Series – Nurse Jackie

entradanurseSois mas que conscientes, queridas Antonias, de que mis sabias palabras andan lejos de cualquier tipo de diatriba o discurso demagógico y partidista. Por eso mi crónica de este mes os llenará de regocijo y os estremecerá de placer, pues hablaré de forma distendida y jovial de la maravillosa droga que tan buenos ratos hace pasar a los jóvenes de noble y generoso corazón, y todo gracias a esa serie tan moderna y pinturera que lleva por nombre: Enfermera Jackie.

Quiero empezar diciendo que con respecto a la droga hay mucha leyenda negra y mucha mentira, hasta el punto de que incluso hay desgraciados que han llegado a apuntar en un alarde de infamia inusitado… ¡que la droga mata! Amigos, sed sinceros… ¿Acaso creéis que si una enfermera titulada como Jackie que conoce el mundo de la medicina y los entresijos hospitalarios considerara que es mala, no pararía de meterse todo tipo de sustancias durante su jornada laboral y después de concluirla?

La Enfermera Jackie sabe lo que vale un peine y por eso considera que un empujoncito a modo de ayuda estupefaciente para sobrellevar las cargas existenciales que provoca tanto el duro trabajo de enfermería, como las problemáticas familiares, es lo más adecuado… ¿Y qué si para conseguir sus sabrosas dosis tiene que engañar a tu marido y follarse al encargado de la farmacia del hospital y que así te proporcione de forma gratuita lo que necesita? ¡Peor sería robar! ¿Y qué si esconde la droga en sobrecitos de sacarina, su jefa coge uno por error y acaba drogada hasta las tetas dando un espectáculo? ¡Peor es pegar a un cura con un calcetín sudao y salir corriendo!

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Enfermera Jackie es una serie que se deja ver, en un principio promete más de lo que acaba dando, pero chico, tampoco está del todo mal… ¿Qué le faltan tetas y culos y mete-saca por doquier? Vale, le falta, pero ese hueco se medio rellena gracias al aprendizaje drogadiccional que adquirimos a lo largo de cada capítulo de la serie.

3196_main_image_1243604149Si lo que queréis es una opinión cualificada y de predicamento como la mía, no os toméis esta serie como un drama de ficción, sino como una lección de didactismo educacional, algo que nos instruye, nos enseña y complementa nuestros (lamentablemente a veces limitados) conocimientos sobre drogaína.

Vamos, que veáis esta serie como si leyerais el Libro Gordo de Petete, o como si vierais un documental del National Geographic… ¡que esto también es cultura, coño!

Iván Casquete