TEATRO
Si digo que vivimos en una zona del planeta en la que te da igual saludar a alguien que pisotearle la cara, no creo que nadie se espante o se escandalice; llamemos las cosas por su nombre, sin maquillajes, evasivas ni subterfugios. Y es que parece que la sociedad se ha vuelto más cínica y excesiva. Es posible que ya no haya cabida para aquellos más desafortunados que, aun viviendo con menos recursos, han visto cómo el globo terráqueo gira en torno a un sol cuyos rayos ultravioleta calienta de una manera mucho más parcial.