Libros de amor, desamor y otras cosicas…

Soy una lectora compulsiva. Si un libro me engancha, soy capaz de quitarle horas de sueño a mi más que necesario descanso.

Debería dosificar, lo sé, porque me paso la vida leyendo, ya sea el periódico, un libro, artículos ajenos, artículos propios… pero es que soy así. Creo que es de las pocas cosas de las que no me canso. Y eso que soy una inconstante y me canso enseguida de todo. A veces, si no encuentro lectura nueva que capte mi atención, releo libros viejos. Siempre encuentro nuevos detalles en los que no había reparado la primera vez.

Como ya mismo nos cae el santo de los amoríos encima, y nos inundarán libros y libros estilo Corin Tellado o mariankeyes de andar por casa, os voy a presentar un par de libros que mi compulsividad lectora me ha llevado a devorar. Curiosamente, los dos son de autores alemanes.

antoniamagazine-libros-esusmequiereJesús me quiere, de David Safier (el autor de Maldito Karma, un fenómeno editorial en todo el mundo).
Imagináos que aparece en vuestra vida un hombre un poco extraño, pero con un gran carisma, que os atrae mucho, y que dice que es Jesús, y que viene a librar la batalla del Juicio Final con Satanás (que, por cierto, es dentro de 5 días), todo esto después de confesaros que os ama.
Divertida, original y adictiva. Muy recomendable.

antoniamagazine-libros-tarifa-nocturna-ebook-9788466649001Tarifa Nocturna, de Ildikó Von Kürthy (periodista y colaboradora habitual de la revista Stërn).
Las tribulaciones de Cora, una treintañera que, como todas, tiene sus neurosis e inseguridades, pero que se las toma como cualquiera de nosotras, a veces a broma, a veces al borde del pánico. La «acción» transcurre en la tarde del sábado, en la que Cora espera, entrando en crisis en más de una ocasión, la llamada de su último ligue, del que está enamorada, pero al que no se atreve a llamar ella por aquello de «hacerse la interesante». Mucho humor y frecuentes flash backs, para ponernos en situación.
Ligera, graciosa, se lee en un pispas. Sin pretensiones, y esto a veces se agradece.

Mabi Barbas