Tanto en el maravilloso mundo de los deshollinadores en general, como en el de los mozos escobilleros en particular, solo hay una cosa de la que, indubitablemente, podemos tener certeza año tras año;
kaskete
Black Mirror
Queridas Antonias de mi corazón, decía Robert Frost en uno de los mas hermosos poemas de su magna obra «The Witness Tree«, y cito textualmente: «Llego pim pam pum, yo corro pá las trincheras, marco este Rumbatón y te declaro la guerra, el ejército del aire… ¡corre que vuela!«…
Érase una vez…
Por más que echo la vista atrás para que mi extenuada memoria intente recordar un evento de tal magnitud, no consigo rememorar algo que levantara tanta expectación. Es cierto que cuando se publicó la biografía no autorizada de Garbancito en la que se contaban detalles íntimos acerca de su enigmática y azarosa vida en la barriguita del buey que se mueve… ¡donde no nieva ni llueve!, se levantó bastante revuelo, pero no es comparable a la expectación que produjo el estreno de “Érase una vez”; porque los guionistas y productores de Hollywood, en lo tocante a series, tenían los cuentos mas abandonados que las bragas de la tía Tomata.
The Wire
En 1972, cuatro de los mejores hombres del ejército estadounidense que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido, no tardaron en fugarse de… un segundo… no, no… que me he confundido…. En 1999, 5 chavalines con el carné de conducir recién aprobado circulaban apaciblemente por una carretera comarcal, respetando todas las señales de tráfico y las precauciones que indica el Código de Circulación, cuando les paró la policía pidiendo todo tipo de papeles, salvoconductos y certificados. Cuando el agente se fue al coche patrulla para verificar la documentación del que conducía, yo dije desde la amargura, pero con voz aflautada a la par que firme: “Que sinvergüenzas, nos han parao por ser negros”.