Editorial012

editorial

ANTONIA MAGAZINE.COM. NÚMERO 12. INCREÍBLE PERO CIERTO.
No voy a mentir. Antonia comenzó como una broma, como una forma de protesta a la estupidez bovina que constataba cada vez que abría una revista femenina. Aunque esto no me venía de nuevas, porque había trabajado en alguna que otra, y conocía de primera mano el criterio editorial de todas ellas. De todas, sin excepción, porque todas beben de las mismas fuentes, la publicidad.

Lo que no sabía era hasta qué punto era posible hacer una publicación diferente. Lo sé ahora, es posible, pero no esperéis sacar dinero de ello, porque no lo conseguiréis.

No me importa, no me ha importado en ningún momento que ANTONIA no de dinero, es más, que cueste dinero. Hay cosas que son necesarias en esta vida, y el hacer lo que uno siente es una de ellas.

ANTONIA también ha querido ser el escaparate del trabajo de talentos que no tenían cabida en otro tipo de publicación, a los que, con toda la modestia del mundo, les he ofrecido esta ventana.
Si con ello mostraba que hay tantos tipos de belleza y maneras de pensar como personas hay en el mundo, que no es necesario entrar en una talla 34 para ser perfecta, que los tatuajes no son cosa del lumpen (sólo del lumpen, quiero decir…), que en realidad a las personas normales, las antonias, nos molestan y preocupan exactamente las mismas cosas (y no tener el bolso de temporada NO ES una de ellas), me doy por satisfecha.

El mostrar tanto mi trabajo como el de otros, ha tenido una consecuencia directa: la fama y el éxito. La fama de la revista y el éxito de mi trabajo diseñándola y dirigiéndola. No me estoy sobrando. Las cifras están ahí, y los proyectos llegan uno detrás de otro, sin descanso.
Demasiado trabajo para una cabeza tan pequeña como la mía. La salud me ha jugado una mala pasada, y me ha advertido que o paro o peto. Es así. No quiero morir de éxito. No quiero ser una annawintour o una mirandapriestley, que anteponen su trabajo a su vida. Me voy a tomar un descanso.

ANTONIA es una publicación como otra cualquiera. Vale, es mensual, algo inusual en una publicación digital, pero con los mismos contenidos que una revista impresa, alrededor de 30 artículos cada mes. Con sus colaboradores, con sus producciones fotográficas, tal cual.

En realidad a las personas normales, las antonias, nos molestan y preocupan exactamente las mismas cosas (y no tener el bolso de temporada NO ES una de ellas) Que no nos tomen en serio es otra cosa, porque no somos pelotas precisamente, y eso en este país es un grave error. Decía Azaña que «la opinión propia, si es libre y expresa, puede ahuyentar a la clientela y enojar al patrón». A nuestra clientela le hacemos gracia, pero al patrón ni un poquito siquiera (sustituyamos «patrón» por Cibeles, Sonar, etc, etc).

Lo de Cibeles me resulta extremadamente simpático, porque me recuerda una época de mi vida, en la que salía de noche más de lo que a mi madre y a mis neuronas les hubiera gustado. Había un portero, llamado Isidro (aquí alguno esbozará una sonrisa, seguro), que me tenía, simple y llanamente, manía. Todo porque mi mejor amiga, una vez, le llamó «encefalograma plano» -habia sido extremadamente grosero con ella-, y tardó como media hora en darse cuenta de que le habían llamado idiota. Desde entonces a ella la odiaba, y a mí de rebote. El caso es que cada vez que íbamos a algún local en el que Isidro estaba de portero, nos negaba el paso. Trabajo inútil: conocíamos a todos y cada uno de los dueños o jefes de sala de los locales de Madrid. Una llamada de teléfono y el jefe salía a buscarnos a la puerta, nos franqueaba el paso e Isidro se llevaba una bronca monumental.

