Bailando con lobas

Cómo está la fauna nocturna, madre mía.

Tengo que confesar que hacía tiempo que no salía de noche, así en plan loco. Y es que… una ya tiene una edad, aunque os quedéis muertas y muertos porque no lo parece, pero es así.

Mis salidas se reducen a cenitas agradables con los amigos, alguna copa después, y conversaciones interminables en las que nos vamos a dormir con la sensación de que hemos arreglado el mundo. Cosas de la edad.

Pero hace siglos que no pisaba una discoteca, y todavía no he reaccionado… ¡cómo ha cambiado el cuento!

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Después de un mes de noviembre para olvidar, en el que casi todo lo malo que le puede pasar a una persona, me ha pasado a mí, mi amiga Flor pensó que me hacía falta una lobotomía mensual urgente y me secuestró la otra noche, para llevarme de cena, copas y luego a bailar, que es nuestro equivalente oficial a coger los pedos inolvidables en los que tratas de olvidar, aunque sea por un rato, la mierda de vida que llevas.

Fuimos a una macro discoteca llena de gente y con la música a tope, bueno, hasta aquí normal, no ¿? Es lo que tienen las discotecas.

Yo para la ocasión me vestí con mis mejores galas, y pensaba que iba súper fashion y moderna… tejanos desgastados, un súper taconazo, y un top ajustadillo y sugerente. Peinada-despeinada, maquillaje más atrevido y un clutch de brilli-brilli a juego… Vamos que yo me sentía una star system. Cuando fui al baño y vi todas las féminas delante del espejo, retocándose el perfecto maquillaje, ya me entró bajón. Me vi tan maruja, tan antigua, tan desfasada, que sentí el inevitable paso de los años… Pero aún así, yo me animé rápido, y me reuní con Flor en la pista, que ya estaba bailando como una loca. La discoteca era muy fashion y para puretillas, es decir, para cuarentonas (recién estrenadas) como nosotras. Música de los 80, genial, y muchas ganas de bailar, y como no de ligar. En la barra, como siempre, eso no ha cambiado, mayor cantidad de hombres ( no sé porque los hombres siempre bailan menos que las mujeres ), estudiando con mirada lasciva al personal. En la pista mezcla de olores, colores, estilo, pero un denominador común… muchas ganas de zorrear y lashormonas y los huevos llenos de amor ¡ A mi observar a la gente es una de las cosas que más me divierte del mundo, y realmente me lo pasé bien estudiando las artes de las chicas para llevarse a su presa (otro día saldré para estudiar las artes masculinas ).

Realmente me sentí como la Kevin Costner de turno, pero en versión dance, bailando con lobas”.

La manera de bailar, de contonearse, de mirar, de insinuar, aunque algunas dejan poco a la imaginación… La manera en que las mujeres toman el mando y mandan ¡!! Escogen a la presa y van a por ella, con más o menos éxito. Flor, que en esto es una campeona, escogió a un rubio que estaba bebiendo vodka en la barra, y le entró despacito, desplegando todas sus armas de mujer, hasta que entablaron conversación y lo demás vino solo. Empezaron a bailar, a mirarse, a rozarse y así estuvieron durante más de una hora, cumpliendo con todos los requisitos del ritual.

Hasta que Flor fue un momento al baño, y se quedó el rubiales solo. En ese momento se acercó una barbie rubia, de muy buen ver, y muy bien operada y me preguntó si estaba yo con el rubio y si me lo iba a tirar, que si no… se lo quedaba ella ¡!!

Así mismo ¡!! Yo me quedé muy flipada, porque no sabía yo que entre lobas había un pacto de antigüedad.. – si llevas trabajando el tema 1 hora se respeta el turno… eso es bonito… – así que le contesté que me parecía que mi amiga si tenía intenciones lascivas con el rubiales,  y que ya estaba pedido.

Así que la barbie rubia se fue a atacar a un pelirrojo solitario que estaba al lado. Un retoque de maquillaje después, apareció Flor dispuesta a dejarme en casa y seguir su noche con don tinte perfecto.

Y así fue mi noche, bailando con lobas, muy divertida y útil. Aprendí que si quieres ligar, o te llevas al ligue puesto al baño, o te aguantas el pis toda la noche ¡!!