La Parisina, guía de estilo de Inés de la Fressange, es un librito ameno, sin pretensiones. Aunque pudiera parecer que su intención es (como tantas otras «biblias» que últimamente invaden las estanterías de las librerías) un listado de normas de cómo vestirse o qué comprar, es algo más que eso…
libros
PánicoTerror: El miedo en formato mini libro
A los amantes del terror, de los buenos relatos y a aquellos que digan que el tamaño no importa os propongo una nueva lectura: PánicoTerrorHace unos meses dos personas decidieron juntarse pensado que estaría bien unir sus fuerzas para crear mini historias de terror y publicarlas: Mike Medianoche, conocido por ser parte de «Sufridores en Casa» así como colaborador en varios blogs y otros medios de comunicación, y Robbie Darko, escritor y blogero.
Blanco que te quiero blanco
El blanco es mi color favorito, porque el blanco es sinónimo de verano, porque resalta mi moreno, porque combina con todo, porque es el color de la ropa limpia, porque es sinónimo de boda y aqui la Doña es mucho de boda y casamiento, que me gusta una fiesta gratis… Aunque yo he invitado dos veces a este tipo de fiesta. Mi primera boda fue más bien una rave party, mucha juerga, mucha musica, mucho alcohol y seguro que para algunos más cosas. Mi segunda boda fue un jolgorio, ¡lo pasé tan bien!. Muchos amigos de los buenos -aunque con un par ya no me hablo, la vida…-, mucha gente con hambre y ganas de fiesta, y sobre todo mi marido y yo, que disfrutamos como si la cuenta la pagase otro.
Entrevistamos a Inma Monsó
Imma Monsó es una gran escritora, con un estilo muy suyo y una capacidad observadora muy notable que le permite crear personajes tan reales que muchas veces traspasan la ficción. En sus diferentes novelas, Imma aborda de tú a tú, y con un gran sentido del humor, temas tan íntimos como la muerte del que fue su pareja durante muchos años, las relaciones familiares, la comunicación, la enfermedad, el tiempo…
La erótica del trabajo
«Anna perdió un trabajo bien remunerado en los servicios financieros, y tuvo que invertir muchos esfuerzos en la búsqueda de un nuevo empleo. Comió menos, hizo ejercicio, adelgazó y rejuveneció diez años. También fue a la peluquería, se tiñó y salió con un peinado más corto y favorecedor, que le daba un aspecto de mayor juventud y vitalidad.
Lecturas para despechados con Cupido
No, no vamos a ofrecerte libros para que te enamores. Ni para que conquistes al vecino del quinto (o a la vecina del bajo). No vamos a curar tu mal de amores ni a celebrar contigo que Cupido dio en la diana. Preferimos sumarnos a los #planesparael14defebrero ofreciéndote cinco lecturas para corazones solitarios (o emparejados, pero no convencionales).
Libros de amor, desamor y otras cosicas…
Soy una lectora compulsiva. Si un libro me engancha, soy capaz de quitarle horas de sueño a mi más que necesario descanso. Debería dosificar, lo sé, porque me paso la vida leyendo, ya sea el periódico, un libro, artículos ajenos, artículos propios… pero es que soy así. Creo que es de las pocas cosas de las que no me canso. Y eso que soy una inconstante y me canso enseguida de todo. A veces, si no encuentro lectura nueva que capte mi atención, releo libros viejos. Siempre encuentro nuevos detalles en los que no había reparado la primera vez.
Soy Lo Peor – CAPÍTULO 9
Abro los ojos, me siento aturdida, el zumbido en los oídos, la vista nublada, cierta desorientación. Ante mí, paredes blancas. Una puerta cerrada. Sombras a mi alrededor. Y las sombras se tornan personas, algunas sonrientes, otras como si estuviesen en un funeral. En mi funeral. Una chica de pelo rojizo y ondulado, con un cabestrillo en el brazo, se acerca a mí. Habla pero no la oigo. Tampoco oigo lo que dicen los demás.
Soy Lo Peor – CAPÍTULO 7
El afamado psiquiatra estaba desconsolado, su mascota había huído en un descuido. Había dejado la puerta abierta y había corrido calle abajo, abandonando a aquel que la alimentaba, a aquel que la educaba, la acariciaba cuando merecía un refuerzo positivo y castigaba cuando se portaba mal. Miró por la ventanilla, en algún lugar, bajo la infinita masa de nubes, estaba su mascota, perdida, sin rumbo, quizás queriendo regresar a casa sin saber muy bien el camino de vuelta. La azafata le preguntó si quería algo de beber.
Soy Lo Peor – CAPÍTULO 4
Cuando tenía siete años, hicieron una exposición de máscaras de carnaval en mi colegio. Cada una de las alumnas habíamos hecho una usando papel de periódico, cola y témperas. Las más originales habían espolvoreado purpurina sobre las suyas, otras habían añadido plumas de pájaros exóticos, trozos de espejo o cuentas de colores. Tenían narices rectas y facciones amables porque las modelos habían sido las madres, siempre dispuestas a colaborar en ese tipo de eventos.