Con Cibeles me pasa lo mismo: solicito acreditaciones, para mí y para una fotógrafa. No me contestan ni para decirme que no (inciso: la edición anterior sí nos acreditaron). Dos emails y una llamada de teléfono más tarde (sin contestar ambos) opto por el plan B. Trabajo en una editorial importante, hablo con quien debo y tengo acreditación (otro inciso: llevaos siempre bien con las secretarias de redacción y con las señoras de la limpieza, porque ellas tienen el poder), y fuera de plazo si me da la gana. ¿Veis? Os pasa como a Isidro: os confundís. No sabéis, ni os molestáis en averiguar.

Que ni siquiera te contesten de un departamento de prensa, cuyo trabajo es, precisamente, facilitar la labor periodística, me parece lamentable y una enorme falta de educación.Deberíais saber que la gente que trabaja en Madrid en prensa tiene mucha «movilidad», y es más que probable no sólo que coincidamos, sino que el éxito de vuestro trabajo dependa de cómo habéis tratado a los demás.
Pero, como no quiero enojar a mi patrón (las lentejas de mi hijo las paga él), no pienso decir nada más sobre Cibeles (o, como diría Victor Blanco, «Cibeles no será cubierto por mí»). Les cedo el testigo a mis colaboradores, que no tienen patrón que les regañe por utilizar la acreditación para criticar lo que les parece mal. Qué curioso que al patrón lo que no le parezca mal es que tergiverses la información, diciendo que es blanco lo que se ve negro como la noche. Este país vive de pelotas.

No sé si he dejado claro lo que va a pasar con ANTONIA (si me repito no dudéis en decírmelo ¿ok?): llegamos hasta el número 12 y paramos. Hay que vivir, salir, cocinar, ir al zoo con el enano, sembrar las plantas que llevan meses esperando que las trasplantes, hacerse un cine, viajar… Hay que apagar el ordenador, el facebook, el twitter, el móvil, la play… y salir a la calle a vivir. No se puede hablar desde «la experiencia de usuario», como decimos en nuestro MANIFIESTO, si no existen las experiencias, si te las tienes que inventar por la información que te llega. Así no, antonia, así no.

Esto es una pausa, un hasta luego. No un adiós.
El mes que viene no habrá ANTONIA nuevo. Hay que rediseñar el formato, convertirlo en uno más abierto, ofrecer la opción de que los colaboradores suban los contenidos por sí mismos. Pero eso requiere un tiempo del que en este momento no dispongo. Así que vamos a esperar, a descansar, y a pensar.

¿Os imagináis que todas las publicaciones hicieran lo mismo, parar y replantearse su formato y sus contenidos? No sé, quizás las tías no nos aburriríamos tanto al abrir el Vogue, la Glamour o el Elle (a veces es imposible distinguir una de otra).
En este (de momento) último número de ANTONIA, vamos a hacer un top de los artículos que más os han gustado. Vamos a poner en su sitio a algún diseñadorcillo patrio (desde ANTONIA te deseamos que nunca nunca te veas como el venerable anciano de la bata blanca, cari). Os mostraremos a la ganadora de nuestro cásting para chica de portada Nº 12. Y, como siempre, los maravillosos artículos de Inés González e Iván Casquete, los impagables colaboradores de ANTONIA MAGAZINE.COM.
Por cierto, podéis seguir comentando en el blog, expresar vuestra alegría o vuestra rabia porque ANTONIA se vaya de vacaciones..
Vuestra rendida admiradora. Siempre vuestra.
Mabi Barbas, la jefa.

 

////////////////////

NOTA a los cazadores de tendencias y talentos:

¿No os habéis fijado la cantidad de gente interesante que publica en ANTONIA MAGAZINE.COM? Estilistas, fotógrafos, modelos, periodistas… Os linkeamos siempre su forma de contacto, pero, para que no haya pérdida posible, a partir de este mes la sección DIRECCIONES del blog será un índice de profesionales que colaboran en ANTONIA MAGAZINE.COM. Ya sabéis cómo localizarlos, ahora es vuestro turno.