La musa de Ghesquière, Marie Amelie Sauvé

Históricamente, las musas poseían la capacidad de inspirar a poetas, artistas y científicos.

El padre de la Alta Costura, Charles F. Worth, tuvo como musa a su esposa Marie Vernet, mientras que la revolucionaria Coco Chanel se inspiraba en ella misma. Pero los años 30 llegaron y, con ellos, el  esplendor del cine clásico. Los diseñadores quedaron prendados de las etéreas estrellas del Olimpo, aunque, esta vez, del Olimpo del cine: es imposible pensar en Audrey Hepburn sin Givenchy, al igual que es inevitable relacionar a Grace Kelly con la casa Hermés y su bolso Kelly.

El Olimpo era entonces mucho más exclusivo que ahora, y sus arpas han sido sustituidas por datos financieros. Así que tu musa no es ni más ni menos que esa amiga estilista-ex modelo-it girl-periodista y no se cuántas cosas más, bien relacionada, y con un toque de culjantismo por sus venas, que te presenta a las personas adecuadas. Detrás estás tú, con miles de horas de trabajo a las espaldas. Si eres director creativo de una gran casa, tu musa perfecta se llama Marie Amelie Sauvé.

marie amelie sauve-2

Marie Amelie Sauvé empezó su exitosa carrera en la moda como becaria en Vogue París, allá por los ochenta. Desde allí no solo servía cafés y ayudaba a colocar perchas, aprovechaba su estancia en la revista para convertirse en consultora de moda, esa profesión soñada por todos, donde las grandes casas te pagan por adelantarles tendencias, por presentarte a las mejores promesas y por conseguirte almuerzos con periodistas de renombre, entre otras cosas. La primera de ellas fue Trussardi, a la que siguieron Roberto Cavalli, The row y Chloé, entre otras.

marie amelie sauve

De vuelta a Vogue de la mano de Roitfeld, su estilo futurista-minimalista-sensual marcó los grandes hits de la revista durante la década de los 2000, pero es su trabajo de “musa” de Nicolás Ghesquière el que lanza su carrera definitivamente. Trabajando juntos desde el día 1 en Balenciaga, ambos consiguieron levantar la casa hasta  los niveles por todos conocidos, llegando a ser la gran historia de éxito de los últimos años. Mientras todos los diseñadores ponían la vista en el pasado, el dúo experimentó con el patronaje experimental y el glamour minimalista, generando tendencias globales que años después han sido copiadas por todos, colegas incluidos.

«Ella es mi musa. Cuando diseño siempre pienso en ella». Esa frase es muy real: lo haces pensando en ella porque ella te dará las claves del éxito. Sus últimos éxitos: la campaña de Zara AW (ella solita convierte una anodina colección clonada a Slimane en una serie de prendas deseables) y la portada de Vogue Italia, un trabajo con su admirado amigo Steven Meisel.

////////

Raquel Leyva es blogger, autora de gtfashiondiary.com