.

Raúl Portero se encuentra actualmente preparando la adaptación cinematográfica de su primera novela, «La vida que soñamos», junto a Álvaro Pastor («Yo también»). Espero que «Reykjavík línea 11» salte también a la pantalla grande.

Por Fernando Bajón