Ayer estuve en una fiesta de Halloween. He amanecido con los ojos a la funerala (muy apropiado por otra parte) y lo que ayer era una sexy bruja victoriana, se ha convertido en una mapache arrasada. Menos mal que he amanecido sola! Brico-consejo (porque lo de ayer fue cosa de chapa y pintura…): desmaquillarse! Aunque llegues a casa, digámoslo sutilmente, ligeramente ebria.
Generalmente no me gusta la noche de Halloween. No soy de celebraciones paganas que no me corresponden, pero sí de disfrazarme. Me encanta! Creo que s un trauma de la infancia, donde mi madre, cuando había que entrar en materia de disfraces, me ponía un pantalón marrón y un jersey verde y voilà: disfraz de árbol y a correr. Muy triste…
Viendo la fauna que es capaz de dejarse ver de esas guisas tan cuestionables, llegué a una conclusión: disfrazarse es una excusa como otra cualquiera para pillar cacho y sacar a la luz nuestros más oscuros instintos y propósitos.
Nosotras, por ejemplo, intentamos ir sexys a toda costa, porque lo cortés no quita lo valiente. Pasando de ir de bruja fea y con verruga, así que nos disfrazamos de: bruja en todas sus variables. Bruja victoriana, bruja pin up, para según qué tipo de víbora es suficiente ir vestidas de ellas mismas con una escoba,…; vampiresa, otro gran clásico: pintada como una puerta y con un buen par de tetas a la vista; de demonia: ataviada con un, digamos sugerente, mono de lycra rojo que deja bien poco a la imaginación y unos cuernos que a veces vienen de serie; de niña de la curva, nueva incorporación que acabará siendo un clásico y requiere únicamente un camisón blanco y una buena melena o en su defecto un buen pelucón. Cuidado (otro brico-consejo): si te pasas con el cardado parecerás la niña del exorcista, y no mola tanto. Lo malo (o no) de éste es que, teniendo en cuenta que es 1 de Noviembre y empieza a hacer fresquete, acabarás con los pezones como para tallar vidrio, pero bueno, con este detalle tu éxito en la noche de Halloween estará prácticamente asegurado.
Otro clásico, cualquier profesión o actividad que incluya enseñar cacha pero en su versión muerta o zombie: peluquera muerta, enfermera muerta, mujer zombie sexy, o sea puta muerta…..Resumiendo, que vamos disfrazadas de putones verbeneros, cada uno a su vez disfrazado de algo relacionado mínimamente con la noche de Halloween, fundamentalmente cualquier cosa que requiera los ojos muy negros y/o los labios muy rojos, llevar algo muy corto y/o muy ajustado, pero siempre con un buen escote. El peinado y el maquillaje hacen el resto…Vamos que en lugar de las noche de los muertos vivientes, debería de llamarse las noche de las lobas hambrientas!!
Y ellos, los pobres, casi siempre bastante ridículos, con sus disfraces que siempre van acompañados por cantidades ingentes de pintura (si, si pintura, y no maquillaje), pero que resultan muy útiles a la hora de elegir pareja esta noche.
Tenemos el vampiro, el equivalente masculino a nuestras brujas, y así tenemos al clásico Drácula (a nadie le da por Nosferatum, como a nosotras no nos da por lo de la verruga, porque da miedo de verdad), y cualquier versión que incluya un par de colmillos, al camionero vampiro, el rockero vampiro, el vampiro a secas …se le ve venir de lejos con sus afilados colmillos e intentara a toda costa chuparte…cuando menos la sangre
El hombre lobo, ese hombre que esconde una bestia en su interior que acabará arrancándose y, en el mejor de los casos, arrancándote la ropa.
Frankenstein poco cerebro, pero grande, fuerte y de manos poderosas.
Y para mí el mejor de todos. Desgraciadamente no hace falta que esperes a esta noche para encontrarle. Está ahí siempre, vive entre nosotros camuflado, un hombre aparentemente normal pero con un patrón de conducta que no ofrece lugar a duda: se trata de…el Doctor Jekill y Mister Hyde. Le conoces, os gustáis, pasáis una noche, incluso unos días increíbles, pero de repente cuando menos te lo esperas te descubres a ti misma mirando el móvil o el FB compulsivamente y esperando la ansiada llamada o mensaje o cualquier signo de vida al otro lado de la línea. «Pero, qué ha pasado?»- te preguntas. Repasas mentalmente todos y cada uno de los momentos vividos: la cama, el restaurante, los mensajes previos y posteriores, y no hayas explicación. No la busques más. Es y siempre será un misterio digno de Iker Jiménez y su Cuarto Milenio. ¡Uy! Si sólo fuera el 4º….
Es una mala noche para el amor y/o el sexo: si te enrollas con alguien lo más seguro es que todo acabe en buen barrizal de pintura blanca, negra y roja, que muy posiblemente te provoque una erupción cutánea, dada la dudosa procedencia de las pinturas de tu partener (posiblemente el chino de su barrio), y mucho encaje y dignidad rasgadas, porque en una velada como esta nada es lo que parece. Ni tú eres loba, ni ellos tan perros (verdes, en este caso). O también puedes acabar en algún bar de mala muerte de buena mañana con un grupo de muertos vivientes, entonando aquello de “Mi novio es un zombie…”.
Yo el año que viene me visto de Viuda Negra. Mucho más práctico y aterrador…HA-HA-HA (risa malvada).
La Trece Catorce